Ángel - (Tercera parte de Bestia)

Capítulo 22

HOLA DE NUEVO

Encontré un ratito para escribir esto y estoy muy feliz. <3

Solo quería rapido decirles que por mi carrera estoy tomando más en serio la fotografía, así que si quieren ver mi trabajo pueden encontrarme en instagram como @ariadna.sl6 Si quieren seguirme y regalarme unos likes allá se los apreciaria mucho. <3

Eso es todo, disfruten el capítulo.

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- Asaiah, por favor. — Mi voz casi se escuchó como si estuviera rogándole.

- No, ya lo dije, no. — Ladeé mi cabeza y lo miré con desaprobación.

- Dios, pareces un niño pequeño. — Negué y volví a tomar el tazón con la sopa. — Tienes que comerte al menos la sopa, no quiero volver a tener que discutir con el doctor.

- Pero esa cosa sabe asquerosa. — Alzó el brazo para señalar el tazón y al hacer este movimiento hizo un gesto de dolor. — Para ese maldito doctor es fácil decir que debo comerme esa horrorosa sopa, estoy seguro de que jamás ha probado la comida que sirven en este maldito hospital. — No pude evitarlo, una sonrisa se me escapó y volví a negar con la cabeza. — ¡Oh! ¡Tú tampoco te burles!

- Por favor, no creo que esté tan mal.

- ¡Pruébala!

Me encogí de hombros y tomé la cuchara para probar la sopa. En cuanto el líquido invadió mi boca un fortísimo sabor nubló mi gusto, un sabor realmente asqueroso y de hecho tuve que aguantar mis reflejos de escupirla. Tragarla me costó un gran esfuerzo y al terminar sacudí la cabeza.

- ¡Te lo dije!

- No vas a comer esta porquería. — Aun hacia muecas por el sabor. Fui hasta el baño de la habitación y tiré la sopa directo al váter. — Pero tienes que comerte lo demás, honestamente no puedo creer que exista algo peor que esa estúpida sopa.

- No, el pollo está mejor. — Me senté al pie de su cama y le acerqué la mesita para que le fuera sencillo comer el resto de lo que estaba en su bandeja.

Cuando comenzó a comer el pollo en su plato, pude ver como su rostro cambió, era una de sus primeras comidas sólidas. Cada día mejoraba más, pero aún así me dolía verlo en esa cama de hospital, lleno de vendajes y adolorido... Indefenso.

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Mis manos tiemblan mientras hago el intento de recoger la tarjetita de presentación que el mafioso había dejado sobre la encimera. Cuando estiro mi mano puedo notar mi anillo, más que de compromiso era una promesa, promesa de encontrar un futuro juntos. Pero de pronto todo se ha caído al suelo de nuevo.

Ni siquiera noto cuando Asaiah se aleja de mi lado, pero escucho su grito cuando este patea la mesita de noche frente al televisor. Recoge un libro del suelo y lo arroja contra la pared. Da dos zancadas y golpea la pared mientras suelta otro grito.

- ¡Asaiah! — Trato de llamarlo, pero parece no escucharme. Corro hasta dónde está y le sujeto por los brazos. — Asaiah, por favor. — Le suplico. Su respiración es agitada y no deja de jadear. Sus músculos se tensan bajo mis manos y deja escapar un suspiro. Se deja caer de rodillas y rápidamente me acomodo detrás de él, rodeándolo con mis brazos y dejando mi nariz contra su nuca. Sus dedos se aferran de mis brazos y muñecas mientras lucha para recuperar el aliento.

- Christina... — Susurra mi nombre. — Estoy cansado... Estoy tan cansado de todo esto.

- Lo sé. — Murmuro y lo estrecho más fuerte, de alguna manera para tratar de hacerle sentir que estoy cerca de él, para él.