Ese día me senté junto a la ventana grande de la biblioteca, sola, mirando el camino por el que una vez le había visto llegar. Me senté y espere largas hora, como aquellos lejanos días de verano, en los que me iba al campo y me quedaba esperándolo. Esos días se veían ahora lejanos, llenos de sol y brisa cálida. Ahora el viento comenzaba a soplar frío en las interminables noches y el cielo se nublaba durante los aún más largos días. Ya las flores comenzaban a secarse y los árboles se despojaban de sus vestiduras, ya el invierno se acercaba y, una vez más, yo sola me encontraba.
Desperté apoyada en el ventanal, cuando un rayo del sol naciente alumbró el cielo. Tenía el cuerpo entumecido y los párpados me pesaban. Me desperece y sin el mas mínimo deseo, fui a prepararme para mi último día de libertad. Ya mañana se celebraría la ceremonia de compromiso y mentiría si dijera que no estoy angustiada, pero a la vez me siento sin energías para llenarme de preocupaciones y temores, ya me ocuparía de eso mañana, cuando me encuentre en medio de un montón de desconocidos, fingiendo que soy inmensamente dichosa.
Desayune temprano con mi madre, para luego sentarnos en la sala pequeña a charlar. Aun me quedaba tiempo antes de irme al colegio. Ella seguía atemorizada por lo que pudo pasarle a Javier, él no había dado ni señales de vida y el tiempo seguía pasando. Por lo que sabíamos, papá puede estarlo cazando junto con sus servidores, sin embargo, no había mucho en lo que nosotras pudiéramos ayudar al pobre Javier. Él seguía desaparecido en acción y nosotras llenas de dudas y angustia.
-Todo estará bien. Él regresará en cuanto este seguro.- intentaba autoconvencerse mamá- Él volverá en cualquier momento. Tu padre no podría dar con él, es muy cuidadoso. Lo se...
-Si lo encontrara, seríamos las primeras en saberlo, no dudes eso. Aún está a salvo.
Se hizo un momento de silencio y luego ella habló de nuevo.
-¿Lucas?
-Él... No lo se. Creo que ya no quiere verme y yo no puedo verlo... Tanto Christopper como papá me han prohibido ser su amiga y...
-Eso no esta bien. Cariño...
-Mañana será la ceremonia mamá, ya no hay nada que pueda hacer por nosotros.
-Sophia, tú...
-Ya debo irme. Lo siento mamá. Hablaremos luego.- bese su frente y me retiré.
Al llegar al colegio me encontré con que Anna había estado esperándome en la entrada. Me vi tentada a ignorarla por completo pero mi educación me traicionó, y terminé saludándola con una sonrisa. Estaba muy bonita hoy, con dos lazos en el cabello y las pestañas bien rizadas. Quise seguir adelante en cuanto cumplí con la formalidad pero me detuvo de inmediato.
-¡Espera! Verás... Quería hablarte de algo.- dijo tímida.
-Creo que ya vamos tarde- traté de avanzar.
-Necesito tu apoyo.
-¿Mi apoyo?- la mire con detenimiento y me preparé para lo que fuera que saliera de su boca.
-¡Sí!- se entusiasmó al ver que ya no intentaba huir- He estado saliendo con Lucas estos días, ya sabes, desde aquel momento.- sonrió ilusionada-.
¡Que la mato! ¡Por los dioses que la mato! ¡¿Cómo se atreve a restregarme en la cara que ha estado viéndolo, saliendo con él, mientras que yo me muero por verlo?! ¿Cómo se atreve a decirme que han estado saliendo mientras que yo lo espero como idiota durante toda la noche? ¿Cómo se atreve siquiera a mencionarlo frente a mi?
Un sentimiento bullía en mi interior y gritaba para que lo dejase salir. Me contuve y me obligue a sonreír.
-Ya he hablado con Chris... Hoy, después de las clases, quiero que juntos tengamos una cita doble. ¿Qué te parece? ¿No es estupendo?
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Tú eres mi escape
Teen FictionSophia está atrapada en una vida monótona gracias a su opresivo padre, una vida de la cual no es dueña y en la cual no tiene voz ni voto. Sin embargo su padre toma una buena decisión, le deja salir con el inigualable Christopper, claro por razones i...