-¡ANASTASIA!- Un furioso Christian aparece en mi punto de visión. No se porque pero sospecho que estoy en problemas.
Bradley se coloca justo a mi lado, protegiéndome contra el frío mientes yo no paro de temblar, ¡Diablos, tengo frío!
Tengo que admitir que está experiencia de manoseo ha Sido muy bien recibida por ambas partes, o al menos eso espero.
Miró alrededor de nosotros, la gente nos rodea observando el espectáculo, espero que no tengan mucho aquí de lo contrario ¡Que show se habrán llevado con nuestro manoseo!
Me sonrojo al instante ¡Malditas adolescencia y sus hormonales momentos!
Christian de inmediato se aproxima a nosotros esta totalmente rojo, tiene los puños apretados u creo que hasta acá puedo escuchar el crujir de sus dientes debido a la presión ejercida en ellos.
¡Christian!- Grita una voz autoritaria y fría, una voz que he aprendido a reconocer muy bien. La bruja Lincon.
De inmediato y como si estuviera en automático Christian se detiene en seco, agacha la mirada pero aún puedo ver la rabia en sus ojos. ¿Que mierda? Parece su perrito faldero, no Anastasia el no te interesa, no más.
Bradley toma mi mano y nos conduce lejos del gentío. Al llegar a casa de mía las chicas salen de la nada sobresaltandonos.
-¡Chicos! Estábamos a punto de buscarlos la fiesta termino, y queríamos asegurarnos de que no estuvieran haciendo cochinadas.- me pongo totalmente roja ¡Dios! ¿Por qué Kathe no puede tener un filtro!
-¿Cómo que la fiesta termino?- pregunto Bratlye con el ceño fruncido.
-Si, como lo oyes, la cabeza comenzó a dolerme y he tenido suficiente escándalo por un dia, así que decidí terminar la fiesta temprano por lo que corrí a todos los invitados.-Dice mía llevándose la mano a la cabeza en un acto inconsciente.
-Con que no se había dado cuenta- comenta Kathe con voz y mirada pícara- Eso confirma que si estaban haciendo cochinadas.
Me sonrojo nuevamente ¡¿Por qué no puedo tener amigas normales?!
Le doy una mirada reprobatoria a ambas chicas y me giro hacia Brad quien ahora me observa con una sonrisa ladeada en su muy atractivo rostro.
Genial el rubor hace su reaparición.
¿Hoy es el día de Ana tomate o que?
Parece ser que si.
El acaricia mi mejilla con ternura, parece ser un chico totalmente diferente al que prácticamente me exprimió el trasero hace unos momentos. Ahora sólo está este chico que aparenta ser totalmente dulce, me agrada.
***
Los amigos de Brad y el mismo se despiden no sin que antes me pudiera mi número para estar en contacto y hacer planes para una futura cita.
Suspiro.
Fue tan sencillo llegar a esto con el ¿Por qué no lo fue con Christian?. No Ana, no vallas por ese camino. Bradley no es ningún chico que se deje mangonear por una insípida bruja. ¿Insípida? A quien rayos engaño esa tipa podría pasar perfectamente como una modelo de victoria secret, claro está que con unos años de más.
Alejo esos pensamientos de mi mente. No es bueno para mí salud metal pensar en esos dos.
Salgo para despedir a Bradley, el y sus amigos se quedaron para ayudarnos con el desgaste que la fiesta ocasiono. Le di mi número de teléfono charlamos un poco de camino acá y ahora estamos los dos nuevamente solos.
-Fur una muy agradable noche Ana, espero que se pueda repetir pronto- dice mientras se inclina un poco hacia mi.
-Lo mismo digo- murmuró cohibida pero también me acerco.
Poco a poco nuestra respiraciones se entrelazan par abrir paso a un beso, dice tierno, dulce y muy tranquilo, muevo mis labios al compás de los suyos, Tiro mis manos alrededor de su cuello cundo siento que él pone la suyas en mi cintura.
Nos separamos lentamente, el me da un Sueve beso en la mejilla y después emprende marcha sacudiendo su mano en forma de despedida.
Me recuerdo sobre la pared.¡Que noche!
Cuando regreso las chicas me jalan directo a la habitación para hablar con ella. Me hace. Preguntas hacerca de como se portó Bradley, que fue lo que charlamos, qué tal besa. Contestó a cada una de esas preguntas con nada más que la verdad, me doy cuenta que a medida que les relato a las chicas de mi noche junto a Bradley mi nivel de emoción crece más y más.
-Ahora bien, la pregunta del millon ¿Se volverán a ver?- pregunta Kathe tan o más entusiasmada de lo que yo estaba.
-Pues... Me ha pedido mi número de teléfono para ponernos de acuerdo y tener una cita- digo en un gritillo.
La chicas se unen a mí en medio de chillidos emocionados. Terminamos hablando de chicos en medio de risitas nerviosas y miradas pícaras hará caer rendidas.
Me despierto de a poco, no se que hora es, busco mi celular a tiendas sin dar con el. Mi boca está completamente seca, con la lentitud de un caracol me levanto de la cama intentando hacer el menor ruido posible pues Mía y Kathe aún se encuentran dormidas.
Me pongo unas sandalias y medio zombie me dirijo a la cocina, al llegar allí tomo un poco de agua ¡Valla, que delicia!-¿Tu conciencia no te deja dormir?- A pesar de que conozco esa voz tan bien no puedo evitar sorprenderme y llevarme una mano al pecho por la impresión, gracias a Dios que ya había dejado el vaso en la mesa de lo contrario ahora estaría hecho añicos.
Volteo a ver a Christian intentando contenerme.-Mi conciencia no tiene nada que ver, no he hecho nada malo, solo vine por un poco de agua, pero tú mi querido Christian a ti que te dice tu conciencia al estar traicionando a tu madre con su mejor amiga.- las palabras salen de mi boca como puro veneno y aunque tal vez después me arrepienta aún quiero picar más la herida.
-No puedo creer que después de lo mucho que han hecho por ti los Creyentes les pagues de esta manera.- creo que ha tenido suficiente por lo que esquivo su enorme cuerpo para regresar a la habitación de Mia no sin antes preguntar. -¿Tienes la conciencia limpia Christian?
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Juguemos al amor.
FanfictionLos personajes de esta historia pertencen a E.L James. Prólogo: Último año de secundaria. Un chico nuevo y problemático. Una chica linda y rebelde. Una atracción tan peligrosa como la dinamita. -Y... ¿Qué obtendre a cambio...