Observó a mi alrededor y no veo gran diferencia a la reacción que tuve a la de mis compañeras. Todas están con la boca abierta a punto de babear por el, tengo que admitirlo; es guapo, extremadamente guapo, casi al punto de llegar a ser peligroso pero quiero disimular, no ser tan obvia como el resto que por un milagro no están aventando las bragas en la cara y lanzándose sobre el como si de perras en celo se tratase. Bien dice mi madre ¨la nueva generación de adolescente no conoce limites, ni el significado de la palabra prudencia¨
-Puedes buscar un pupitre y pedirle a alguno de tus compañeros que te pongan al corriente en cuento a lo que hemos visto en las clases.
-Claro - Murmura el chico con voz ronca y sensual. Por Dios, es tan... Excitante.
Control Ana, control.
Busco a mi alrededor y para mi buena o mala fortuna el único asiento disponible esta justo a mi lado.
Genial.
El chico apuesto camina hasta aquí, lo hace de forma segura y desprende un aura algo peligrosa pero muy atractiva.
Es como una montaña rusa, es tan aterradora pero divertida a la vez. Una combinación perfecta de dos cosas que se supone no deberían verse y sentirse tan bien si se junta, pero lo es.
Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta que estaba sentado a mi lado observándome. Extraño.
Su mirada es profunda y penetrante. Me remuevo incomda en mi asiento mientras me sonrojo, de nuevo.
Mierda. ¿Desde cuando soy tan tímida?
-Oh, me alegra que encontratras un lugar cerca de Anastasia. Es una de las mejores de la clase. Ella podría ayudarte ¿verdad Ana?
Perfecto. Esto no podría ser mejor, tengo la mirada de todos sobre mi, compañeros alumnos ¿Qué no tienen algo mejor que hacer? Hay que dejar en claro que ninguna me incómoda tanto como la de mi sensual compañero de al lado.
Trató de negarme, en serio trato pero de mi boca sólo salen palabras entre cortadas que no revelan nada congruente.
-Muy bien, entonces Anastasia se encargará de ponerte al corriente con las clases, yo me pondré al tanto al director y al resto de los profesores, pueden ponerse de acuerdo para las tutorias después de clases e incluso puede darte un tour por las instalaciones en el descanso . - Dicho esto continúa con sus clases mientras yo continuó tartamudeando como una tarada.
Esto es horrible.
La clase transcurre con normalidad, exceptuando claro que no he podido concentrarme gracias a la mirada obscura del dios griego (Créanlo o no yo si tengo una obsesión con los dioses griegos y Grecia y para que quede claro todo va mas allá de Adonis) que esta junto a mi, este hombre en definitiva no sabe el significado de "discreción" ni siquiera trata de ocultar que me ha estado observando, lo que me pone aún más incómoda, ahora se lo que sienten los chicos que Kathe espía, Gracias Karma pero creo que te has equivocado de chica . Si no tuviera un nudo atravesando mi garganta en este momento le diría que fuera a fisgonear a otro lado, pero no, ni una sola palabra ha salido de mi y ni hablar de mis fallidos intentos de fulminarlo con la mirada. La primera y única vez que traté de hacerlo tuvimos una guerra de miradas la cual soresivamente perdí, mis mejillas se calentaron debido a lo avergonzada y enojada que estaba. Yo jamás puedo en una batalla de miradas, (exceptuando a mis padres claro) No me quedo más remedio que dejar de verlo, tomé varias respiraciones en un intento fallido de relajarme para prestar atención en la clase pero me era imposible.
Con una mierda.
-¿Podrías dejar de verme? - pregunté con la mandíbula apretada dejando ver lo colérica que estaba.
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Juguemos al amor.
Fiksi PenggemarLos personajes de esta historia pertencen a E.L James. Prólogo: Último año de secundaria. Un chico nuevo y problemático. Una chica linda y rebelde. Una atracción tan peligrosa como la dinamita. -Y... ¿Qué obtendre a cambio...