El Internado.

¿TÚ?

Iván y Marcos consiguen salir de los pasadizos sin que nadie los pille, pero tienen que conseguir una tarjeta para poder seguir descubriendo lo que de verdad está ocurriendo en su colegio. Cuando todos están reunidos, Carol llega, pero ninguno quiere contarles nada.

-¿Ya estamos con lo de que yo soy el topo? –Dice Carol.

Ninguno contesta, saben que es cierto.

-Es mejor que nadie sepa nada. –Dice Iván.

-Ya, mucho "no hay topo" pero no me lo queréis contar. –Vuelve a hablar Carol.

Cuando Marcos intenta justificar el comportamiento, Carol no quiere oír nada más.

-No Marcos, la primera idea es la que vale. No quiero más justificaciones. Además, tenemos que ir a clase, como a todos, a mí también me ha castigado Elsa.

Todos se dirigen hacia la clase donde Elsa ya los está esperando.

-Espero que levantándoos una hora antes mientras todos duermen, os entren más ganas de acatar los horarios del internado. –Dice Elsa, mientras revisa documentos.

Todos se sientan en sus respectivos asientos haciendo lo que Elsa les ha mandado, deberes.

Están nerviosos, en menos de una hora, sonará la alarma avisándoles que tienen que tomarse la medicación y para su mala suerte, están castigados.

-Elsa, ¿Puedo ir al baño? Es que estoy con la regla. –Le dice.

-Anda, sí, ve. –Dice Elsa.

Esta, aprovecha y se dirige a las habitaciones de sus compañeros y recoge todas las medicinas para poder dársela a sus amigos.

Cuando llega a clase, faltan escasos minutos para que suene la alarma, así que con un poco de suerte, la clase habrá acabado.

-Mierda, las medicinas. –Dice Marcos por lo bajo.

-Julia ha ido a por ellas. –Dice Iván.

Esperan impacientes y cuando Elsa se marcha de allí, deciden tomársela.

Empiezan a tomarse la medicina e Iván se da cuenta de que la suya está rara, no sabe como siempre.

-Mi medicación sabe distinta. ¿A ver? –Dice Iván,

Marcos la prueba y efectivamente, no es como la de todos.

Vicky también la prueba, no es medicina como la de los demás.

-Esto es agua con sal. –Dice Vicky.

Todos empiezan a mirarse.

Empiezan a mirar a Iván, con ojos interrogativos.

-¿No creeréis que yo soy el topo? –Dice Iván.

Ninguno habla.

-Lo que me faltaba por oír. Creerme que si yo fuese el topo, mi padre no me habría hecho tantas putadas.

-A lo mejor te las ha hecho para disimular. –Dice Roque.

-A lo mejor eres tú el topo, enano de mierda. –Dice Iván, poniéndose nervioso.

-Nacho tenía razón. –Dice Vicky. –Después de todo lo que hemos pasado, uno de nosotros nos ha traicionado.

-Por eso siempre nos roban las pruebas. –Dice Julia.

-Y todos creéis que soy yo. –Dice Carol. –Os recuerdo que no me dejaron ir a ver a mi madre cuando se murió. Os recuerdo, que he estado a punto de morir en numerosas veces con vosotros. Pero bueno, ya veo que habéis decidido.