Me senté un poco confuso.
-¿Tu eres Lukas?- Pregunté mirando a aquel chico rubio.
Él asintió desprendiendo un aire a nerviosismo, no entendía por que pero casi ni me dirigía la mirada.
-Yo Bruno-
Me giré y vi a una especie de ángel, no exagero, era él chico mas guapo que había visto en mi vida, bueno, después de Even.
Se levantó y se colocó levemente aquella melena morena mientras alzaba poco a poco su brazo esperando a que le diera la mano en señal de saludo.
La verdad es que no se cuanto tiempo esperó, ya que me quedé completamente embobado mirando sus ojos color alze e imaginandome como seria rozar esos pequeños labios y...
-¿Isak?- Interrumpió la señorita Clark. -¿Todo bien?-
Quité rápidamente mi mirada de su perfecta cara y le di la mano mientras intentaba no enamorarme de su sonrisa.
Se volvió a sentar soltando una pequeña e insonora risa, haciendo que mi cara pasase de un color pálido a rojo, muy rojo.
-Bueno...- Continuo la profesora. -Ahora que por fin se conocen, espero que se lleven bien porque pasaran él resto del trimestre piel con piel, Isak, ¿porque no les enseñas todo esto?-
-Si, claro- Dije intentando incorporarme después de sufrir aquel parón en mi mente.
Me levanté de la silla y seguidamente lo hicieron los dos nuevos alumnos, cuando la señorita Clark interrumpió.
-Isak... Quédate un segundo, necesito hacerte una pregunta- Dijo sin levantar la mirada de su cuaderno. -A solas- Continuó.
Tragué saliva, no es que estuviera nervioso ni nada ya que muchas veces anteriores me habían llamado la atención por haber llegado tarde, pero no se porqué tenia la sensación de que no se trataba de eso.
Al ver como Bruno y Lukas salian de la clase me volví a sentar cruzando los brazos sobre mi pecho.
-¿De que se trata?- Pregunté confuso bajando la mirada intentando no darle importancia.
-De un estudiante... Even Bech-
Pestañeé dos veces, o puede que tres antes de levantar rápidamente mis ojos y centrarlos en los suyos.
-¿Que ocurre con él?-
Intentaba no sonar desesperadamente angustiado, pero seguramente la señorita se dio cuenta de que algo pasaba.
-Nos envió un email diciendo que no vendría lo que queda de curso, no nos dio explicación alguna e intentamos contactar con sus padres pero nadie parece estar localizable-
-Su padre- Susurré volviendo a dirigir mis ojos hacia la palma de mi mano.
-¿Perdona?-
-Usted ha dicho 'sus padres', solo tiene a su padre- Contesté.
Resopló mientras se quitaba las gafas despacio.
-Veo que se conocen bien, ¿sabes algo que pueda decirnos que ha ocurrido?-
Pasó un minuto, un minuto que en mi mente duró una eternidad, decidiendo si contarle o no lo que sabía.
-No- Contesté por fin. -No se nada, lo siento-
-¿Estás seguro?- Volvió a preguntar.
-¿Le parece que miento?-
Levanté mis cejas, no había sido para nada mi mejor mañana, ni mi noche, ni mi día, ni siquiera mi año.
-No- Contestó con un tono amable o al menos mas amable que él mio. -Es solo que esta semana ha sido dura, ¿no?-
Odio esto. Odio que la gente no tenga ni la menor idea de qué ocurre e intenten que se los cuente haciendo preguntas absurdas. Intentan sacar información sobre mis sentimientos que ni yo mismo sé.
Por eso odio la idea de ir a un psiquiatra, de necesitar ayuda, porque no tienen ni idea y lo peor es que aparentan tenerla.-Que va- Dije mientras me levantaba de aquella silla. -Ha sido maravillosa-
Sonreí de una forma que ni yo me esperaba, de verdad parecía que todo iba bien.
-¿Hemos acabado?- Pregunté dispuesto a abrir la puerta.
-Si- Contestó ella dejando ver su rostro confundido. -Ya puedes ir con los nuevos alumnos-
Cerré la puerta sin hacer ruido, pegué mi cuerpo contra ella mirando al techo, respiré profundo y cerré los ojos mientras intentaba no derramar las incontables lágrimas que sabia que lo harían.
-Todo saldrá bien- Susurré. -Él me lo prometió-
-¿Quien?- Interrumpió Bruno acercándose.
Abrí los ojos de un golpe y me despegué de la puerta.
-¿Quien qué?- Pregunté.
-¿Quien te lo prometió?-
Tragué saliva y me mojé los labios con la lengua. Bajé la mirada queriendo que alguien cambiara de tema, y así fue. Lukas se acercó ya que había esperado en él otro pasillo.
-Mmm... Deberíamos bajar y así les enseño todo esto- Dije entre carraspeos de voz esperando a que no me volviera a preguntar sobre ese tema, nunca mas.
Hubo un silencio que retumbó en mis oídos, casi como un zumbido. Caminé delante de ellos dos, lo primero que les iba a enseñar era la cafetería.
No habia nadie, asique fue una visita rápida.
-Esto es la cafetería- Dije delante de la puerta.
Bruno entró e inspeccionó con un tanto de admiración las mesas y las sillas mientras que Lukas se quedaba con los pies clavados en él suelo.
-¿Donde te sientas tu?- Preguntó.
-¿Perdona?-
-En la cafetería, ¿donde te sientas?- Repitió.
Nunca me lo había planteado, la verdad es que desde que conocí a Even nunca había ido a la cafetería, nunca comíamos ahí, siempre nos escapábamos y comíamos en él césped o en algún callejón, pero ahora que él no está tendré que averiguar donde sentarme.
-Me siento...- Dije echando una ojeada a todas las sillas. -Justo ahí-
Señalé una mesa redonda, cerca de la ventana que daba al patio.
Me di la vuelta, miré a Lukas él cual había estado todo él rato callado, que tío mas raro.
-¿Todo bien?- Pregunté.
Él asintió. Ese gesto me recordó a algo, o mejor dicho a alguien. A mi. Cada vez que alguien me pregunta si estoy bien hago él mismo gesto con la misma expresión de rostro que él.
-¿Seguro?- Me puse serio, le miré directamente a los ojos intentando averiguar si estaba en lo cierto.
Tragó saliva, cogió aire y antes de que pudiera decir algo Bruno interrumpió.
-¿Que es eso? ¿Un interrogatorio?-
Él tono de este fue un tanto borde lo que hizo que Lukas no dijera ni una palabra.
Sabia que algo le pasaba, no se si sentía lo mismo que yo, si se estaba cayendo por él mismo abujero o si se estaba ahogando en él mismo mar, pero necesitaba ayudarle tanto como necesito que me ayuden a mi.
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||Minute By Minute|| {EVAK} TERMINADA
FanfictionIsak es un chico de 17 años. Como a cualquier adolescente hay varias cosas que no dejan pegar ojo: los exámenes, los rumores... Pero todo esto había desaparecido, el verdadero problema que no le dejaba dormir eran sus pensamientos hacia Even Bech, e...