...

1K 80 60
                                    

Me encuentro en mi habitación recostado sobre la cama tratando de resolver los problemas de una empresa ficticia para sacarla a flote, es una de las actividades que suelo hacer cuando no tengo deberes y la pereza me invade. Descargo exámenes de Administración, lógica, contaduría, entre otros para así medir e incrementar mi aprendizaje. Paso mis manos por mi cabello en un fallido intento de alejarlo de mi rostro. Lo llevo demadiado largo, tal vez necesite un corte. Tocan a la puerta, murmuró un pasen sin despegar la vista de mis operaciones realizadas, no quiero equivocaciones. Me giro bruscamente cuando alguien toca mi pecho, estoy a punto de moler a golpes a dicha persona, pero al girar mi cabeza me sorprendo al encontrar a Ana a mi lado acariciando mi pecho al mismo tiempo que trata de desabotonar mi camiseta. Mi boca está abierta debido a la impresión, no me da tiempo de pensar ni mucho menos de hablar cuando ella toma las hojas de mi proyecto y las lanza por la habitación. En cualquier otro momento estaría más que molesto, pero no aquí estoy totalmente en Shock. Se que Ana puede ser un poco impulsiva pero no grosera. La intensión de preguntarle qué le pasa se esfuma en el momento en el que ella se sienta a horcajadas sobre mí mientras se quita su camiseta. Jodida mierda. ¿Que pasa? Ella sonríe malisiosamente al mismo tiempo que se frota contra mi, una y otra vez. Mi pantalón podrá reventar en cualquier momento debido a la erección que tengo en este momento.

Quiero hablar, decirle cualquier cosa. Que se detenga, que no se detenga nunca, pero mi boca no emite un solo sonido.

Espera si lo hace. Gimo, sintiendo una extraña sensación calida que se mezcla con la excitación. Si, siseo.

-¡Dios Ana!- Echo mi cabeza hacia atrás al tiempo que tomo su cintura frotandola aun mas duro contra mi. Ella gime duro y yo me vuelvo loco, estoy cerca, tan cerca puedo sentirlo se pone de pie ¿Por que mierda?

¿Que rayos esta haciendo?

Con lentitud ella sonríe de forma malévola.

-¿Realmente creías que te dejaría tocarme después de lo que me hiciste? ¡Por supuesto que no Christian! ¡Me rompiste el corazón! Así que esta es una pequeña de las muchas venganzas que tendré para ti.

Anastasia salio de la habitación. Mi corazón ardían y podía jurar que mis ojos estaban por lagrimear.

No sabe si fue ese dolor profundo en el alma o el insistente sonido de la alarma lo que le hizo despertar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 19, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Juguemos al amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora