El Internado.

Ni frío ni calor.

Los chicos están sobrecogidos. Al parecer la única persona que iba a sacarlos de ahí, ha aparecido ni más ni menos, que muerta en el baño del colegio.

-No me lo puedo creer. Ya no tienen ningún reparo en matar en el colegio. –Dice Iván.

-Para que nadie se dé cuenta tiene que ser alguien del colegio. Alguien al que esté siempre. –Dice Roque.

-Muy bien, Roque. Pero esto es un internado, aquí nadie sale. Todo el mundo se conoce. –Dice Carol.

-Pues al parecer, no se conocen muy bien. –Dice Julia.

-Será mejor que hagamos caso a Héctor y nos vayamos de aquí. –Dice Marcos.

-Hay que bajar a los pasadizos ya. –Dice Iván. –No podemos dejar pasar más tiempo.

Los chicos esperan a que se haga de noche para bajar. De esa forma, nadie los verá. Aunque saben que ahora que Mateo ronda por el colegio tienen que tener más cuidado.

-No hay que separarnos. Seguro que tienen más seguridad y podrían hacernos algo en cualquier momento. –Dice Marcos.

-Está bien. –Dice Roque.

Siguen andando y llegan hasta la puerta donde se supone debería de abrirse con la llave que encontraron.

-Aquí es, vamos a ver de una vez por todas, que esconden aquí. –Dice Marcos.

Introduce la llave en la cerradura y parece que la puerta no se abre. Hace un poco más de fuerza y la consigue abrir. Casi no se lo cree. Pasan con cuidado de no hacer mucho ruido por si hubiese alguien.

-Parece que no hay nadie. Podemos pasar. –Dice Marcos.

-Esto es muy antiguo. –Dice Vicky.

-¿Qué narices pinta una cama aquí? ¿Y una cuna? –Dice Carol.

-Miren. Aquí hay comida y parece de hoy. –Dice Roque.

-¿Esto no es lo que hemos comido hoy? –Dice Marcos.

-¿Qué pasa? ¿Qué a quien tengan secuestrado aquí le dan de nuestra comida? –Dice Iván.

-Yo ya cada vez lo flipo más. Todo lo que parezca imposible de parecer, aquí ocurre. –Dice Vicky.

-Marcos, ¿Cómo se llamaba tu madre? –Dice Carol.

-Sandra Pazos. –Dice Marcos.

-Pues si no me equivoco, aquí ha estado tu madre. –Dice señalándole la mesita.

En ella hay como un cuaderno. Tiene varias hojas escritas, Marcos reconoce la letra de su madre.

-La fecha es la de hoy. Así que eso significa que ha estado aquí. –Dice Vicky.

-¿Y si ha estado aquí? ¿Dónde está ahora? –Dice Julia.

Marcos coge el cuaderno y empieza a rebuscar por toda la habitación, esperando encontrar algo más.

-Aquí no hay nada. –Dice Roque.

-Es mejor que salgamos de aquí. Puede que vengan en cualquier momento. –Dice Vicky.

-Vicky lleva razón. Será mejor que nos vayamos. –Dice Carol.

Los chicos salen de la habitación, cuando oyen unos pasos. Se intentan esconder, con la mala suerte, de que se separan en parejas. Marcos con Carol, Julia e Iván y Roque con Vicky.

-Genial. –Dice Julia.

-¿Qué? –Dice Iván.

-Pues que nos hemos separado. Ahora a ver cómo nos volvemos a juntar.