El Internado.

Solo nosotros.

Héctor ve su block de dibujo. Lo mira más de dos veces, asegurándose. Pensaba que lo había perdido. Pero no sabía si era el suyo a ciencia cierta. Seguro que es uno que se le parece. –Piensa.

No puede ser. Ese block lo dibujé hace casi treinta años. ¿Por qué Marcos y sus amigos lo tienen? ¿Qué es lo que está pasando? –Narra Héctor.

Hace treinta años.

-Samuel, deja de pintar. ¿No ves lo que tenemos encima? –Le dice su amigo Héctor.

-Déjame, si dibujo esto, quizá alguien lo vea y si nos pasa algo, nos ayudarán. –Contesta.

-¿Cómo van a matar a unos niños? –Le espeta.

-Por si acaso. –Dice sin hacer caso a su amigo.

Ahora.

Sus pensamientos desaparecen cuando de pronto llega Marcos e Iván. Iván, corre hacia donde está el cuaderno y lo coge disimuladamente.

-Hola Héctor. ¿Quiere algo? –Dice Marcos.

-No, nada importante. Venía a preguntarte sobre Paula. ¿Qué tal la ves?

-Bien, bien. Ha hecho amigos y se lleva muy bien con Evelyn.

-Me alegro. Es que lleva unos días diciendo que ve a un hombre muerto en la laguna y mete miedo a los demás niños.

-Sí, bueno. Mi hermana se cree todo lo que le dicen. Quizá uno de los mayores le ha contado una historia y por eso dice esas cosas. Pero, la verdad es que parece que las cosas se están tranquilizando. –Dice Marcos, sin creerse sus propias palabras.

-¿Sabes que si os pasase algo podríais contármelo, verdad? –Dice Héctor intentando sacarle algo.

-Claro. Para eso es nuestro tutor legal y para eso le pagan. –Dice Marcos.

Héctor no quiere entrar en disputas con Marcos. Lo único que quiere es llevarse bien con él y hacer su estancia más agradable. Se va, dejándolo allí.

-Por los pelos. La próxima vez hay que guardarlo mejor. –Dice Iván.

Héctor se va hacia su despacho cuando se encuentra con María.

-Hola. –Dice Héctor.

-Hola. –Dice María.

-¿Has pasado buena noche?

-Sí, aunque digamos que un hombre que no sé quién es, ha estado mandándome mensajes toda la noche. –Dice graciosa.

-¿Quién será, eh? –Sabiendo que ha sido él. -¿Qué vas a hacer con Iván? ¿Ya le has dicho que es tu hijo?

-No, aún no. Estoy buscando el momento. Es muy difícil decirle a tu hijo que eres su madre.

-Tienes todo mi apoyo. ¿Lo sabes, no? –Dice acariciándole la cara.

Elsa que aparece por allí, se pone muy celosa.

-Héctor, ¿Podemos hablar? –Dice.

-Claro. Un momento. –Dice Héctor, callándola.

-Será mejor que yo me vaya. Tengo mucho trabajo. –Dice María, yéndose al ver la tensión que hay.

-¿Cuándo me piensas pedir perdón por el plantón de ayer? Esto es el colmo.

-Sé que hice mal. Pero ya te conté lo que me pasó. Si no me crees, yo no puedo hacer más. –Dice sin querer contarle que se besó con María.