Capítulo 10.

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Capítulo dedicado a  khar larmatos  sanchezhernandezale y Jaelly14.

Gracias por sus lindos comentarios.


Con mi objetivo en la mira camino a la banca situada frente a un esplendoroso Manzano, trató de lucir lo más tranquila y natural posible.

¡Dios santo!

¿Cómo se me pudo ocurrir seducir a Christian?

¿En qué rayos estaba pensando en eses momento?

Ya recuerdo, desde que el tonto de Christian llegó a mi vida no pienso con la cabeza, mis hormonas toman el control y ya no soy más Ana Steele, simplemente soy una chica ansiosa por ser besada.

¿Ven de lo que habló?

Me estoy volviendo loca.

¿Lo peor de todo? Estaba tan emocionada de por fin tener una relación que no pensé en las posibles consecuencias hasta ahora. No pensé en la posibilidad de salir lastimada por todo esto, o en mis padres que han formado una linda amistad con los Grey.

¿Qué tal sí me imaginé todo y no atraigo realmente a Christian?

Haré el ridículo y muy posiblemente nuestra linda amistad terminé.

Dios ¿Y ahora qué?

No, soy una Steele y los Steele siempre cumplen lo que se proponen, o al menos eso es lo que siempre dice mi padre.

Tengo que admitirlo. En verdad estoy asustada. Casi aterrorizada.

Los nervios me están haciendo trizas.

Pero parte de vivir es enfrentar los miedos ¿o no?

Dios, estoy tan confundida.

¡Basta!, tengo que dejar de actuar como una niña pequeña y asustada que al primer golpe de la vida va a esconderse tras las faldas de su madre.

Cumpliré con mi plan sí o sí. Lo haré.

Dentro de unos años seré mayor de edad y ese chico Christian será mi novio, iremos tomados de la mano y cuando llegué el momento me pedirá que me casé con él, o a este paso tal vez sea yo quien tenga que pedírselo. Tendremos un par de hijos y después nietos, moriremos de viejos tomados de la mano recordando todos nuestros buenos momentos.

Eso no es importante ahora Ana.

Concéntrate.

Christian se encuentra bajo ese árbol, parece repasar los apuntes de las clases. Se ve tan atractivo con esos jeans y camiseta negra. Dios.

Me paro de la pequeña banca caminando en su dirección, llegó a su lado y me siento junto a él.

No me sorprende cuando me reconoce de inmediato sin siquiera llegar a levantar la mirada, a pesar del corto tiempo que llevamos conociéndonos aprendió a identificarme.

Él es muy habilidoso.

-Hey, ¿Qué pasa Ana?- saluda sin quitar la vista de su cuaderno.

-Nada, estaba buscándote- retuerzo mis dedos en mi regazo como signo de nerviosismo.

-¿Estas bien?- la preocupación tiñe cada palabra y hace que me sienta un poco más segura.

Si se preocupa por mí es por algo. ¿No?

Juguemos al amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora