Playing like a Gigoló ~ [NamV]- Finalizada

Capítulo 39: Vendas y dolor

-Me duele... - Dice rompiendo en llanto, y completamente desesperado toma todo el bote y se lo vacía en la boca, sintiendo como las píldoras se deslizan por su garganta lentamente, pero no funciona... nada está funcionando... porque sigue sangrando... le arde... le corroe los huesos... y ya no quiere seguir sufriendo. Toma otro de los botes... jamás estuvo seguro de para que servían...pero no importa... deben ayudar el algo... deben aliviarle un poco el dolor, así que lo vacía completo en su boca, y después hace lo mismo con otro y con otro... hasta que la luz escapa de sus ojos... hasta que el dolor comienza a irse, dejándolo respirar por fin... quitándole el tormento del cuerpo...

-Ya... ya está bien...-Dice sonriendo mientras la oscuridad comienza a llenarlo todo.- ya no me duele...

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Un ruido fuerte, parecido al de una puerta azotándose violentamente, hace que todo se ilumine de nuevo de golpe, cegándolo.

No sabe que es lo que pasa, sólo ve la luz del foco en el techo, moverse como si fuese un remolino, y después unos ojos profundos, que lo miran con angustia, con desesperación, sabe que esa persona está diciéndole algo, porque lo vé mover la boca desesperado, pero no logra escucharlo... ni siquiera logra reconocerlo.

Entonces todo el mundo se pone de cabeza, y esa persona lo fuerza a abrir la boca, mientras lo abraza por detrás, e inclinándolo hacia el excusado... le mete sus largos dedos por la garganta con violencia, moviéndolos dentro de su garganta, raspándole la úvula y las paredes de la cavidad, hasta que no puede más, y todo el contenido de su estómago sale por sus labios, dando un espectáculo de pastillas de colores empapadas asquerosamente de un líquido pegajoso.

Aquel hombre no se ha cansado, sigue provocándole el vomitó, mientras le presiona el estómago con fuerza.

-¡Vomita!, ¡vomita maldita sea!.- Escucha una voz grave y gruesa, hablándole con desesperación, con autoridad, sin dejar de presionar su cuerpo, lo escucha cortadamente y aun así trata de obedecerle, y de repente pareciera que sus nervios siguen vivos, porque un dolor punzante de ardor le recorre la garganta horriblemente, lo que está pasando por esa cavidad lo está quemando, sabe asquerosamente ácido, y lo está ahogando; un poco sale por su nariz, haciéndolo llorar, quitándole el aire de los pulmones, y cuando siente que ya no hay más en su estómago, cuando se da cuenta que lo único que está escupiendo es un moco color amarillo, parecido a la bilis, trata de respirar, y aquellos brazos disminuyen su fuerza alrededor de su cintura.

No logra voltear para mirar a quien está detrás de él, porque siente desmayarse, y de repente todo está en negro otra vez... otra vez...

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Jimin estaba sumergido en agua... no era un océano... tampoco era una alberca... un rio... algo que conociera... porque no podía ver nada más allá de sus manos, aunque no se asustó por ello, creyó firmemente que tal vez esa era la paz que necesitaba, y era increíble, porque estaba flotando, nadando sin esfuerzo y no necesitaba respirar, estaba tranquilo... quería estar así... en paz... quedándose por siempre flotando libre, como una hoja en una laguna... sin sospechar que su calma no dudaría mucho... pues de repente un dolor pequeño, algo punzante le recorrió el cuerpo, y abrió los ojos de repente, con la respiración sumamente agitada, aunque no se movió, no sentía del todo sus piernas ni su cuerpo en general, solo un dolor horrible en su brazo, y cuando volteó hacia él fue cuando pudo ver a aquella persona.