XXI "Hermanos Styles"

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La mañana fría era el pretexto perfecto para mantener su cuerpo pegado al de Louis y no querer levantarse de la cama aún después de que el gran reloj de Londres anunciara las siete de la mañana en punto. La noche anterior había sido bastante entretenida, muy divertida para ser sincero, la había pasado bien con las manos de Louis sobre su cuerpo y la maldita boca caliente que se cargaba lo había llevado al cielo. Estaba muy equivocado respecto a las formas convencionales de obtener placer que conocía, pues como todo semental igual a él solo encontraba el goce si ponía su pene en un agujero apretado. Que perdido estaba en las maravillas del sexo sin embargo Louis quien parecía conocer bastante de las zonas erógenas del cuerpo humano estaba totalmente dispuesto a enseñarle.

El pequeño príncipe dormía plácidamente sobre su pecho desnudo cubierto solamente de tinta, el vaivén del respirar lo arrulla, se encuentra tan inmerso en su sueño que Harry no permitiría que nadie lo moleste. El opekun está despierto desde hace poco más de una hora, sin embargo no tiene la mínima intención de levantarse pues su comodidad y la oportunidad de ver a Louis dormido no se compara con nada. Está totalmente dispuesto a recibir el sermón que su padre le dará por no atender sus responsabilidades del día de hoy. Es mitad de semana y olvidar un poco sus tareas es imprescindible para vivir un poco de vez en cuando.

La puerta resuena bajo el tenue golpear de Maura quien es la responsable de levantar a Louis temprano para asistir a la escuela.

-¿Louis? -dice la mujer. Su voz es lejana debido al grosor de la puerta-. ¿Louis y estás despierto? Tienes clase a las ocho. -Nuevamente golpea la puerta suavemente, gira la perilla y empuja una de las hojas de madera de cedro para asomar la vista en la hendidura-. ¿Louis?

-Hola... -susurra el rizado.

-Oh... No sabia que estabas aquí Harry. Buenos días. -Maura desvía la mirada hasta el suelo, entonces Harry es consciente de que lo único que cubre su cuerpo es una parte del edredón en su parte media. Sin embargo no se mueve para cubrirse porque no quiere molestar a Louis.

-Buenos días, Maura.

-¿Puedes despertar a Louis? Tiene que llegar a clase de ocho de la mañana. -pregunta sin desviar la mirada del suelo mostrando la discreción por defecto que ha adquirido.

-Claro. -La mujer asiente y cierra la puerta. Harry no quiere despertar a Louis pero es un príncipe con un itinerario que cumplir.

-Por favor recuerdale que tome sus pastillas, que use la solución de eucalipto que abre sus poros para darse un baño, después se humecte la piel con crema y que se abrigue bien, es una mañana fría.

-Lo haré.

-También preguntale donde quiere tomar su desayuno y que estilo se le apetece, llama a la cocina desde el teléfono y proporciona esa información lo antes posible. Pídele que escoja un traje para la comida que tiene con el primer ministro hoy a las dos, que lo deje sobre el perchero junto a los zapatos que desea usar para que pueda venir a planchar, lustrar y enviárselo a la universidad.

-Entendido, Maura.

-¿Quieres desayunar algo, Harry? ¿Necesitas que envíe tu ropa a la lavandería? No tardarán más de veinte minutos tenerla limpia para ti. -Pregunta. Es lindo que una persona del servicio lo trate como a uno más y no como un jefe. Es más cálido cuando una mujer tan dulce te habla así, sobre todo si nunca has tenido cariño.

-Ugh no es necesario lo de la ropa, iré a casa después de aquí. Aunque el desayuno sería bueno. -sonríe. Debido a la posición semi desnuda sobre la cama y Louis durmiendo sobre su pecho debería sentirse incómodo, pero raramente hay algo de confianza con esa mujer.

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