Capítulo 55: Mis sentimientos sumergidos

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Los pasos de Jungkook hacían un sonido puntual, rebotando en las pareces vacías, que casi hacían eco de sus movimientos, anunciando su caminar tranquilo. La parte Este de la mansión estaba sepulcralmente en silencio, y se extrañó bastante al notarlo, porque esperaba que la música de la fiesta llegara hasta ese lugar pero no lo hacía, y eso provocó que por un momento se sintiera aislado de todo, hasta que llegó a la enorme puerta de caoba clara que se encontraba semiabierta. Quizo tocar, pero sabía que si lo hacía seria echado en ese instante, fue por ello que caminó a través del umbral de la puerta en silencio, encontrando completa oscuridad en el interior. Fue gracias a la azulina luz de la luna que pudo ver por dónde iba, hasta que llegó en medio de la habitación y se extrañó, pues cuando sus ojos lograron distinguir las figuras de las paredes notó que no había nada en el interior, salvo una cama y un tocador. Parecía que el dueño se estuviera mudando o algo parecido, aunque no pudo seguir pensando en eso mucho tiempo, pues en cuanto sus ojos localizaron una silueta a las afueras del balcón caminó hacia ella, con cuidado.

Giró la perilla con suma lentitud, y lo encontró: su primo, apacible, se encontraba en medio de la cúpula de cristal que antes era su hermoso invernadero, y miraba hacia arriba sin expresión alguna.

-Tae...-Susurró, adentrándose.

El de ojos tristes lo miró, ladeando ligeramente la cabeza, pensó que tal vez comenzaría a gritarle o lo echaría de ahí, pero nada pasó, tras verlo unos segundos volvió a su posición, casi ignorándolo.

-¿Qué... ha pasado aquí?.- Preguntó el pelinegro, caminando lentamente por el lugar.-¿En dónde están las flores?.- Dijo genuinamente desconcertado, pues sabía que su primo amaba con todo su ser ese invernadero.

-No... sé que de hablas...-Dijo Tae sonriendo hacia el cielo.

-De las flores de Nana que estaban aquí!... de todas tus plantas.- Dijo poniéndose enfrente de él, sintiendo un nudo en la garganta, todo debía estar sumamente mal, Tae podía llorar y hacer estupideces cuando estaba furioso o triste, pero las flores... las flores representaban demasiado.

-¿Plantas...?, aquí nunca ha habido tal cosa.- Dijo volteando a verlo apacible, genuinamente extrañado.

-Tae...

-Pensé que estabas enojado conmigo...-Musitó cambiando el tema, haciéndolo guardar silencio unos segundos.

-Yo...-Titubeó.- Sí... lo estaba, ya no lo estoy...

-Vale... menos mal

-Tú... ¿no estás enojado conmigo?

-¿Porque lo estaría?

-Porque... te dije esas cosas...-Susurró, desviando sus ojos a otro lado

-No lo recuerdo.- Dijo sonriéndole, y sin dejar que respondiera caminó dentro de la habitación dejándolo dentro del cuarto de cristal.

Jungkook lo siguió en silencio, viéndolo sentarse en la cama, con la mirada ligeramente perdida y se acercó, poniéndose al lado de él.-¿Puedo sentarme...?

-Si...-Dijo sin dudar, viéndolo tomar asiento a su lado.

-¿Porque no regresas a la fiesta?

-Mmmmh... creo que Jimin me contagió el cansancio...

-Ya veo...

Hicieron silencio unos segundos, mirando especialmente a ningún lugar, escuchando el ruido seco de fondo hasta que Tae soltó una pequeña risita de repente, haciendo que Jungkook lo mirara.- Me pediste permiso para sentarte... hiciste que recordara el día en que te acercaste a mí en la biblioteca...

Playing like a Gigoló ~ [NamV]- FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora