Perdón por no actualizar tan seguido, he estado escribiendo mucho, pero no aquí, no sé... En fin, perdón x2
Las cosas se ponen complicadas nuevamente. Hasta me odio a mí misma por hacerles esto a Chris y a Asaiah. Lo siento si sufren también cjau.
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En cuanto vi a esos hombres, tuve un mal, un muy mal presentimiento. Tomo mi café y voy casi corriendo con Asaiah. Me siento al lado de él y me acerco a su oído para susurrarle.
- Vi a unos hombres afuera. Con armas. — Su rostro cambia y sus ojos se agudizan.
- ¿Estás segura? — Pregunta.
- Cien por ciento. — Él hace una mueca, pero no dice nada más. Dejo mi vaso de café en la mesita que estaba al lado de mi sillón, de pronto se me han ido las ganas de beberlo. De pronto con el rabillo del ojo puedo ver como las puertas del elevador al lado de nosotros se abren y veo a los mismos hombres. — Asaiah. — Jadeo. No le cuesta trabajo entender a lo que me refería y los mira con cautela y luego me rodea con los brazos.
- Ven. — Refugio mi rostro contra su pecho y siento como me aprieta ligeramente. Con mi vista periférica puedo percibir como los sujetos se dirigen a la recepción y se detienen a preguntar algo. — No te muevas. — Susurra en mi oído y besa mi coronilla antes de esconder su rostro en mi cabello. — Están yéndose. — Después de unos segundos me suelta y me mira a la cara. — Igual las vi. — Dijo refiriéndose a las armas. — Ahora vengo.
Se pone de pie y se dirige a la recepción a hablar con la enfermera con la que los mismos hombres hablaron hace un rato. Pasan menos de cinco minutos y él regresa, con una expresión extraña en el rostro.
- ¿Qué pasa? — Pregunto.
- Ya nos podemos ir. — Se agacha para tomar mi café y me ofrece su otra mano para ponerme de pie. Yo lo hago un poco confundida y vamos hasta el ascensor. No vuelve a hablar hasta que estamos dentro de la camioneta, cien por ciento seguro que estábamos solos. — Estaban buscando a Massimo. — Dice antes de encender el motor. Me dedica una mirada rápida. — Ellos deben de ser quienes lo golpearon y lo están buscando. Por eso nos vamos, no quiero involucrarme en eso. — Trago saliva. Entiendo que eso sea mucho más allá de lo que pueda manejar, pero de todas formas siento que está mal.
- ¿No deberíamos hablar con la policía o algo?
- Chris... Ni siquiera sabemos quiénes son. — Me rasco la barbilla. — Mañana regresaremos a ver a Massimo, tal vez pueda hablar y decirnos que diablos está pasando. — Traga saliva y suelta un suspiro. — Mientras tenemos que tener cuidado. — Vuelve a suspirar. — Demonios, estoy harto de esto.
- Hey. — Llevo una mano a su nuca y acaricio su cabeza suavemente con las yemas de mis dedos. — Todo estará bien, ¿sí? — Asiente, pero no responde.
- Solo vámonos a casa, Christina.
No tenía que decirlo, yo estaba harta. Algo tenía que pasar siempre, era como si la oscuridad no quisiera dejarnos vivir. Y lo peor de todo; amenazaba con quitarme a Asaiah de mi lado. Pero yo estaba decidida a no dejar que eso pasara. No lo iba a dejar solo, no lo dejaría luchar solo con una carga que ni si quiera le corresponde.
Al día siguiente tuve que regresar al instituto y me encontré con Clarisa, quien estaba entusiasmada por saber cómo me había ido en la entrevista. Y con todo lo que había pasado solo unas horas atrás, no podía importarme menos. Mandarían los resultados en poco menos de dos semanas y no quería preocuparme por nada más.
De pronto la conversación cambió de curso; Trevor. Lo había visto el fin de semana pasado y se había olvidado de mencionarlo. Me agradaba saber que Trevor estaba teniendo la vida que merecía. Seguía con la misma chica y Clarisa ya la había conocido, y si ella la aprobada, quería decir que era alguien que se merecía a una persona tan sorprendente como Trevor.
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Ángel - (Tercera parte de Bestia)
Roman pour AdolescentsYa ha pasado el peligro. ahora Asaiah y Christina pueden estar juntos. O al menos eso piensan. No pasa mucho tiempo cuando su felicidad se ve de nuevo interrumpida por otro personaje del pasado turbulento de Sat. Y Christina otra vez tiene que lucha...