El Internado.

¿Qué está pasando?

Marcos e Iván, están en las duchas. A pesar de todo lo que saben es mejor que no empiecen a levantar sospechas.

-No te preocupes, Marcos. Pronto descubriremos porqué tienen a tu hermano.

-¿Y si le están haciendo cosas malas? ¿Por qué lo quieren a él?

-No lo sé, Marcos. Quizás es un niño profeta o algo de eso.

-Profeta. –Le corrige a Iván. –Da igual como se llame. Pero estamos juntos y no han podido con nosotros ni van a poder. –Lo tranquiliza.

Julia ha terminado de hacer unos deberes que le quedaban por terminar y decide hacerlo en la biblioteca. Sabe que es tarde, pero en el cuarto no consigue concentrarse y a estas horas nadie la molesta. Cuando está a punto de acabar, oye unos pasos, supone que es Jacinta, que está haciendo la ronda de noche, pero no. Es Noiret.

-Bueno, ¿Vamos a tener esta conversación todos los días? Fue un puto suicidio. Sin más. Lleva muerta muchos años, ¿Tan difícil es que ahora no podamos ocultar el secreto?

¿De quién está hablando Noiret? ¿Quién se suicidó?

No quiere quedarse para saberlo. Corre hacia su habitación. Todo le parece muy raro.

Elsa vive un buen momento personal. Con Samuel y Noiret, cree que lo tiene todo. Está feliz.

-Soy nuevo en todo esto. Tienes que perdonarme. Quiero vivirlo todo contigo. –Dice Noiret. -¿Quieres casarte conmigo?

Elsa no se lo esperaba. ¿Casarse con Noiret?

Los cocineros y demás, están preparando los desayunos. María y Fermín siguen en sus trece. Éste ya no sabe qué hacer.

-No tendré muchos novios, pero creo que lo sé hacer mejor que tú. –Dice Jacinta.

Sabe que se quieren, pero como siempre, todo lo tienen difícil.

Todos se han reunido en el salón de actos para despedir a Susana. La chica que encontraron ahorcada en el baño. Aplauden en memoria de la chica y prestan las condolencias a la tía de la fallecida.

-Elsa. ¿Cuándo pensabas contarnos que te ibas a casar? –Dice Camilo.

-Bueno, no creo que sea un buen momento para decirlo, ¿No? –Dice mientras ve como Iván la está escuchando.

-Elsa, ¿Podemos hablar un momento? –Dice Iván.

-Si me vas a decir una barbaridad, prefiero que te lo ahorres. –Dice Elsa.

-¿Qué te ha prometido? ¿Qué te ha dicho para que decidas casarte con él? Ya sé, te ha dicho que quiere formar una familia contigo, que ha cambiado. ¿Verdad?

-No hables así de tu padre. Él me quiere.

-Ah, ya. Es verdad. Se me olvidaba. A la última mujer que quiso, le rompió un brazo. ¿Sabes? Y muchas noches, se colaba en mi habitación, porque le tenía pánico. Tenía que saltar por mi ventana para escapar. Pero, supongo que a ti te querrá más, porque se va a casar contigo y va a hacer de padre. Ya me contarás. Mamá.

Elsa quiere pensar que lo que le está diciendo es una simple rabieta de crío adolescente. Pero, también no puede dejar a un lado los antecedentes de violencia de género. Lo quiere, y quiere darle una oportunidad. No tiene porqué pasar nada malo. Si ocurriese algo, lo dejaría y se acabaría el problema, ¿No?

Han abierto un libro de condolencias donde todos los alumnos escriben buenos deseos y recuerdos sobre Susana.

Carolina, es la encargada de escribir en el libro de condolencias para no levantar sospechas.