Atrapada

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Cuando volví a ver a Lucas, ese soleado día en la parte frontal de su casa, después de tanto tiempo, mi pecho se encogió y el corazón parecía haberse ensanchado dentro. La sangre me corría a una velocidad inigualable y un grito se escondía en mi garganta. Era abrazador y a la vez ahogador. Era tan reconfortante a pesar de que mi cuerpo sentía extraño.

Ahora, sentía algo parecido, pero no tan cálido y tampoco era nada hermoso.  La presión haría que la cabeza me explotara, tenía la boca como si me hubiese tragado un puñado de arena. Las manos frías me temblaban y mi frente sudaba como nunca. Tenía ganas de llorar y sin embargo, las lágrimas ni siquiera llegaban a asomar. Un nudo me aprisionaba la boca del estómago y las piernas a duras penas me sostenían. Esto no estaba bien. No lo estaba. Ya no volvería a verlo y no tendría momento para despedirme apropiadamente...

¿Qué digo? Jamas habrá una despedida apropiada para nosotros, y aun menos si debe ser para siempre... No podía, bajo ningún concepto debía hacer esto... Lucas... Apenas volvíamos a encontrarnos. ¿Tan poco duraría nuestra felicidad?

Nos reunimos fuera de la institución el grupo electo por Chris. Tres chicas, Anna, Kattie y Victoria. Anna Travell, hija de un contador de renombre, tenía el cabello corto, negro, enmarcándole el rostro, sus ojos eran avellana y su tez pálida; era de rasgos suaves y no medía más de 1.55, se veía adorable. Kattie, hija de la famosa estilista Margarett Hank, una rubia espléndida; su cabello caía por su espalda perfectamente peinado y ondulado; era casi de mi estatura y en sus ojos reinaba una mirada picara y seductora. Victoria, hija de los inigualables Conrwod, llevaba el cabello castaño recogido en una coleta alta; sus ojos de azul celeste; poseía un porte atlético y elegante; una sonrisa de superioridad jugaba en su cara y, aunque sabía que ninguna de ellas era el tipo de Lucas, todas, sin excepción, eran hermosas.

Estaba asustada a un punto casi agobiante. Primero, porque indudablemente iba a perderlo, otra vez, en menos de dos días. Segundo, porque realmente podía gustarle alguna de estas hermosas chicas y yo... Pues me quedaría igualmente fuera de su vida pero seria indudablemente peor.

Buen plan Chris, busquemosle una nueva amiga a Lucas, claro, eso resolverá todo. ¡Idiota! ¿Qué no ves que yo debo ser la única?

Insistí en llevar a Zara con nosotros, solo para sentirme acompañada. Las tres chicas pretendían amarme, eran tan simpáticas que resultaba casi empalagoso. Christopper tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos. Les sonrió y nos presentó.

-Sophia, princesa, ellas son mis amigas de infancia, debes conocerlas. Ellas son Anna, Kattie y Victoria- dijo señalándolas respectivamente- Nos acompañaran hoy al café nuevo, Lookbuk. Las invité porque creí oportuno que estuvieran presentes en este momento especial para los dos.- luego se dirigió a ellas- Hoy les daremos una gran noticia.

-Chris, pero pensamos que con todo lo que había pasado hoy...- comenzó a decir Anna aferrada a su manga, poniendo una cara de tragedia indescriptible.

-No te preocupes por esos chismes, Ann, linda- le sonrió él, a la vez que le acariciaba el lacio cabello- Todo eso no son mas que habladurías. Ambos lo dejaremos en claro hoy. Frente a ustedes, mis queridas amigas.

-Pero nosotras vimos las fotografías en las que...

-Mi amada Sophia, tiene una cercana amistad con el mesonero del café. Son como hermanos, no se deben malinterpretar esas cosas. Además, es por esa relación que hay entre ambos que vamos al famoso Lookbuk. Queremos que él también este presente para el anuncio- sonrió ampliamente y ellas le imitaron.

-Estoy tan emocionada, ya quiero oírlo.- saltó Kattie en un intento fallido de ser adorable.

-Estamos solas en esto- susurró Zara a mi oído- Lo lamento, pero no creo que debamos...

Tú eres mi escapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora