Las puertas del Gran Salón de la Unidad se abrieron frente a sus ojos, cuando la voz del hombre encargado de hacer las presentaciones de todos los invitados, hizo eco en las paredes del lugar. Harry se aferró a la mano de Louis. Por el rabillo del ojo vió su manzana de Adán subir y bajar. Nervioso. Observó sus manos entrelazadas cuando el bullicio de la fiesta llegó hasta sus oídos, fue capaz de sentir los latidos de su corazón con sólo tocar sus manos.
Sonrió cuando sus uñas cubiertas de barniz negro llamaron su atención. Comenzaron a caminar, sin soltarse hasta llegar al borde de la escalera. Toda la gente los miraba, algunos murmuraban o sonreían falsamente, sorprendidos, muchos otros tenían expresiones escandalizadas o de cierta repulsión que les costó mucho trabajo dicimular. Era la primera vez que se presentaban ante toda la alta sociedad de Reino Unido.
De momento, entendió el nerviosismo de Harry; pero ya era demasiado tarde para arrepentirse y volver a su zona de confort. Giró el cuello levemente para encontrarse con su mirada, como si sus movimientos fueran un reflejo inconsciente de lo que hacían. Le sonrió.
-Me gustan tus uñas. -dijo. Aquel intento vago por alejar la tensión de su cuerpo, funcionó. Con pasos firmes comenzaron a descender las escaleras. El brazo de Harry flexionado a la altura de su pecho con Louis colgado de él-. No las había visto. -Una sonrisa furtiva se formó en los labios de Harry.
-Bueno, no tenías como verlas cuando mis dedos estaban dentro de tu culo. -Y ahí estaba de nuevo el Harry que amaba. Sin miedo a decir las cosas, con una sonrisa casi invisible, además de un exquisito olor a tabaco y Channel. Un sabor a miel y café.
-Tiene sentido. -respondió-. Mi madre estará muy furiosa cuando te vea.
-Creo que ya lo está, desde aquí puedo ver su rostro enojado. -No pudo evitar una risa burlesca salir de él.
¡Vaya que las escaleras estaban resultando más largas de lo que aparentaban! Porque apenas terminaban la primera mitad y las miradas que les dirigían ya comenzaban a pesar. El revólver en su espalda estaba punzando en una zona que no debía o tal vez solo era su imaginación tratando de concentrarse en algo que no fuera el millar de pares de ojos que lo miraban completamente indescifrables. Tragó en seco nuevamente, esta vez dolió.
-Siento que en cualquier momento me caeré de boca. -dijo Harry. Louis dejó salir una risa lo suficientemente sonora para ser escuchada por algunas personas cercanas a su posición.
-Es normal las primeras veces.
-Siento que no puedo bajar sin mirar mis pies. -Murmuró-. Con cada escalón juro que estoy más cerca de caer.
-Tranquilo, no es tan difícil. Es cuestión de práctica. -Sus palabras suaves sólo fueron útiles para calmar un poco su pulso, sin embargo nerviosismo y la incomodidad de presentarse frente a un sociedad tan grande, donde los murmullos indiscretos no eran considerados ofensas de muerte, era más difícil que lidiar con el mal humor de su padre e imposible de evadir.
-Tranquilo. -le dijo. Discretamente sujetó su codo flexionado con su mano izquierda y dejó un suave apretón reconfortante sobre él-. Respira y relájate. Puedes sostenerte de mi brazo, yo estoy acostumbrado a esto.
-He convivido con altas sociedades de todo el mundo, pero regularmente soy el que hace las miradas por encima del hombro, no quien las recibe. -Su sonrisa radiante se expande cuando las escaleras están a diez pasos de terminar. La caminata por el cadalzo había sido eterna y su cuerpo no podía lidiar con tanta presión-. Me siento demasiado observado.
-Bueno... Quizás sea porque jamás he tenido una pareja y esta es la primera vez que alguien se sostiene de mi brazo aunque a decir verdad, parece que soy yo quien se sostiene del tuyo.
ESTÁS LEYENDO
A Prince At Midnight
FanfictionEs el Principe de Inglaterra, pero no asumas que Louis lo tiene todo. Le vendría bien un poco de emoción o peligro en su monótona, costosa y ocupada vida dentro del palacio de Buckingham y quizás, tal vez, incluso... El amor de su vida. A pesar de n...