Quedate cerca

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-¿Viste la cara de la rubia cuando dije que haríamos cosas malas?- Lucas se reía sin parar desde que salimos del café- Que tontas.

Yo no lograba reír con él. Lo que había dicho me hizo pensar en... Cosas malas... ¿Qué cosas malas me haría a solas?  ¿Cómo se sentiría si él...? ¿Cómo se vería su torso desnudo? Sus brazos fuertes sosteniendome cerca... Nuestra respiración mezclándose... Nuestros cuerpos llenos de sudor... Sus ojos perdidos en los mios, cegados de deseo y...

-Tierra llamando a Sophia. ¿Hola?

-Lo siento... Estaba... ¿Dijiste algo? Yo estaba...

-Pensando lo rico que seria tenerme entre las piernas, lo se. Soy irresistible.

-Exact... ¡¿QUÉ!? ¡NO! ¡POR SUPUESTO QUE NO!

-JAJAJAJA. Que mal...-me aprisionó contra una pared de la calle quitándome el aliento de inmediato- Yo esperaba que sí- susurró cerca de mis labios.- Bueno, pues vayamos a dar un paseo- dijo tomando mi mano y llevándome consigo.

-Eres un pervertido- logré recriminarle en cuanto me recompuse.

Se rió un momento antes de abrazarme por la espalda y susurrar a mi oído:

-Solo contigo, linda.

Nunca me había dado un infarto, pero estuve cerca de tener uno, el corazón dio un fuerte golpe y de pronto se detuvo. Me flaquearon las piernas, por no mencionar el temblor que sentí entre los muslos... Trague en seco y lo aparte con un empujón.

-Para de decir idioteces. ¿A dónde me llevas?

-Vamos a dar un paseo, ya te lo dije. Una vuelta por la ciudad. Hay mucho de qué hablar, ¿O no piensas decirme en qué te entretuviste todo este tiempo?

-Tú debes contarme también.

-Sí, sí. Dame la mano, no quiero que te pierdas. Eres tan estúpida que seguramente llevas tus pies por cualquier sitio.

-¡No lo soy! Y obviamente no voy a perderme.- sin embargo, le di la mano y juro por todos los ángeles que, nunca me había sentido tan bien.

-¿Qué pasó con tu padre? Y tu guardaespaldas también, debes decirme dónde quedo el gorila.

-Mi padre sigue igual. Quizá peor... En ocasiones se ha puesto tan histérico que de verdad asusta... No obstante, logre que bajara la guardia, de verdad que me he portado de manera ejemplar. Deberían darme un premiarle por hipocresía. A veces simplemente no lo soporto.- viré los ojos al cielo y relaje los hombros- Accedió a quitarme el guardaespaldas porque Christopper se lo pidió. No es que me haya dicho que fuese así, solo lo sé.

-¿Él se lo pidió? ¿Por qué?

-Pues... Él debió haber dicho algo como que no lo necesitaba... Porque él podía protegerme y... No lo se, solo intuyo que fue obra suya, mi padre jamás daría su brazo a torcer sólo porque su niñita sufre.

-¿Y por qué razón lo haría por el niño rico?

¡Por todos los ángeles! Sabía que este momento llegaría, debía decirle.

Ujum, seguramente puse alguna cara extraña que me delató. Él tenia esa capacidad, de descifrar lo que en mi cerebro se maquinaba. Me miró alzando las cejas y con el ceño fruncido como sólo el sabia hacerlo.

-¿Están saliendo juntos?- preguntó como si las palabras no quisieran salir por su garganta.

-Comenzamos a salir hace unos meses- confesé con una culpa que seguramente no debería sentir.

-¿Cuántos?- ahora estaba serio. Muy serio.

-Desde antes que nos separáramos... No pude decirte cuando nos despedimos... Es decir, no es que... Solo que ese día no quería arruinar el momento y sabía que eso no te iba a agradar así que no te dije...

Tú eres mi escapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora