-¡Christian!- Grito intentando que mi voz impida que alguien, incluyéndome, escuché el sonido de mi corazón rompiéndose y como si el clima entendiera por lo que estoy pasando la lluvia cae sobre nosotros camuflado así mis lágrimas.Apenas soy consciente del jadeo de sorpresa que se escucha detrás de mi.
-¡Aléjate de mi hijo perra!-Grita una muy enfadada Grace, jamás pensé que podía verla así. No tarda nada llegar hasta ellos, todos nos encontramos paralizados.
Siento un nudo en mi garganta, no puedo hacer nada, solo estoy allí estática presenciando la escena. De un momento al otro Grace tira de un estático Christian para después posicionados protectoramente detrás de ella acto seguido le suelta una cachetada estruendoso a Elena, puedo ver como su cabeza gira hacia una lado casi de forma violenta. No voy a mentir ese acto me llena de satisfacción, sin embargo en este momento me siento débil, enferma, creo que lo mejor será irme a casa a descansar, no lo piensa dos veces y comienzo a caminar rumbo a la salida, siento mi cuerpo pesado. Es casi como estar en un grado de inconsciencia.
Camino rumbo a la parada del bus, lo abordo, pasan los minutos llego hasta mi parada y bajo de el, camino a casa. No se como hice todo esto, en serio no se como lo hice pero ahora me encuentro aquí frente a una preocupada Carla que me observa examinándome, se acerca a mi, me da un beso en la cabeza cariñosamente.
-¿Qué fue lo que paso cariño?- si, la preocupación tiñe su voz y a pesar de que aparenta serenidad es obvio que no esta tranquila.
-Christian no estaba en casa, la lluvia me tomó por sorpresa eso es todo.- No reconozco mi propia voz, esta suena monótona como si fuese la de un robot.
-Ya veo, te prepárate una tasa de té ¿Qué te parece si subes a tu habitación, te das una ducha caliente y te quitas esa ropa mojada?- me habla como si fuese una niña pequeña, aunque para ser honestos así es como me siento,como si fuese una niña pequeña pérdida, apenas soy consciente del asentimiento que le dedico o que camino rumbo a la habitación, entro a mi baño, me quitó la ropa mojada y me dispongo a ducharme. Para mi la hora de la ducha es algo mágico, puedes despertar, relajarte, e incluso tu baño puede convertirse en tu concierto personal, todo depende de la temperatura en la que pongas el agua y de cuanto tiempo dispones.
Cundo salgo de la ducha me envuelvo en mi suave toalla buscando un poco de protección de algún manera, mama ya esta esperándome sentada sobre la cama, con una taza humeante de té.
-Ven aquí Ana, siéntate conmigo.-Su voz es dulce, suena como una persona que trata de razonar con un animal herido. Obedezco de inmediato.
-Escucha cariño, no se que paso, o porque me mentiste,por que si me di cuenta, dios Ana soy tu madre es imposible que no me diera cuenta de que me estabas mintiendo, también se que me mentiste ayer.- ¿Ella sabe que mentí ayer, entonces por que...
-Lo de la charla fue para tranquilizar a tu padre, ademas ya era hora que te la diéramos solo acelere un poco el proceso-murmura guiñándome el ojo y brindarme una pequeña,pero tranquilizadora sonrisa.
-Quiero que me tengas confianza cariño, soy tu madre, quiero tu bienestar y por ello tienes que decirme lo que te pasa, para comprenderte, aconsejarte y guiarte.- En ese momento me desintegre, comencé a llorar como si la vida dependiera de ello, mamá se dedicó a acariciar mi cabello con paciencia, acusándole contra su cuerpo en un tibio abrazo.
No se cuanto tiempo pasamos así, los ojos y la cabeza me duelen, mi nariz está llena de mucosa, mi cara de lágrimas y mi cabello esta hecho un desastre, sin embargo mi madre me observa como si hubiese visto un tesoro lleno de piedras preciosas y joyas muy valiosas.
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Juguemos al amor.
FanfictionLos personajes de esta historia pertencen a E.L James. Prólogo: Último año de secundaria. Un chico nuevo y problemático. Una chica linda y rebelde. Una atracción tan peligrosa como la dinamita. -Y... ¿Qué obtendre a cambio...