Capítulo 5

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Sus suaves labios masajean los míos. Su aliento me invade por completo y por más que quiero alejarme, no puedo.

Puedo sentir su desesperación. No sé qué estaría soñando pero lo dejó mal.

Chupa mi labio inferior y entonces me alejo de pronto.

-¿Qué te pasa? -Murmuro mientras me acomodo en mi asiento nuevamente.

-Lo... Lo lamento... -susurra sin mirarme. No le respondo. No quiero Que eso se repita. No quiero. Me coloco mirando hacia afuera y cierro los ojos cayendo casi de inmediato en un sueño profundo.

***

Abro los ojos de golpe al sentir que voy... ¿flotando? Miro a mi alrededor y todo me indica que hemos llegado pero... Joder... Raúl me lleva en brazos. Estoy a punto de gritarle que me baje cuando reacciono y recuerdo que nadie más sabe sobre esta farsa. Para los demás estamos muy enamorados.

Lo más amable que puedo le pido que me baje. No quiero hacer esta ridiculez.

Lo hace pero me toma la mano. ¿Qué le pasa a este tipo? Primero me grita lo peor del mundo, luego parece ser que sabe lo de una tía loca que nos quiere casar, sueña conmigo y me besa. ¿Qué cree que soy?

La chica de la recepción lo mira con ganas de querer... ustedes me entienden.

Pongo los ojos en blanco y luego reacciono: ¿Cómo vino a este viaje si se supone que su carrera requiere de todo su tiempo?

Nos dan la habitación y un chico se encarga de las maletas. Raúl no me suelta la mano hasta que llegamos a la habitación. Camino hacia la maleta y busco ropa fresca. Son las 2 de la tarde y hay un calor de la patada. Antes de huir al baño, Jiménez me habla.

-¿Podemos hablar de...?

-No hay nada de lo que debamos hablar, Raúl. Eso fue un error y un impulso. Sólo te voy a suplicar que no se vuelva a repetir. Me Estás haciendo sentir estúpida. Primero me gritas y dices cosas horribles. Luego sueñas conmigo y me besas, ¿crees que soy tu juguete? Yo no sé a qué chicas estés acostumbrado a tratar pero a mí me queda dignidad. Tenme respeto al menos.

-Todo lo que dije...

-Todo lo que dijiste dolió -interrumpo.

-Lo lamento. Me pasé, lo sé. Nadie tiene la culpa de esto, ¿ok? -le bajo a mis humos y asiento.

-Disculpas aceptadas. Pero deja de jugar conmigo -sonríe. ¿Él acaba de...? Estúpido bipolar...

-Báñate. Ya hablaremos -tomo mi ropa y huyo al baño.

***

Salgo con una blusa azul de tirantes y un short blanco. Seco mi cabello cuando él se levanta y se mete al baño.

Suelto el aire que estaba conteniendo y entonces mi celular suena. Debe ser mi mamá.

-¿Sí? -respondo de mal humor.

-Hermanita... -Es Alexander.

-Hola, Alex' -Murmuro nostálgica.

-¿Estás bien? -no, sácame de aquí...

-Sí, todo bien. No te preocupes.

-Bien. Yo... te quiero y cualquier cosa, háblame.

-Yo también te quiero -Y cuelgo. Mi voz se quiebra de inmediato. Él no tiene estas muestras de cariño conmigo. Jamás.

Dejo el celular en su sitio y me siento en la cama.

Al cabo de unos minutos, Raúl sale con una toalla en la cintura y secándose con otra. Me pongo boca abajo y le ordeno que se vista. Se ríe pero lo hace. Me incorporo nuevamente y entonces quiero bombardearlo con preguntas. Se sienta en el otro extremo de la cama y me mira.

-Necesito respuestas porque yo no entiendo nada -creo que es lo más amable que le he dicho. Suspira con pesar.

-Dime -su voz suena melancólica.

-¿Por qué aceptaste esta boda? ¿Desde cuándo está planeada?

-Al principio me negué. Cuando mamá dijo que se trataba de ti me molesté mucho por las razones que ya te dije. Luego llegó la amenaza de Karla, y fue cuando vi las cosas serias. Amenazó con sacar a Ximena del país y lejos de todo. Le pedí que no lo hiciera y haría lo que me pidiera. Me dijo de la boda y acepté. Aún así la llevó lejos de mí -su voz de quiebra y sus ojos se llenan de lágrimas.

-¿Por eso le temes tanto?

-Tiene mucho poder aunque se ve inofensiva, me prometió que me dejará verla si cumplo con lo que me pide.

-En realidad la amas -murmuro

-Ella es muy especial...

-Me he dado cuenta. A ti te contaron todo desde el principio. Por eso te tienen así. A mí me dijeron que el viaje sería rápido. Jamás creí esto. No me dejaron hablar con Alejandro y él debe creer lo mismo que tú de mí. Mi mamá amenazó con hacerle algo. Ella dijo que tu papá aceptó ayudar a la constructora sólo si tú y yo nos casabamos. Fue la única condición. No entiendo en qué le beneficia a él y menos entiendo qué tiene que ver tu tía Karla en esto. Estoy hecha bolas -suspiro frustrada.

-Si queremos que Alejandro, que supongo que es o era tu novio, y Ximena estén bien, debemos hacer lo que pidan -eso sonó a súplica. Me limito a asentir -Creo que lo mejor que podemos hacer es llevar la fiesta en paz. Después de todo seremos marido y mujer, ¿no?

-Pues si -suelto resignada.

-¿Tregua? -extiende su mano hacia mí y la estrecho.

-Va. Pero eso no quiere decir nada, absolutamente nada. No quiero Que esto se mal intérprete, Jiménez. -Me levanto y salgo hacia el balcón. No quiero esto. No quiero confiar en este chico al que desconozco por completo y conociendome bien, es lo que haré si sigo así.

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora