Capítulo 11

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Ya había llegado el Lunes y con el, la vuelta a clases. No me sentía preparada en absoluto, todavía no sabía quien me había golpeado, haciendo que terminara en el hospital. Todos los recuerdos del momentos son borrosos, tampoco recuerdo muy bien la visita de los tres chicos. Decidí no concentrarme en nada de lo sucedido.

  Por ahora solo pienso en mi novio. No hablé con él durante el resto del fin de semana. Me desperté esta mañana con los nervios poniéndome los pelos de punta, haciéndome tartamudear al hablar. Sintiendo un revoltijo en mi estomago. Y todo eso porque no sabía como comportarme con Chris. A Aron y Mark ya los consideraba mis amigos. Con ellos si me había cruzado y nos habíamos juntado el sábado y el domingo. Jugamos videojuegos. De fútbol, de guerra y ellos de zombies, yo no, me dan miedo. Hoy quedamos en que ellos pasaban por mi.

  Tomé una ducha, me cambié y bajé a desayunar. Me sentía ansiosa, quizás por volver después de todo lo ocurrido la semana pasada. Una bocina me hizo reaccionar, ya habían llegado. Tomé mis cosas y salí corriendo de la casa, saludando a los gritos a mis padres. Afuera me esperaba una camioneta negra, la puerta del asiento del copiloto se abrió mostrando a un sonriente Chris. Me adentré en el vehículo, sentándome, con una expresión de enfado en la cara de mi novio.

  -¿No vas a saludar?-preguntó alzando ambas cejas.

  -Perdón... Hola-sonreí intentando que su rostro se relajara, pero no fue así. El enojo seguía ahí. Segundos más tarde caí en la cuenta de que somos novios. Giré mi rostro, para mirarlo directamente a los ojos. Aunque a simple vista se veía enfadado, en los ojos se le veía ansioso y estos tenían un brillo.

  Me senté en su regazo, colgando mis brazos en su cuello. Me mordí el labio inferior y acorté la distancia, haciendo que nuestros alientos se mezclaran y nuestros labios se rozaran. Sonreí al ver como se impacientaba, tomó mis caderas acercándome más a él y uní nuestros labios. Él se movía con desesperación. Mordió y tiró de mi labio inferior con suavidad. Para acercar mi cara más a la suya, pasó una de sus manos, de mis caderas a mi nuca, profundizando el beso.

  -Si sigues así la mataras hermano-se escuchó la voz de Mark seguida de la risa de Aron. Que distraída, no noté que se encontraban en los asientos traseros del auto.

  Chris hizo oídos sordos pero aflojó su agarre. Vi la oportunidad, me separé. Mi pecho subía y bajaba con rapidez, mis pulmones siendo llenados con preciado oxigeno. Les sonreí a mis amigos y mientras me pasaba al lugar del copiloto les dirigí un "hola" y una sonrisa de agradecimiento. El motor se encendió y el auto comenzó con su camino.

  Al llegar levanté la vista del nudo entre mis dedos. Afuera había un edificio de solo un piso, muchos adolescentes en la entrada, saludando, gritando; unos en grupos; otros solos, escuchando música, con móviles o libros en las manos. Actuando como un caballero, mi novio abrió la puerta del copiloto, tendiendo su mano para ayudarme a bajar. Con una sonrisa forzada, tomé mi bolso y bajé. Mis amigos me esperaban con otros cuantos chicos más, deberían tener la edad de Chris. Entrelacé discretamente, mis dedos con los de Mark, los nervios me inundaron por dentro, no podía mirar a nadie a los ojos en ese momento, me sentía inferior a cualquier persona con la cual mis ojos conectaran.

  -Chicos, les quiero presentar a mi novia-me señalo. Las miradas de sus amigos pasaron de mi a él y de él a mi, de vuelta.

  -No se si decirte que se la muestres o no-comentó uno de sus amigos. Me miró a los ojos, pero al ver mi mirada inquisidora la desvió.

  -Lo haré, tiene que saber que no puede ser suya-respondió Chris.

  Me tomó por la cintura y me dirigió al interior del edificio. Los pasillos eran amplios, suelos no tan relucientes y la luz brillantes, que te obliga a entrecerrar los ojos para acostumbrar la vista. No entendía que pasaba, a que se refería con <No se si decirte que se la muestres o no> y <Lo haré, tiene que saber que no puede ser suya>. Puede que hablaran de mi pero, ¿A quien me quiere mostrar? ¿Porque quiere que sepan que "soy suya"? Yo soy de mi misma y de nadie más. Al volver a la realidad, me encuentro en un pasillos más angosto que el anterior y, a unos cuantos metros de mi, hay un grupo de chicos, posiblemente de la edad del chico a mi lado. Todos con chaquetas, que reconozco como la que tienen los atletas, haciendo comentarios estúpidos y riendo en un tono demasiado elevado, que retumba por todo el pasillo. Ninguno llama mi atención, parecen igual de egocéntricos y manipuladores, compulsivos y mujeriegos. Al estar a unos pocos pasos de ellos, nos detenemos. Nuestra presencia hace que uno de ellos, típico rubio de ojos celestes, con su chaqueta del equipo de fútbol americano desabrochada, una remera ajustada que marca su musculoso torso. Se encontraba recostado sobre los casilleros, puesto que ahora esta erguido y serio, más de lo que podría habérmelo imaginado nunca. Se mantiene a una distancia razonable.

  Sus ojos caen sobre mi, me analiza de pies a cabeza, cada centímetro de mi cuerpo, las expresiones en mi rostro. Luego, cuando termina, sus ojos se clavan en la cara de Chris, mantiene su sonrisa de costado, natural. El desconocido sonríe ampliamente.

  -No sabía que se pueden alquilar chicas, que buena idea, pero conmigo no funcionará-soltó una carcajada, burlándose.

  -¡Eres un idiota! Yo si soy su novia, puede que tu contrates actrices para tus mentiras pero él no lo hace-lo fulminé con la mirada-Así que te puedes meter tus ideas por el...-no me dejaron continuar, Mark y Aron me mantenían apartada, con una mano cubriendo mi boca, evitando que terminara mi frase. Y yo que tantas ganas tenía de hacerlo. Chris me mira, serio, mas que nunca y en silencio, moviendo los labios me ordena que me mantenga en silencio. Lo intento pero no puedo mantenerlos para mi misma. Le muerdo la mano a Aron, lo que hace que ambos chicos se distraigan para así poder librarme de su agarre. Salgo corriendo por los corredores hasta llegar a un pasillo principal y de ahí me dirijo al auto de Chris para sentarme en el capó, a la espera de que vuelva.

  Él aparece, con una expresión indescifrable en el rostro. Cuando esta enfrente mío, me sujeta del tobillo y tira hasta que estoy sentada al borde con mis pies colgando. Su nombre retumba en mi cabeza.

Colton James.

Verdades Que Lastiman  (VQL #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora