Playing like a Gigoló ~ [NamV]- Finalizada

Capítulo 60: Llanto

-Unos 20 minutos adelante, pasando el kilómetro 52 hay una parada en abandono, espérenme ahí.- Dijo lanzándole las llaves a Jungkook.- Y tú, llévate tu auto y síguelo.- Dijo señalando a Yoongi.- Cuando se estacionen apaguen las luces... saben lo que les espera si desobedecen mis instrucciones.- Sentenció, haciéndoles ademan de que se fueran y los dos chicos se subieron al auto sin chistar, avanzando rápidamente, con las manos en el volante que a ambos les temblaban y así mismo, por el espejo retrovisor pudieron ver el color naranja surgiendo a lo lejos, en forma de un incendio gigantesco.

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Ahí estaban, sentados en el piso terroso, al lado del auto de Jungkook, mientras Tae y Jimin, inconscientes, ocupaban los asientos traseros de sus respectivos autos.

Llevaban un rato así, no se habían dicho siquiera una palabra pero habían dejado de temblar ya, y eso era un avance, se preguntaban si debían siquiera hablar sobre lo que había pasado, si había sido lo correcto o no, parte de ellos pensaban que había sido incorrecto, completamente irreal y descabellado, pero... justo, aunque no se atreverían a decirlo, porque era cruel... completamente incorrecto lo que Kim Namjoon había hecho, y sobre todo... sádico.

Jungkook pensaba en silencio, en medio de la oscuridad que había ordenado Namjoon, pensaba en las veces en que fue amenazado por él y se preguntaba si hubiese tenido el mismo destino que esos hombres si se hubiese pasado del límite de lo permitido, y temblaba pensando en ello, en lo mucho que había subestimado el carácter del que antes llamaba, "insolente empleado".

Por otro lado, Min Yoongi estaba pensativo, tomando pequeñas rocas entre sus manos, viéndolas con atención cuando en realidad estaba perdido dentro de aquellas escenas previas, que parecían haber pasado en segundos; parte de él se arrepentía de haberse quedado, pero otra parte, la más grande, la más consiente, se sentía aliviada de haberlo hecho, porque de lo contrario, algo irreversible le hubiese pasado a su pelirrojo.

---------inicio de miniflashback--------

No tenía ánimos de regresar a la fiesta, sabía que si lo hacía y Jimin estaba ahí coqueteando con alguien más definitivamente provocaría un problema, se conocía y a pesar de todas sus palabras no era capaz aun, de verlo en brazos de otro hombre.

Era por eso que con un sentimiento ahogado dentro de su pecho se dirigió a su auto en silencio, sintiéndose dichoso de que nadie estuviese ahí para ver lo miserable, lo patéticamente roto que se sentía y sobre todo que su corazón roto dolía tanto que en cualquier momento rompería en vergonzoso llanto.

Se acercó a su camaro color negro, buscando las llaves en sus bolsillos cuando vió a alguien siendo sometido por dos personas, así que los miró desde lejos, curioso, pensando que estaban jugando, cuando un halo de luz artificial iluminó la cabeza de la víctima, dejándolo ver ese color rojo tan familiar y eso le erizó la piel.

Los dos hombres que sujetaban el cuerpo del pelirrojo lo subieron a la fuerza a una camioneta color negro, llevándoselo a cuestas, y apenas pudo siquiera reflexionar lo que pasaba cuando buscó las llaves de su auto con impaciencia y cuando las encontró se subió con prisa arrancando a toda velocidad para ir detrás de susodicho auto, Iba demasiado retrasado, por lo que tuvo que acelerar de forma discreta, siguiéndolo por varias calles hasta las afueras del área metropolitana, en donde después de unos minutos los vió estacionarse en una pequeña casa aislada, parecida a un pórtico en abandono, y con cuidado estacionó el auto, bajándose rápidamente con su teléfono móvil en la mano. Digitó, con los dedos temblándole, el número de emergencia, mientras se escondía pegado a la pared, pero maldijo todo cuando se dió cuenta de que no había señal, más a sí mismo, por haber tardado tanto en darse cuenta; tal vez podría regresar, pedir ayuda, pero si dejaba a Jimin solo quien sabe que cosas le harían. Apretó los puños con impotencia, tratando de pensar en qué hacer, y cuando nada más se le pudo ocurrir, suspiró pesadamente, buscando con la vista algo que pudiese usar para defenderse, recordando que en el asiento trasero de su auto había una llave para cambiar las llantas, y fue por el a todo lo que las piernas le daban, temblando, sabía que era una pésima idea, que esos hombres aparte de superarlo en número probablemente tenían armas, pero no le importaba, o mejor dicho le importaba muy poco comparado con lo temeroso que se sentía de llegar demasiado tarde, no le importaba morir, si con eso... si con eso lograba distraerlos un poco siquiera, con la esperanza de que Jimin pudiese escapar... así que cerró los ojos con fuerza, preparándose para entrar, cuando unas manos lo sometieron de sorpresa por la espalda, tapándole la boca. La fuerza con la que pataleó no fue equiparable a la de su captor, pues siquiera logró moverlo un poco con su forcejeo y pensó que en ese momento todo había llegado a su fin, al menos hasta que el rostro de Jungkook apareció frente a él, y por primera vez e su vida, se sintió aliviado de verlo.