Capítulo 15

209 18 0
                                    

Los nervios se apoderan por completo de mí. Quiero salir corriendo.

El lugar es algo desconocido para mí. No quise que fuera en esta casa. Trae demasiados recuerdos.

Subo al coche encargado de llevarme al sitio de mi boda y me juego las manos intentando calmarme

Siento miles de cosas en el estómago. No dejo de pensar en cómo me sentí al pensar que él estuviera en peligro.

Fue horrendo.

Espero a que el chofer se digne a aparecer cuando Karla aparece con su estúpida sonrisa en el rostro. Lleva Kilos de maquillaje en el rostro y ni así se ve menos horrenda.

-Pero si estás hermosa, niña -¿Alguna vez les dije que es española? ¿No? Pues lo es y ese jodido acento me desespera y mucho.

-¿Qué quieres?

-Pero ni porqué te organicé toda la puta boda me quieres, eres imposible

-Yo no te pedí ninguna boda -escupo molesta.

-¿Reconoces esto? -Levanta una cadena que hace años le di a Alejandro. ¿Cómo llegó a sus manos? La miro atónita y ella se carcajea -Ya vi que sí la reconociste... ¿Quieres que no le pase nada? Embarázate de Raúl -

¿QUÉ?

-¿Comiste mierda? Obviamente no procrearé un hijo en esta situación -estoy asustada.

-Pues bien...

-Espera... ¿Qué le harás? -me mira y sonríe trinfante.

-¿Te gustan las sorpresas? -En sus ojos brilla la maldad. Alejandro me importa y mucho. No quiero que le haga nada.

-Sólo déjame procesarlo un poco -murmuro resignada.

-Te veo en un rato, muñeca -baja y yo me quedo metida en mis pensamientos. ¿Un bebé? Raúl no querrá tener un bebé y mucho menos yo. Es cierto que son una bendición hermosa pero... necesitará amor, una verdadera familia... las cosas no son así.

Dios mío.

El chico sube y sonríe por el espejo retrovisor. Intento devolver el gesto y me quedo en lo mío.

***

No sé si soy yo pero el camino ha sido eterno. La cadena de Alejandro la guardé en mi sostén (raro, lo sé).

Me quedo clavada mirando por la ventana hasta que el coche se detiene. Miro hacia mi costado derecho y veo cómo se acerca mi hermano con mi papá a abrirme la puerta.

Ambos se quedan asombrados en cuanto bajo.

-Estás preciosa... -Murmura mi hermano, me sonrojo y mi papá besa mi mejilla.

-¿Lista, mi niña?

-Eso creo, papá -Ambos me ofrecen su brazo y los tomo. Miro el lugar. Se ve tan... hermoso.

Está empezando a caer la noche así que se ve hermoso. Es un jardín gigante. Luces tenues por todos lados y muchos pétalos blancos haciendo un camino perfecto hacia donde quiero imaginar que está el juez.

El pasto está húmedo y hay flores y árboles ayudando a la preciosa decoración de todo esto. El lugar de la ceremonia está muy a parte del lugar del banquete y todo lo demás. Hay demasiadas personas aquí.

Quiero meter mi cabeza en un hueco.

Tanto mi papá como mi hermano me dan una cálida mirada e intento calmarme.

Una música con violín (que no reconozco) empieza a soñar cuando todos giran sus rostros hacia mí. Noto cómo me sonrojo al instante.

Mi papá y mi hermano me ayudan a avanzar poco a poco mientras el chico del smoking me espera con una tierna mirada del otro lado.

Mi corazón empieza a latir desesperadamente y mis manos sudan.

Ojalá pudiera controlar lo que me pasa con este hombre...

Parpadeo frenéticamente mientras mi papá dice algo que no escucho.

Sólo quiero llegar...

Cuando por fin lo hacemos, me veo obligada a levantar la mirada. Él tiene una perfecta sonrisa en su rostro. Se la devuelvo y entonces toma mi mano. Me ayuda a acomodarme en mi sitio y entonces se acerca a mí y me da un leve beso en los labios.

-Estás HER-MO-SA -Sonrío ante ello y entonces vamos a lo que sigue.

El señor parado frente a nosotros empieza su discurso sobre el matrimonio. Dice muchas cosas que ya sé.

Raúl aprieta mis manos de vez en cuando y eso me relaja mucho.

-Irlanda Narváez Fábrega... -Bla, bla. Ya sé lo que sigue, en serio. Respiro pesadamente y lo miro. El sonríe intentando darme ánimos y entonces respondo

-Sí, acepto

-Raúl Alonso Jiménez Rodríguez... -¿No podríamos saltarnos esta parte? Es desesperante, en serio.

-Sí, acepto -parpadeo rápidamente y siento la garganta seca. Ya está. Es todo.

-Si alguien está en desacuerdo con esta boda, que hable ahora o calle para siempre... -por poco decía "yo" hasta que recordé mi promesa de salvar a Ximena.

Ni un mosquito pasa haciendo ruido.

-Siendo así y con la autoridad que me confiere... -Raúl aprieta mi mano y lo miro. Sus ojos están llenos de lágrimas. Dios. Mi corazón se hace una pasa cuando lo veo -Los declaro marido y mujer. Raúl, puedes besar a la novia...

Con ambas manos toma mi rostro y posa sus manos sobre los míos. Me besa despacio y con mucha ternura. Pega su frente a la mía y me mira fijamente mientras los presentes aplauden y sonríen.

-Te quiero... no tienes idea de cuánto te quiero -murmura aún con lágrimas en sus ojos. Pongo mi mano sobre la suya y asiento solamente.

-Ya está. Somos marido y mujer -se ríe.

-¿Te puedo pedir algo? -Asiento -Olvidemos el origen de todo esto. Vamos a disfrutar, ¿si? -Le sonrío

Me gusta tu idea... -posa ambas manos en mi cintura y me besa.

***

Las mesas están más que elegantes. Todo está precioso. Es curioso que no se vea Karla en todo esto.

Había olvidado su "orden" hasta que vi a una prima de Raúl con una panza de unos 6 meses. Lo sentí tensarse a mi lado pero no le di mucha importancia.

La gente nos felicita y se alegra por nosotros hasta que a mi querida cuñada (que ha estado muy pegada con mi hermano) se le ocurre pedir gritando que los novios bailen.

Quiero lanzarle una bomba para que se calle pero le vale.

Los demás se le unen y entonces Alonso se para de la mesa y me ofrece su mano. Recordando en lo que quedamos, acepto con una sonrisa y pasamos a la pista en la que se reúnen varias parejas intentando animarnos.

-¡Momento! El primer vals es sólo de ellos... -Miri' nos guiña un ojo y me quedo quieta cuando escucho love me like you do con violín. Él se encoje de hombros y sonríe. La escuchó una ocasión en mi cuarto.

-Mi canción...

-Nuestra canción... -ninguno de los dos tiene idea de lo que hay que hacer, así que sólo nos dejamos llevar por la música.

Rodea mi cintura con sus enormes manos y yo su cuello. Nos miramos entre risa y broma y nos dejamos llevar al compás del instrumental. Es precioso.

De a poco las demás parejas se unen y bailan a su modo la hermosa pieza.

Nos quedamos así, bromeando y disfrutando hasta que Raúl me habla. Levanto mi rostro de su hombro y cuando está a punto de besarme, dos chicos se acercan a nosotros.

-¿Nos permiten? -Mi rostro palidece y el de Raúl también. Nos quedamos atónitos. Sin habla.

¿Qué hacen...? No puede ser.

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora