-¿Tienes la conciencia limpia Christian?- logro dar unos cuantos pasos antes de sentir su mano jalar fuerte mi brazo provocando que me detenga.
-No te metas en lo que no te importa Anastasia.-dice entre dientes apretados, está tan rojo y su tono de voz es como el gruñido de un perro rabioso, pero no me voy a dejar intimidar, alzó la cabeza enfrentándolo.
-Pues entonces tú tampoco te metas en lo que no te importa Christian, te recuerdo que el que comenzó con estúpidos reclamos aquí, fuiste tú. Ahora por favor suéltame que tengo sueño, después de la noche que he tenido termine agotada.- esto último hace que luzca un poco más colérico ¿Eso es posible? Al parecer sí.
Creamos una pequeña batalla de miradas la cual el termina al soltar mi brazo, en el instante en que los hace yo prácticamente corro escaleras arriba para encerrarme en la habitación de Mia, me olvidó por completo que las chicas están durmiendo aún, pero gracias a todos los santos habidos y por haber ellas no se amedrentan por el ruido. No me gustaría tener que explicar la situación.
Consigo volver acostarme a dormir en cuestión de segundos.
***
A la mañana siguiente cuando despierto siento mis extremidades dormidas, no puedo moverme sin sentir dolor, valla ¡Debo ejercitarme más! Las chicas aún no despiertan.
Qué novedad.
Aprovecho que soy la primera en despertar para meterme a la ducha con total tranquilidad, no quiero que por esperarlas y tengamos una lucha al estilo WWE por ser la primera en el baño.
Salgo totalmente descansada y con mis músculos más relajados, me coloco mi ropa en tiempo récord mientras trato de despertar a las chicas. Además de que la paciencia nunca ha Sido uno de mis atributos no quisiera bajar a desayunar sola con Grey allí. No en definitiva.
Las despierto con suaves sacudidas y mientras espero sentada en la cama a que ellas se arreglen pienso en los últimos días.
Muchas cosas han pasado ¡Vaya!
-Vamos Ana, ya deja de estar delirando y bajemos a desayunar-dice Mía con una enorme sonrisa en su rostro ¿Cómo puede lucir tan fresca después de la fiesta de anoche? Mientras que en mi rostro y en el de Kathe hay unas bonitas ojeras adornando nuestro look mañanero señal evidente de la falta de sueño.
Bajamos en medio de risas, las ocurrencias de Mía son sin duda lo que la hace tan especial. Es una gran chica.
Cuando llegamos al comedor ya todos están sentados, Christian centra en mí su mirada de inmediato y con un esfuerzo sobrehumano logro ignorarlo. Estúpido.
-¿Que tal la fiesta de anoche chicas?- pregunta el señor Grey mientras una de las chicas de servicio coloca platos con fruta y yogurt frente a cada uno.
-¡Fue fantástica papi!- responde Mia con tono chillón mientras aplaude entusiasmada.
- Me alegro cariño- El señor Grey la observa como si ella fuera la gema más hermosa en el mundo. ¿Noto siquiera todos los objetos rotos? Porque en serio eran demasiados. No quiero ni imaginar el dineral que tendrá que gastar para remplazar todas esas cosas.
Todos comemos mientras entablamos una charla de lo que sucedió anoche, mi estómago está cada vez más inestable y aunque intento controlarme, prestar atención y participar activamente en la charla no puedo hacerlo. ¿Por qué Christian no puede ser más discreto y dejar de observarme? Su mirada está taladrándome
¿Acaso no ve que su familia se puede dar cuenta de lo que está haciendo?
Estúpido inmaduro.
Finjo tranquilidad.
Al terminar nos despedimos de los señores Grey quienes ofrecen a su chófer para llevarnos a cada una a nuestra casa, aceptamos agradeciéndole el detalle.
Me despido de las chicas que muy amablemente se ofrecieron a venir a dejarme hasta la puerta de mi casa y entro, de inmediato siento el olor a café y panqueques de papá, si huele de maravilla, es una total lástima que desayune con los Grey, no me mal interpreten la comida era deliciosa y la charla muy amena, pero nadie ni nada iguala los deliciosos panqueques de papá, son un manjar para el paladar.
Me dirijo la cocina buscando a mis padres pero no encuentro a nadie ¿Dónde se habrán metido?
Me rindo mientras me dirijo a mi habitación tal vez solo fueron a dar un paseo rápido o algo así, al pasar por el pasillo logro captar un extraño ruido proveniente del cuarto de mis padres ¿Esos son aplausos? ¡Pero qué raro! ¿Qué estarán haciendo? Tal vez ven algún programa que les gusta mucho o papa está contando uno de sus malos chistes, mama siempre se ríe de ellos mientras lo alaba aplaudiendo una y otra vez
¡Que raros son los adultos!
Lo ignoro y continúo caminando a mi habitación. Justo al llegar a ella el sonido de llamada de mi celular inunda el cuarto.
Es Bradlye, me tomo unos segundos para respirar y después contestar para no parecer desesperada y lucir como una chica que tiene otras cosas que hacer.
-¿Hola?- Y a pesar de que trate de sonar casual mi voz as bien suena mas bien como un graznido.
-Hola Ana, soy yo Bradlye... Yo... Me preguntaba si te gustaría salir a tomar un helado o tal vez un café te parezca mejor.- Suena nervioso y muy dulce. Que tierno.
-Claro que si.-Respondo de inmediato. Tranquila An, pensara que estas desesperada. Aunque si los estoy... Bueno solo un poco.
Sacudo mi cabeza cuando de pronto y sin previo aviso vienen a mi recuerdos de Christian besándome, no, eso no debe pasar el tiene su Bruja de cuento y... Bueno yo estoy a la espera de algo lindo con Bradlye, el sera el que califique como mi amor adolescente, del que le contare a mis hijas cuando sea mayor y por el que soltaran suspiros cuando les cuente los pequeños grandes detalles, pero siempre aclarando que no sera jamas como su padre.
-Claro Bradlye, ¿A que hora te parece bien vernos?

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Juguemos al amor.
FanficLos personajes de esta historia pertencen a E.L James. Prólogo: Último año de secundaria. Un chico nuevo y problemático. Una chica linda y rebelde. Una atracción tan peligrosa como la dinamita. -Y... ¿Qué obtendre a cambio...