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Estábamos los cinco rodeando el teléfono en la mesita de luz.

-Llamas tú. - Dice Christopher.

-No. Llama Zabdiel.

-Ni loco, llama Christopher.

-No gracias, que llame Richard.

-¿Yo? Ni en sueños, mejor que llame Joel.

-No, va a llamar Erick.

-¿Yo? Soy un niño indefenso, no pienso llamar.

-No tienes que pensarlo, sólo tienes que marcar al 911 y contar lo que pasó. Llama ya.

-No. Soy un niño, no voy a llamar.

-Llama, seguro con mas razón, si eres un niño, como dices tú, te van a creer.

-Al contrario loco, creerán que estoy jugando y molestando el trabajo de los policías porque soy un niño.

-Ya basta, para de repetir que eres un niño, lo dices cuando te conviene. - Dice Zabdiel.

-Yo opino que llame el mayor. - Dice Richard.

Todos giramos nuestras cabezas hacia Christopher y lo fulminamos con la mirada.

Christopher nos miró.

-¿Qué tanto me miran? ¿En serio creen que voy a llamar? Pues sigan creyendo eso, porque no llamaré.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Joel y yo estábamos agarrando a Christopher de las piernas, y Richard y Zabdiel de los brazos.

-¡No llamaré! ¡Dejenme en paz! No quiero llamar. - Grita Christopher. - ¡No voy a llamar loco dejame!

Y así estuvimos, como por cinco minutos más, hasta que Christopher se dignó a llamar.

-Pon en altavoz, no seas tonto. - Dice Zabdiel.

Christopher puso el teléfono en altavoz y nos inclinamos hacia éste, acercándonos al micrófono para hablar con la policía.

-¿Qué le piensas decir a la policía? - Se escucha una risa.

Mierda.

Richard corta el teléfono inmediatamente. Y como nos conocemos tan bien, no hizo falta decir nada, nos fuimos corriendo a la habitación de Joel y nos quedamos ahí, juntos. No nos podrían hacer nada.

JOERICK: Más que amigos [MODIFICANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora