Alguien tal vez debió verme ayer con Lucas. Por lo menos una o dos personas. Bueno, corrijo, una o dos chicas desquiciadas, de esas que pululaban a su alrededor cuando hacía su trabajo en el café.
Corrieron desbocadas como caballos salvajes, a pegarse de mi como lapas en cuando toque el recinto escolar. Si solo hubiesen sido una o dos, pues ningún problema, pero habían pasado la voz entre ellas y aparentemente todo el colegio estaba al tanto de mi salida con Lucas de ayer. Y esa no era la peor parte, no. Lo peor era que la mitad de esas salvajes querían hacerse mis "amigas" para poder estar cerca de él, sin dudas para poder acorralarlo en algún lugar poco higiénico y así poder despojarlo de sus vestiduras. ¡Sucias! La otra mitad deseaba, con desesperación abrumante, arrancar de mi cuerpo cada miembro sin excepción, lenta y dolorosamente. Bueno, eso sin contar a todo el club de fans de Christopper que exigían justicia divina sobre aquella que no había sabido aprovechar los dones del Altísimo, o sea yo.
A duras penas conseguí llegar al aula de clases y librarme de gran parte de esas indómitas mujeres. Me faltaba el aliento y no por una buena causa. Todas gritaban estupideces como "¿Eres la novia de Lucas?" o "¿De verdad estabas con él ayer en una cita?" o "¿Es cierto que iban por el centro comercial tomados de la mano?", incluso escuche un "La perra sale con ambos, debería darle vergüenza" y aunado a ese "Es una Xan, no tienen ningún respeto".
Sin embargo, ninguno fue peor que el que escuche justo antes de entrar en la mínima seguridad del salón: " Escuché que lleva tiempo acostándose con él. Pobre Christopper. Cuando se entere de todo lo que esta malagradecida ha estado haciendo a sus espaldas".
Por supuesto, él ya estaba en su asiento, con la mirada clavada en la mesa y los codos apoyados en la misma. Su semblante estaba sombrío. Busqué a Zara con la mirada. Medio ocultaba su cara de pánico con el libro que tenía entre las manos. Articuló un "Lo siento" y volvió a esconderse. Supe que no recibiría ayuda de ella en esta incomoda situación.
Fui directo a mi asiento y escuché sin oír absolutamente nada de lo que las chicas a mi alrededor comentaban y preguntaban. Su habladuría se acabó en cuanto el profesor entró y, en serio, nunca estuve tan feliz de ver a ese hombre cruzar el bendito umbral de la puerta.
La calma no duro mucho. A la hora del almuerzo a penas pude seguir los pasos de Christopper entre la multitud que me seguía. Los dejé atrás en un descuido y me dirigí al lugar que él había escogido para esconderse.
Tenía muy poca imaginación para eso de esconderse, así que pronto lo hallé entre los edificios de ciencia y audiovisuales. Estaba sentado viendo al cielo, con la mirada perdida entre las nubes.
Me senté a su lado. La tensión podía cortarse en el aire. No tenía idea de qué decir o cómo explicar. Me había metido en un lío del tamaño del mundo y la verdad es que lo que mas me preocupaba no era Chris sino mi padre. ¿Qué pasaría si se llegase a enterar de todo lo que andan diciendo por los pasillos del colegio? No iría bien para nosotros, Lucas y yo estaríamos perdidos.
Ayer, Lucas había dicho que no quería que nos separasen de nuevo, pero si las cosas seguían el rumbo que llevaban, seguramente el final seria indudablemente nuestra eterna separación, y nuestra felicidad seria efímera.
-Chris... Lo que dicen no es verdad. Es decir, no todo lo que dicen... Yo nunca me he acostado con Lucas, es solo mi amigo, tú lo sabes, ya te había hablado de él...
-Tuvieron una cita- asentí- Me dijiste que saldrías con Zara.- volví a asentir- Me mentiste para salir con el mendigo- escupió con desprecio.
-Él no... Yo no quise mentirte, sólo no supe decirte la verdad y luego Zara dijo eso de ir de compras y me pareció que estaba bien... No quería molestarte, y no me pareció rechazar tu oferta de cita por un"Disculpa pero saldré con mi mejor amigo". Eso no suena bien de ninguna manera y menos si te lo digo a ti... No esperaba que las cosas salieran de esta manera, no esperaba que todo el colegio se enterara.
-¿Cómo no se van a enterar si estuvieron paseando por la ciudad tomados de las manos?- exigió saber- No, no lo niegues. Vi un par de fotografías, te veías bastante contenta. Riendo por las calles pegada a él. Por eso estabas radiante ayer, por él, no por mi. No creas que soy tan tonto como para no notarlo ahora.
-Tenía meses sin saber nada de él. Tú lo sabes. Claro que estaba feliz de tener la oportunidad de salir a dar un paseo con él. Tienes razón, ayer desperté tan contenta que apenas entraba en mi de emoción. Pase el día esperando el momento de verlo, así como esperé deseosa todos estos meses que estuvimos separados. Lucas es mi mejor amigo. Lo quiero y lamento haberte hecho creer que era por ti. Pero cómo se supone que te digo que no cuando vienes ya con esa idea en la cabeza. "No, no es por ti, es por mi mejor amigo, ese que no te agrada por ser pobre". Vamos, eso hubiese sido...
-Debiste decirme.- su voz sonaba monótona, pero sabía que estaba conteniendo un ataque de rabia- ¿Cómo crees que me quede cuando llegaron diciendo que mi novia estuvo con otro chico? Como un idiota. Como el iluso que esta perdidamente enamorado de una chica que ni siquiera le presta atención. Eso dicen todos ¿Sabes? Que soy el que me esfuerzo en esta relación, que no sabes apreciar el que estemos juntos. Yo los escucho hablando por los pasillos.
-Lo siento. Sabes muy bien que si te presto atención. Vamos, sabes que te amo. Siempre lo he hecho.- puse mis manos sobre las suyas- Intentaré aclarar todo este asunto cuanto antes, pero debes ayudarme. Nadie me creerá si te ven amargado por pensar que te he engañado. No lo he hecho. Voy a casarme contigo, no con Lucas Jerclarf, ya eso deberías tenerlo claro.
-Sí, pero aun no nos comprometemos. Espero que no te importe que corra la fecha de compromiso a una mas cercana. Sé que le tienes mucho aprecio a ese chico de la calle pero necesito que me tengas aprecio a mi, no a él. Ya te lo dije una vez, yo puedo ser tu mejor amigo, quiero serlo. Vas a ser mi esposa, no pretenderás salir con él tomados de la mano mientras tengas un anillo en el dedo ¿o si?
-No...
-Eres mía, Sophia. Vamos a arreglar este mal entendido y luego no quiero que vuelvas a cruzarte con él. No te conviene, me tienes a mi. Y solo a mi me necesitas.
-No, no puedo hacer eso. Hemos estado separados suficiente tiempo, no puedo volver a dejarlo solo. Yo soy lo único que tiene aparte de su madre.- dije casi en un grito involuntario.
-Pues le buscaremos amigas que te compensen. Seguramente mas de alguna de esas chicas que te acosaron en la mañana quieren pasar el rato con él. He escuchado que ahora tiene admiradoras, y solo Dios sabe qué es lo que le ven a ese mendigo. Le presentaremos a algunas chicas y luego ya no tendremos que saber nada de él.
-No es lo mismo, nosotros...- no miento cuando digo que estaba al borde de las lágrimas. Esto no podía ser verdad de ninguna manera. No de nuevo. No pueden alejarlo de mi de nuevo.
-¿Ustedes? No, no hay ustedes. Solo hay "nosotros". Tú y yo, princesa.- besó mis labios y sonrió- Hoy, al salir de clases, iremos a ese café donde trabaja. Llevaremos a un par de amigas y nos presentaremos como la feliz pareja que somos. Nos aseguraremos de que escuchen que él es un simple amigo y que la semana próxima celebraremos nuestro compromiso. De esa manera todo quedará aclarado. Tú dejaras en claro que me amas a mi y solo a mi, y todo saldrá perfecto.
-¡¿La próxima semana?! Pero creí que esperaríamos a terminar este año escolar, es el último y...
-No podemos esperar tanto tiempo. Los rumores vuelan y no queremos que tu padre los escuche. ¿Verdad?
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Tú eres mi escape
Teen FictionSophia está atrapada en una vida monótona gracias a su opresivo padre, una vida de la cual no es dueña y en la cual no tiene voz ni voto. Sin embargo su padre toma una buena decisión, le deja salir con el inigualable Christopper, claro por razones i...