Capítulo 36

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Siento cómo mi ritmo cardíaco se acelera y poco a poco mis fuerzas se van desvaneciendo. Me sobresalto cuando siento que alguien pone su mano en mi hombro. Me giro asustada y me hallo con Raúl quien se nota desconcertado.

Mis manos empiezan a sudar y él quita el papel que sostengo. Lo lee y lo tira.

-Esto es una broma de mal gusto, tranquila

-¡No! -Empiezo a llorar -Esa tipa está viva. No lo tolero más -salgo corriendo a la habitación ignorando el dolor agudo en mi vientre y tomo unas tijeras del Buró.

Raúl quien está detrás mío se queda quieto al ver que tomo las tijeras e intenta extender la mano.

-Dame eso, amor -murmura un tanto asustado.

-Ella está viva y te quiere a ti. ¿Por qué no te deja en paz? -las lágrimas no dejan de salir de mis ojos -¡La voy a matar yo misma! -Raúl se abalanza sobre mí y me las quita. Empiezo a empujarlo pero de la nada me voy quedando sin fuerzas.

Sollozo fuertemente y toco mi vientre llorando. Raúl me abraza y besa mi frente.

-Va a pasar... sshhh... tranquila -besa mi cabeza y se queda tirado ahí en el suelo conmigo. Empieza a arrullarme hasta que las lágrimas pasan y mis nervios se calman.

***

El resto del día me quedo en la cama mirando cómo el cielo se nubla. No me quedaron ganas de nada. Raúl llamó a una amiga suya que es psicóloga y quiere que platique con ella.

En cualquier momento va a aparecer y no sé si sea buena idea.

-Debes estar tranquila. Esto te ayudará. Yo lo sé -le sonrío para animarlo y él me da un beso suave mientras baja a checar quién tocó.

Las palabras escritas en ese papel me dan vueltas en la cabeza. De la nada me surge la idea de que ese papel lo escribió Ximena. Cualquiera de las dos pudo haber sido. Están igual de locas y ambas me odian.

Cierro los ojos con pesar. La puerta se abre y aparece una chica alta de piel morena y una sonrisa encantadora.

Avanza detrás de Raúl vestida muy elegantemente.

-Amor, ella es Pamela, la psicóloga de la que te hablé -me mira nervioso intentando medir mi reacción pero yo sólo sonrío.

-Irlanda, es un gusto. Raúl me habló sobre ti...

-No le creas todo lo que dice -se ríen y eso hace que yo sonría también

-Bien. Raúl, será mejor que nos dejes solas... Diego venía detrás de mí. Le pedí que te llevara a algún lado -Raúl sonríe.

-Te la encargo mucho -me da un beso en la frente y sale de la habitación.

Pamela suspira largamente y se sienta en el sofá a lado de la cama. Cruza las piernas y me sonríe.

-Bien, Irlanda. Como te dije, Raúl me habló mucho sobre ti y... Me comentó lo que te sucedió. Puedes confiar en mí y créeme que nada de lo que me digas saldrá de mi boca.

-Lo sé -es lo único que respondo.

-Eso que te sucedió al medio día fue una crisis nerviosa. Afortunadamente no pasó a más. Podemos decir que la presencia y la atención que Raúl te da fueron fundamentales para que se pasara rápido y no hicieras nada de lo que pudieras arrepentirte. Empecemos con algo muy simple... ¿Qué es lo que sientes por Raúl? -sonrío para mí misma y siento cómo mis ojos se cristalizan.

-Amor... es un chico increíble. Yo no conozco al Raúl Jiménez que muchas chicas aman. No es su fama ni nada de eso, es simplemente él. La manera en que vivimos día a día fuera de su mundo, es sólo cómo se comporta cuando está conmigo, con Diego o con su familia; es simplemente Raúl... -ella sonríe.

"Soy de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora