Capítulo 7: Sabor a metal

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Febrero del 2018

Nam se levantó de su cama sin siquiera necesitar apagar su alarma, y se vistió rápidamente con ropa deportiva, asegurándose de ponerse el tapabocas antes de salir de su habitación. Cuando estuvo afuera pudo ver la silueta de Tae, que dormía plácidamente y casi sobre sus puntas salió como todas las mañana a correr por los jardines. Esa fría mañana todo lucia diferente, no podía sacarse del pensamiento las imágenes que rondaban en su cabeza desde el momento en que vio a Tae terminar tiernamente dentro de su ropa, y se golpeaban discretamente la cabeza, hastiado por su completa falta de buen juicio.

Habiendo terminado con su rutina se dirigió de nueva cuenta a la habitación, se ducho ligeramente y cuando estuvo listo abrió las cortinas, dejando que la luz de la mañana inundase toda la habitación del menor.

Volteó esperando encontrarlo en su cama, pero al verla vacía examinó la habitación por unos segundos, desconcertado. –¿Joven amo?.- Dijo recorriendo la amplitud de aquel cuarto y cuando finalmente llegó al balcón pudo ver su silueta por la ventana

Tae estaba en el invernadero, regando diligentemente las plantas como cada tercer dia, aquel pequeño espacio se había convertido en una verdadera exhibición de las flores y hortalizas más bellas que alguien podría haber visto, y gracias al pequeño cultivo de mentas, que Tae tenía en uno de los rincones, cuando esas puertas se abrían todo el lugar quedaba impregnado con el dulce aroma.

-Buenos días Nam.- Dijo mirando hacia la maceta del fondo, que debería haber estado llena de campanillas azules, pero no lo estaba.

-Buenos días joven amo...

-Las campanillas no han florecido aun...

-Si... ya veo...debe ser por el frente frio que entró hace unos días...

-Bueno... creo que este año no podré llevarle una...-Dijo sin dejar de ver el vacío sobre la tierra, con una mueca de tristeza y resignación.

-Puedo conseguirla, si me da algo de tiempo.- Argumentó, tratando de quitarle la tristeza de encima.

-No... sabes que deben ser de aquí... si no, no tiene caso

-Está bien...

-¿A qué hora autorizó padre que salgamos?

-A las 10:30...

-Bien...tenemos tiempo

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Tae se había puesto su mejor traje, y esperaba a Nam en la puerta, con una sonrisa. Los empleados que pasaban de un lado viéndolo de reojo lo irritaban, pero esa mañana decidió no desatar su ira contra ellos, esa mañana debía estar feliz y sonriente.

Llamó al señor Seo, un altivo hombrecillo de alrededor de 50 años y le ordenó que le dijera al resto de los empleados que si volvían a verle de ese modo iban a sufrir las consecuencias, y este, sin perder un segundo se llevó a todos del salón frente a la puerta, agradeciendo la advertencia del joven amo. A Tae no le agradaba del todo ese mayordomo, extrañaba al señor Cho que era el único de sus empleados al que le tenía cariño, pero la bruja lo había jubilado a propósito, dejando a Tae en esa casa sin aliados.

-¿Está listo?.- Preguntó Nam bajando las escaleras con una gabardina negra y larga puesta y otra en las manos

-Si.- musitó el joven saliéndose de sus pensamientos.

-Bien... entonces póngase esto antes de salir... hace frio.- Dijo abriéndole la gabardina para que pudiese ponérsela más fácilmente.

Se fueron en un auto color negro, seguido de una caravana de 3 autos más mientras los empleados, asomados por las ventanas, los veían dejar la propiedad

Playing like a Gigoló ~ [NamV]- FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora