Capítulo 26

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Los minutos en el tráfico se me hacen eternos. Quisiera que Raúl volara pero es imposible.

Para mi desgracia trajeron a mi papá al mismo hospital en donde está Ximena.

Bajo corriendo en cuanto llegamos y busco desesperada a mi hermano.

Cuando lo veo se me acerca con los ojos llenos de lágrimas y las mangas de su camisa enrrolladas hasta sus codos. Me abraza y yo no puedo evitar sentirme desesperada.

-¿Cómo está?

-No lo sé. Lo llevaron a emergencias. ¿Tú sabías que papá padece del corazón? -Niego.

-La única que puede saber es... -me giro y la veo como si nada pasara tomando un café con Karla -¿Qué le hiciste a mi papá? -grito furiosa caminando hacia ellas. Raúl corre y me regresa por la cintura.

-Amor, baja la voz. Te van a regañar -susurra en mi oído. Me acerco a ellas con Raúl detrás mío y miro a mi mamá furiosa

-Si algo le pasa a mi papá, te juro que me vas a conocer -siento la mirada furiosa de Karla sobre mí pero la ignoro.

Camino hacia donde se encuentra mi hermano y nos sentamos a un lado de él. Raúl no se separa de mí y se aferra como si de mí dependiera su vida.

Huele mi cabello y juega con mi mano. Lo miro y entonces me doy cuenta: es su reacción ante lo intimidado que lo hace sentir Karla.

Mi hermano deja la vista fija en el techo cuando aparece Miranda corriendo y lo abraza. Parece ser que nosotros no existimos. Él solloza en su hombro y ella no para de decirle que esté tranquilo. Le da un suave beso en los labios y yo me quedo tan pasmada como lo está Raúl.

-¿Algo que necesitemos saber? -ella se ríe

-Son cuñados por partida doble -sonrío y Raúl niega sonriendo.

-Ya hablaremos de esto -pasa su brazo por mis hombros y me atrae hacia él besando mi cabeza -Tu papá estará bien, vas a ver -sonrío.

-Gracias -beso su mejilla y me quedo ahí, esperando que alguien salga y diga algo sobre mi papá.

***

2 horas más tarde aparece un médico joven y de la misma estatura de Raúl preguntando por la Familia de Maximiliano Narváez. Mi hermano y yo nos levantamos de inmediato.

-¿Cómo está mi papá, doctor?

-Es Iñaki, Irlanda. Un amigo de hace años -nos presenta antes de que él responda.

-Un gusto. Se encuentra estable, Irlanda. Afortunadamente lograron traerlo a tiempo, de otro modo no hubiéramos podido hacer nada -siento que mi corazón se hace ligero de inmediato y Raúl me abraza sonriendo.

-Gracias a Dios -murmuro con mi rostro enterrado en el pecho de Alonso.

-¿Podemos verlo?

-Claro, pero está sedado aún, probablemente está cansado. Lo mejor es que no lo despierten ni lo forzen a hablar. Debe recuperarse

-Sí, sólo queremos verlo -giro para buscar a mi mamá pero no está por ningún lado.

Mi hermano me jala la mano para que subamos a ver a papá y Raúl me sonríe animándome. Se queda con su hermana y yo camino hasta el ascensor.

Me siento cansada y no entiendo por qué.

Cuando llegamos a la habitación, las lágrimas se acumulan en mis ojos. Mi papá se ve pálido. Me acerco a la cama y beso su frente cuidando de no despertarlo. Mi hermano llega detrás de mí y le aprieta la mano.

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora