ANUNCIO IMPORTANTE
Wattpad me está fallando, no sé si soy la única. Literal estuve dos horas tratando de subir el condenado capítulo, no me daba acceso a mis obras y me estaba desesperando.De verdad no sé que demonios está pasando, hace ya varios días que estoy luchando con la condenada pagina. Así que si tardo un poco en subir el capítulo, es porque Wattpad no me quiere funcionar.
Ya investigué un poco y todo Enero ha estado fallando, pero espero no ser la única con problemas. ARGH.Bueno, eso es todo (?
Ah no, lo siento. Quería decirles que mi novela "Transfusión" ya está en el lugar 85 en la categoría de Vampiros, así que si está ahí es por algo 7u7 ¿no? Ya sé que deben de estar hasta la coronilla que les repita que la lean, pero de verdad se los pido de rodillas que lo hagan, ya que le puse demasiado empeño a escribirla y pronto empezaré la secuela.
Ahora sí, adios. <3 Y sean fuertes, sé que a penas es Enero, pero todavía faltan once meses por los que luchar. (Y sí, me refiero a todo lo de Trump.)
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Recuerdo que una de las primeras noches que Asaiah pasó en el hospital, él tuvo una pesadilla. Fue tan vivida que gritaba y sollozaba entre sueños. Yo sin saber qué hacer, me acercaba para tratar de despertarlo o consolarlo. Además, me preocupaba que con sus movimientos bruscos se fuera a lastimar o a abrir algún punto. Aunque estuviera en cama, tenía muchísima fuerza, por lo que tuve que usar toda la mía para mantener sus brazos quietos a sus costados.
No fue hasta varios minutos después que pude controlarlo. Él se dejó de mover y poco a poco fue despertándose. Cuando me vio, tardó un rato en darse cuenta que ya había dejado de soñar, que yo estaba realmente ahí, con él. Apretó mi mano y la llevó sobre su pecho, justo sobre su corazón, donde se localizaba su tatuaje.
No me contó lo que soñó aquella noche, y yo tampoco le pregunté por eso.
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- ¡Asaiah! — Trato de llamar su atención. Él no hacia otra cosa más que caminar por toda la habitación. Corro hasta él y tomo su barbilla obligándome a mirarme. — Tranquilízate, por favor, Asaiah...
- No. — Él toma mi cabeza con sus dos manos y me mira con la misma frialdad con la que había mirado a aquel hombre, solo hacía unos momentos. — No entiendes. — Murmura. — Él no tiene por qué estar aquí. Él...
- Lo sé. — Asiento. Él me suelta, pero no deja de mirarme. — Asaiah tú eres fuerte. Sea por la razón que sea, él ya no puede lastimarte. No más.
- Es mi padre, Christina. — Suelta un suspiro y da un paso atrás. — Él es el culpable de toda la mierda por la que pasé. No lo quiero volver a ver.
- No estás obligado a hacerlo, tú no le debes nada. — Vuelve a suspirar y sacude la cabeza. Voltea a ver la puerta. Acababa de cerrarle la puerta en la cara y había corrido dentro de la casa, como si buscara refugio. Toma aire y alza los hombros, volviendo a su postura imponente. Camina hasta la puerta y yo le sigo detrás. Abre la puerta y él hombre que estaba sentado dándole la espalda, da un respingo.
- ¿Qué quieres? — Ladra Asaiah. — ¿A qué viniste? — El anciano se pone de pie con trabajo y se coloca para verlo bien.
- Hijo...
- No me llames así. — Lo interrumpe. — Perdiste el privilegio de decirme así hace muchos años. — El hombre tragó saliva y frotó sus manos.
- Asaiah... — Jadea. — ¿Puedo hablar con tu madre?
- ¿Ah que no lo sabes? — El viejo lo ve y alza las cejas. — Murió hace años.
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Ángel - (Tercera parte de Bestia)
Novela JuvenilYa ha pasado el peligro. ahora Asaiah y Christina pueden estar juntos. O al menos eso piensan. No pasa mucho tiempo cuando su felicidad se ve de nuevo interrumpida por otro personaje del pasado turbulento de Sat. Y Christina otra vez tiene que lucha...