Capítulo 27

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Abro la puerta con el corazón en la boca y siento que me voy a desmayar cuando veo a Alejandro manchado de sangre en la camisa, las manos y el rostro. Raúl sale detrás de mí y lo toma de los brazos para hacerlo entrar. Yo me quedo en shock al ver tanta sangre en él.

-¿Qué te pasó? -pregunta preocupado mientras intenta revisarlo.

-Alguien me atacó de la nada. Perdón pero no tengo a nadie más aquí por eso vine a buscar a Irlanda -responde entrecortadamente y frunciendo la cara por el dolor.

Cuando logro reaccionar tomo el teléfono y llamo a Alexander, dijo que el doctor Iñaki es su amigo, él puede venir.

Me acerco a Alejandro mientras empieza a ponerse pálido.

-Está perdiendo mucha sangre -murmura Raúl con preocupación en la voz. Lo miro pero no sé qué decir. Estoy bloqueada. Cuando Alex' me responde no digo nada así que Raúl toma el celular en sus manos y nos da la espalda mientras habla con mi hermano. No sé si él pensó lo mismo que yo o simplemente adivinó lo que pensaba hacer pero me alegra que esté aquí.

-Resiste, Ale'. Vas a estar bien... -levanta el rostro un tanto débil y toma mi mano entre las suyas que aún guardan sangre. No me explico cómo logró llegar así. En serio que no.

-Te quiero -me murmura entre jadeos.

-Yo también, pero tranquilo -me acomodo en la alfombra a lado del sofá y me quedo ahí sin decir nada. Volteo a ver a Raúl quien nos observa en silencio. Sinceramente no sé qué hacer o decirle. Da la vuelta y se pierde dentro de la cocina.

El timbre suena y corro a abrir. El doctor aparece y lo hago pasar de inmediato. Siento que han pasado horas desde que Alejandro llegó pero en realidad sólo han sido unos minutos

-Está muy pálido. Y tiró demasiada sangre. La herida afortunadamente no es muy profunda pero la pérdida de sangre lo debilitó -le quita la camisa y él sólo hace una mueca por el dolor.

-Vamos al hospital, entonces -subo a la habitación por una playera de Alonso y luego me dirijo a la cocina. Raúl está sentado frente a la barra jugando con un vaso de vidrio. En cuanto siente que llego se gira.

-¿Cómo está?

-La herida no fue profunda pero perdió mucha sangre y está débil -asiente

-Vamos a llevarlo al hospital -murmura y se levanta rápidamente con las llaves de la camioneta en la mano. Lo levanta Iñaki mientras bajamos por el ascensor. Alejandro se ve muy pálido y la herida no deja de tirar sangre.

De la nada me entra la curiosidad por saber si el doctor fue hasta el departamento por deber o sólo porque fue mi hermano quien se lo pidió.

Subimos rápidamente a la camioneta. Yo me subo atrás con Alejandro en mis piernas y Raúl maneja con Iñaki en el asiento del copiloto.

-Está hirviendo en calentura -murmuro con la voz entrecortada. Ale' sostiene mi mano con fuerza y yo coloco la mano libre en su herida intentando parar la sangre, pero sé que es inútil.

-Es por la herida. Unos minutos más y llegamos -Raúl me mira por el espejo retrovisor. Intento sonreír pero me sale mal. Está serio pero no puedo hacer caso a eso por ahora.

Raúl se detiene y es seña de que llegamos. Unos paramédicos llegan con una camilla. En algún momento del camino el doctor les debió avisar.

Lo bajan y enseguida lo llevan a emergencias.

-Necesito detener la sangre y suturar la herida. También necesitará sangre, me encargaré de eso. Y tú... -me mira -Relájate o serás la siguiente hospitalizada -asiento y se da la vuelta rápidamente

Me siento en uno de los asientos libres que veo y coloco mis manos en mi cabeza. Siento que explotaré. Raúl se mantiene distante y yo sólo me quedo ahí, intentando ordenar mi mente.

Alexander aparece con un par de vasos en la mano y se acerca.

-Hola, muñeca -besa mi mejilla -¿Cómo está?

-Todavía no sé nada, pero Iñaki dijo que estaba bien, en lo que cabía -me da un vaso y lo tomo sonriendo. Mi hermano mira a Raúl y luego me mira a mí.

-¿Qué tiene? -suspiro con pesar.

-Ha pasado mucho. Ayer por la noche cambiaron muchas cosas con nosotros pero hoy ha sido el día más pesado de mi vida. En la mañana fue Ximena, luego mi papá y ahorita Alejandro...

-Ximena es la ex de Raúl, ¿no?

-Sí -asiento.

-No preguntaré. Tranquila. No te vayas a enfermar tú y seas la cuarta -me río -Él sólo está celoso -murmura refiriéndose a Raúl -Dale chance -besa mi mejilla.

-Lo intentaré. ¿Cómo está papá?

-Bien, despertó hace unos minutos y preguntó por ti. Le dije que ya habías estado ahí pero habías salido a descansar -asiento.

-En cuanto tenga noticias de Ale' me iré a bañar y pasaré a verlo un rato. Necesito cuidar a Alejandro también -siento que mis hombros reventarán.

-No te preocupes, yo lo cuidaré un rato. Mamá está con mi papá y aprovecharé a cuidar a Alejandro para que tú descanses un rato -sonrío

-No es necesario.

-Claro que lo es. Te ves cansada.

-Ha sido un día pesado -el doctor llega quitándose el cubre bocas y me sonríe.

-Todo bien con él, ya le están haciendo la transfusión de sangre y poco a poco se irá recuperando

-Qué alivio.

-Yo me encargaré de él. Tú ve y descansa un rato. Tu papá también ha preguntado por ti -asiento.

-Sólo me bañaré y regreso a verlos.

-Duerme un rato -Besa mi frente y yo me acerco a Raúl.

-Iré a bañarme. Si quieres quédate y así aprovechas para ir con ella -me doy la vuelta y él camina detrás mío.

-Yo te llevo -responde secamente y yo camino sin responder.

***

Salgo del baño intentando relajarme. El agua ayudó pero no en mucho. Me quito la toalla del cabello y de la nada empiezo a llorar. La tensión de todo el día se está acumulando en mis ojos. Quiero ir y refugiarme en los brazos de Raúl pero está tan distante que me da miedo.

Tapo mi rostro con ambas manos y empiezo a sollozar. Quiero llorar y llorar y llorar.

De repente sus brazos cálidos rodean todo mi cuerpo y besa mi cabeza. Me gira para quedar frente a él y limpia mis lágrimas con sus largos dedos.

-Perdóname -susurra con sus labios pegados a mi frente -Perdóname, Perdóname... fue un mal día y yo... no puedo con mis celos. Y soy un maldito egoísta. Perdóname -se sienta en la orilla de la cama conmigo en sus piernas y yo sólo lloro como una idiota.

Levanta mi rostro y me besa. Su beso hace que mi cuerpo reaccione y busque el suyo con una necesidad grande. Me suelta y sonríe.

-Te amo y también me muero por hacerte el amor pero debes dormir; te vez cansada -sonrío tímida y asiento. Se acomoda en la cama y luego me sienta en sus piernas. Empieza a tararear una canción que no conozco y por arte de magia, me quedo dormida...

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora