XXXII "Te Amo"

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Mayo llegó al palacio con mucho ruido, emoción y fiestas, olor a flores frescas en cada uno de los jarrones del palacio y colores de primavera. Con el dulce aroma de la lluvia que cada vez era menos frecuente.

Como de costumbre las cortinas fueron reemplazadas por unas más acorde a la época. Louis solo pudo pensar que en el traje que usaría Harry en la fiesta de cumpleaños de su padre, porque estaba casi seguro de que la tela iría a juego, como si Gucci hiciera una línea de ropa y de artículos para el hogar basándose en los gustos de la reina para su decoración interior. La imagen mental lo hizo reír.

Recibió una llamada de Harry que definitivamente le alegró el día.

-¿Si me caso contigo seré rey?

Fueron sus primeras palabras que sin lugar a duda plantaron una expresión de confusión en su rostro mientras trataba de decidir el color de la manteleria. Hueso. Blanco perla. Blanco polar. Crema. Cuatro colores que para él habría sido exactamente los mismos si no fuese un artista.

-No precisamente. Serás rey consorte. ¿Por qué lo preguntas? -dijo cariñosamente y con dejo de curiosidad-. ¿Planeas pedirme matrimonio tan pronto? Porque si es así dejame decirte que hay protocolos para el cortejo y que mi madre debe aprobar nuestra unión o perderé el derecho a la corona.

-Tenía curiosidad... Aunque pensándolo bien creo que debería ir revisando esos protocolos... Solo por si acaso.

-Para empezar no se nos permitiría casarnos. La familia real vive de la imagen y aunque por dentro no está prohibido hacer todo lo que nos plazca pero frente al ojo público está prohibido.

-Podríamos hacerlo sin que ellos se den cuenta.

-Podríamos. Pero no podría llevar un anillo en el dedo y habría que esconderlo bien porque si lo descubren perderé el derecho a la corona.

-¿Y no es eso lo que quieres? -preguntó Harry.

La mirada de Louis se encontró de pronto muy interesada en el mosaico marmoleado del gran comedor del palacio y la mujer que sostenía las cuatro servilletas en tonos claros frente a él, dejó de tener su atención.

No supo que responder.

Porque lo que decía Harry era cierto, odiaba ser el príncipe y tenía pesadillas con el día de su coronación como rey. Pero era un curso que su vida inevitablemente estaba obligado a seguir.

-¿Sigues ahí?

-Eh... Si... Si, aquí estoy me he distraído con la manteleria, justo ahora me encuentro detallado alguna cosas que hacen falta para la celebración del sábado. ¿Que me decías?

-Decía que a que hora debo llegar a palacio el sábado.

-Eh a las cinco de la tarde esta bien, como miembro de la familia real debes recibir a los invitados con nosotros que deben comenzar a llegar a las seis.

-Correcto. ¿Te sientes bien, principito?

-Si, solo me distraje un poco, reitero que me encuentro tomando algunas decisiones mínimas sobre los detalles del sábado. ¿Ya tienes tu traje listo? Las cortinas son color rosa palo con estampado de flores, solo por si quieres combinar un poco.

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