Mi corazón latía a mil por hora. Me encontraba en un cuarto oscuro, tirada sobre una cama pero no me podía mover. Al poco tiempo la puerta se abrió y una silueta apareció por la puerta.
-Con que ya has despertado-su voz me sonaba conocida pero no podía pensar con claridad.
Él se acercaba a paso lento y con seguridad. Cuando se encontró a escasos metros de mi lo único que pude hacer fue gritar a todo pulmón y retorcerme sobre la cama, pues nada servía, seguía sin escapatoria. Los sollozos no tardaron el llegar. Su presencia a mi lado me alarmaba, no sabía que podía llegar a hacer.
-Cállate-demandó con voz autoritaria.
No obedecí. El hombre salió del cuarto y tras unos minutos volvió, pero con algo en su mano. Al estar de vuelta a mi lado hizo que lo que tenía en su mano me rozara. No había notado que me encontraba en ropa interior. Rozó mi vientre, piernas, pechos, brazos y al final rostro, delineando mis facciones con la punta. El objeto se encontraba frío y con solo un roce me estremecía.
-Si adivinas que es no te haré daño-dijo el hombre en voz baja, causándome un escalofrío.
Las palabras no salían y la desesperación se acumulaba en mi interior. Los roces terminaron. El silencio invadía el lugar. El primer golpe llegó, haciéndome chillar. Mi vientre comenzó a escocer y eso hacía que mi desesperación aumentase. Por mi mente se cruzó el primer objeto que podría llegar a sujetar ese hombre entre sus manos. Con el segundo golpe salió la palabra. Látigo retumbó en el cuarto oscuro, llenando el silencio. Las luces se encendieron, evitando mi visión.
Las gotas de sudor recorrían mi frente, pecho y espalda. El pijama se pegaba a mi cuerpo, incomodándome. Por la ventana se veía el sol saliendo por el horizonte. No podía conciliar el sueño, no de nuevo.
Con cuidado, me levanté de la cama. Después de haberme puesto unas botas afelpadas y un abrigo salgo del cuarto. Bajo las escaleras hasta llegar a la sala y de ahí subo unas escaleras que se encuentran al otro lado. En el primer piso hay un largo pasillo con puertas, algunas abiertas y otras cerradas. Solo por curiosidad decido mirar dentro. En los primeros cuartos hay niños pequeños durmiendo, con el televisor prendido o algo haciendo ruido. De a poco e intentando hacer el menor ruido posible abro las otras. Muchas dan a cuartos vacíos y la del final es una sala con juegos, reproductor de música y una pantalla gigante para películas. Vuelvo sobre mis pasos y subo al siguiente piso. En este solo hay cuatro puertas y todas cerradas. Voy puerta por puerta escuchando lo que sucede dentro, en las dos primeras son solo ronquidos, en la tercera es puto silencio y en la última se escuchan voces.
-¿Crees que ya se hayan dormido?-pregunta un voz masculina, supongo que es la de Colton.
-Hay que fijarse-responde Ciro.
Cuando escucho sus pasos acercándose corro hacia la escalera y subo. No se ve nada así que me detengo. Doy un paso, luego otro y así, con mucho cuidado de no hacer ruido. Voy a volver a dar otro paso pero la luz se enciende, encandilándome, pestañeo varias veces hasta que mis ojos se acostumbran. Lo primero que veo es a Ciro y Colton al lado de la escalera, ambos con una mirada penetrante y furiosa. Lo único que logro hacer es detenerme y mirarlos, esperando su próximo movimiento.
-¿Que haces Ariana? ¿A caso nos estabas espiando?-pregunta Colton con una sonrisa burlona-Porque eso no esta bien, esta mal escuchar conversaciones ajenas-dice "regañándome", como si fuera una niña pequeña.
-Nop, solo estaba recorriendo el lugar-digo con simpleza.
-Por supuesto, por eso has corrido escaleras arriba y sin prender la luz-esta vez habla Ciro, que sigue con su mirada furiosa.
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Verdades Que Lastiman (VQL #1)
Teen FictionAriana es nueva en la ciudad. Su bienvenida es una "Pequeña" amenaza a la cual ella no le da importancia. Conoce un grupo de chicos conocidos por la mayoría, Chris, Mark y Aaron. A medida que el tiempo avanza Ariana y Chris mantienen una relación, y...