El Límite del Deseo

A la luz de la luna

-Tal vez pienses qué estoy apresurando las cosas,pero al verte tan linda y tan cerca de mí,no puedo evitar pedirte que te quedes para siempre a mi lado. Prometo amarte no sólo en los mejores momentos sino también en los malos y con mucha más intensidad,se qué no me he portado tan bien contigo así qué si no estás segura de tú respuesta puedes pensarlo y te juró qué voy a entender lo qué decidas.-dijo Pablo tomandome de la cintura.

-Es qué ni siquiera tengo qué pensarlo Pablo,por supuesto qué quiero ser tú novia,nada me haría más feliz en el mundo.-contesté con una gran sonrisa.

Pablo sonrió,se acercó a mis labios y comenzamos a besarnos de una manera dulce. Todos comenzaron a aplaudir y en ése momento el cielo se ilumino con fuegos artificiales. Todo era tan perfecto,fue todo un show ver cómo se iluminaba el cielo con los fuegos artificiales,me sentía tan especial. Nunca antes alguien había hecho algo tan lindo por mi.

-Tuve la oportunidad de conocerte y de enamorarme de ti y no pienso desaprovecharla. La vida nos unió y no pienso separarme de ti mientras tú me ames y quieras que esté a tú lado,prometo hacerte feliz y darte todo lo qué puede ofrecer mi corazón.-respondió Pablo mientras acariciaba mi mejilla.

-Una persona sabe que está enamorada cuando no quiere dormir por la noche, porque la vida real supera a sus sueños,y éso es lo qué me ésta pasando,quiero disfrutar de nuestro amor a todo momento Pablo. No tienes idea lo especial qué eres para mi,y esperaba con ansias éste momento.-dije con voz cálida.

-Me da mucho gusto verlos tan enamorados.-dijo la mamá de José Pablo sonriendo.

-A mi también me da gusto,eres una mujer encantadora Laura.-respondió el papá de Pablo mientras le daba un fuerte abrazo.

-Hacen una hermosa pareja amiga,estoy muy feliz por ti.-dijo Alondra dándome una gran sonrisa.

-Les deseo lo mejor,tengo la certeza de qué eres la mujer perfecta para Pablo.-respondió Mauricio mientras me miraba y sonreía.

-Muchas gracias a todos por sus palabras,y también quiero agradecerles por ser complices en esto.-contestó Pablo con voz cálida.

-No tienes nada qué agradecer hijo,pero nosotros nos vamos por qué ustedes tienen qué tener un momento a solas,nos vemos mañana.

Nos despedimos de todos y cuándo se fueron Pablo me tomó de la mano y caminamos hasta dónde estaba Arturo,me abrió la puerta del coche y nos fuimos. Llegamos al río qué estaba cerca de las cabañas,José Pablo me abrió nuevamente la puerta del coche y me ofreció su brazo,me baje del coche y José Pablo le dió la indicación a Arturo de qué se fuera a descansar.

-Ahora tú y yo vamos a tener una hermosa velada,¿Tienes hambre?-preguntó Pablo sonriendo.

-Muchísima.-respondí poniendo las manos sobre mi estómago.

Me tomó de la mano y nos acercamos a una mesa qué estaba junto al río,sólo nos iluminaba luz de la luna y de las estrellas lo qué hacía qué fuera un ambiente más romántico. Sobre la mesa había una pequeña vela y un par de pétalos de rosa esparcidos por la mesa. Llegaron unos meseros y comenzaron a servir la cena,Pablo abrió una botella de vino tinto y comezamos a brindar por nosotros y nuestra felicidad. Terminamos de cenar y Pablo me ofreció ir a dar una caminata,yo accedí así qué me tomo de la mano y comenzamos a caminar hacía las cabañas; Cuándo llegamos nos sentamos afuera,los dos estábamos un poco ebrios ya qué nos habíamos bebido toda la botella de vino.

-Te vez más sexy a la luz de la luna.-dijo Pablo sonriendo.

-Claro qué no,lo estás diciendo sólo por qué estás ebrio.-respondí mientras acariciaba su mejilla.

-¿Y no haz escuchado éso de qué los niños y los borrachos siempre dicen la verdad?-preguntó quedito.

-Quiero qué me hagas tuya Pablo.-contesté mientras me mordia el labio inferior.

Pablo me miró y sonrió,enseguida se levantó y miró a su alrededor.

-Ven parate,un tengo una sorpresa para ti.-dijo Pablo mordiendose el labio inferior.

-¿De qué se trata?-pregunté curiosa.

-Ya te dije Amor,es una sorpresa,pero necesito vendarte los ojos.-dijo Pablo mientras me ayudaba a parar.

Cuándo me paré,José Pablo me vendo los ojos y pude escuchar el ruido qué hacía la puerta al abrirse. Después sentí qué puso sus manos sobre mis hombros y comenzo lentamente a guiarme hacía adentro de la cabaña.

-Cuenta hasta tres y quítate la venda de los ojos.-susurro Pablo en mi oído.

Conté hasta tres y me quite la venda de los ojos. La cama estaba llena de rosas rojas y su fragancia seductora impregnaba el aire de la habitación, el aroma era embriagador y sólo se encontraba todo iluminado por unas pocas velas esparcidas por la habitación. Comence a mirar su rostro,sus labios,sus ojos...esos ojos verdes qué tenían un brillo tan especial y al tenerlo cerca me invitaban a perderme en su mirada. Le sonreí y comenzamos a besarnos de una manera intensa.