Playing like a Gigoló ~ [NamV]- Finalizada

Capítulo 40: Pepper Ann

-Tu tío... regresará a Corea.- Dijo seriamente y aquella frase hizo que Jungkook abriera los ojos completamente sorprendido, nervioso.- No hay una fecha establecida para ello, pero será pronto, así que tenlo presente... y deshazte de él...-sentenció

-Sí, madre.- Dijo haciéndole una reverencia respetuosa a su madre y salió de la habitación, hiperventilando. Pues creyó que jamás pasaría en realidad, pero estaba pasando, de verdad estaba por suceder... y tendría que decidir... si el amor que le tenía a Tae... era más importante que la meta de toda su vida.

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La mañana del domingo parecía ligeramente nublada, aunque Jimin se lo atribuía al hecho de que dentro de él todo era color gris, y probablemente era por eso que todo lo veía de los mismos colores, incluyendo al sol.

Los servicios de limpieza se habían ido hacia tal vez 5 minutos, así que ahora podía salir de forma segura a su sala de estar, y caminar por ahí algunos pasos hasta la cocina. No había nada de comer... solo esa pasta asquerosa, de la cual quedaba tal vez una porción más, pero no quería comerla ya, porque si, efectivamente sabía peor cuando estaba fría.

Pensó en llamar al servicio de comida, pero no había empleados ese día en casa para recibir el pedido, y no saldría a que alguien lo viera demacrado, ojeroso y con los pies vendados, y por la misma razón, cuando Tae y Jungkook lo llamaron para salir les dijo que tenía ensayo y que estaría ocupado en ello, sus amigos no sospechaban lo que había pasado, y era mejor así, porque no permitiría que lo viera derrotado y miserable como estaba en ese momento.

Yoongi no llamó, ni mando algún mensaje, ni siquiera por error, aunque Jimin no esperaba que lo hiciera, lo conocía, y era de las tantas cosas que condenaba y amaba de él, porque cuando YoonGi decía las cosas las decía en serio, y sabia que no volvería, jamás volvería.

Se sentó en la sala, cubierto con una manta calientita, que tenía algunas manchas de sangre casi invisibles y prendió la televisión para tratar de distraerse de sus pensamientos, pero no lo lograba, no podía hacerlo.

No era culpa de YoonGi, era enteramente su culpa, y nada más que eso, no podía odiarlo, despreciarlo, vengarse o cualquiera de esas cosas que normalmente hacia cuando alguien lo dejaba, aunque cabe destacar que había pasado solo algunas veces en su vida. Lo amaba... lo amaba con todo su ser, pero ya no se condenaba por ello como antes, sólo lo aceptaba, pensando en que tal vez era mejor así, porque si, YoonGi era tal vez un chico malo a veces, un delincuente o un insensible, pero... era humilde, trabajador, listo, era... sencillamente maravilloso y se merecía lo mejor del mundo, y Jimin... Jimin no lo era, ni siquiera llegaba al primer escalón de esa escala, o al menos eso es lo que el creía.

Ya no lo molestaría... no pasaría a su lado para provocarlo o lo llamaría con el pretexto de preguntarle cualquier cosa burda, no, debía dejarlo sólo, porque ya le había hecho perder demasiado tiempo, y no quería ser odiado por él, no por su chico rubio; y tampoco pensaría en suicidarse por no tenerlo, eso era egoísta, era cobarde y demasiado fácil... de todos modos Kim Namjoon tenía razón, si moria Jungkook estaría triste... su madre estaría triste... Tae estaría triste...

-Ahh... Tae... ¿porque de repente apareciste en mi cabeza? .- Se preguntó a si mismo sonriendo de forma irónica y tomó el control remoto, cambiando de canal.

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Había estado viendo algunos programas de variedades sin mucho interés, lo que fuera era bueno para que se distrajera un poco, de su dolor físico y de su dolor moral, incluso debe admitir que se rió solo un poquito, cuando "astro", una banda de chicos que cantaban k-pop comenzaron a competir en un programa llamado "Weeckly idol", pero cuando los programas terminaban buscaba con impaciencia otro, y luego otro, para no tener que pensar.