Capítulo 8

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Julie lo besó en la boca, él no dudo en besarla también. Se sintió de nuevo él, de nuevo como antes. Abrió sus labios empujando los de ella, apretándole las caderas, acariciando su espalda y su cabello. Julie le apretó el cuello e introdujo su lengua ligeramente en la boca de Max. La humedad hizo que Max se estremeciera por completo, la tocó con la suya, en ese momento sintió un pequeño revuelo en todo su cuerpo.

Julie separó sus labios por un segundo. Max soltó un respiro, quiso volver a besarla.

- Te amo - le dijo ella. Él se relamió los labios deseando besarlos de nuevo, el sabor era el mismo, tan perfecto y dulce como su boca. Entonces volvió a besarla desesperado, necesitaba darle más que solo un simple beso, necesitaba dárselo todo esa noche. Sintió las finas manos de Julie empujarlo. Max retrocedió un par de pasos adentrándose a la habitación de Julie, sus piernas llegaron a tocar el borde de su cama.

- Dilo de nuevo. – le pidió él. Sus manos bajaron sigilosamente por la curva que Julie tenía en la espalda, la abrazó, y volvió a subirla hasta llegar al borde de la cremallera de su vestido. Ella subió la mirada hasta sus ojos mientras Max intentó bajarla más y más hasta lograr hacerlo completamente.

- Te amo, te amo mucho- le susurró ella, esta vez en el oído, se lo besó. Max se tensó, se estaba aguantando muchísimo. Había pasado un año, un año terrible, pero Julie nunca dejaría de ponerlo así, tan excitado, tan tenso, él y cada uno de sus músculos. Ella volvió a besarle el oído, jugueteando con su lóbulo y el vestido resbaló entre sus piernas hasta tocar el piso. Max le acomodó el cabello hacia atrás. Esto le traía tantos recuerdos. Sus labios se juntaron y besaron el cuello de Julie. – Oh. . . - gimió. Se mordió el labio inferior. Si tan solo supiera lo duro que estaba tal vez no se sorprendería. Entonces bajó la mirada observando sigilosamente el bulto entre los pantalones de Max. Quiso tocárselo como antes, que su respiración se agitara, que todo fuera como antes pero en vez de eso, lo tumbó sobre su cama.

Él la miró desde abajo sosteniéndose con los codos. Se relamió los labios mientras observaba la bonita y caliente escena que Julie hacía para él,  definitivamente no dejaría de ser así nunca, era preciosa, perfecta en todos los sentidos. Se puso sobre él gateando sobre la cama dejando ver su precioso culo. Hace muchísimo que no lo tocaba, hace muchísimo que no tocaba nada de ella ni probaba nada de ella. Sin besarlo colocó sus senos en bandeja a los ojos de Max, éste no pudo evitar besarle el cuello hasta llegar a la punta de su mentón, sentir su piel caliente sobre sus labios, su tibia temperatura. Sus pantalones reventarían en cualquier momento, sentía que el pene se le movía por dentro, que crecía dentro de él por el solo hecho de tener a la mujer que más le excitaba en el mundo justo delante de él y sin haberla cogido aún.

- Vaya. . . - entonces ella hizo lo último que él esperaría en ese momento. Algo que lo llevaría a la punta de sus límites. Tocó su miembro por fuera con suavidad, lento. Una masturbación perfecta, sus pequeñas manos quisieron tenerlo a carne viva entre sus dedos. Lo apretó.

- Ah. . . Dios . . . - dijo él con la respiración agitada, inconsciente. Cerró los ojos y apretó la mandíbula fuerte para no perder el control todavía, pero ella no paraba y lo tocaba más, cada vez más intensamente. – Sácalo por favor- le pidió él.

- No te oí, mi amor- jugó ella. Max sonrió, de verdad  extrañaba esto.

- ¿Cómo quieres que te lo pida?

- No lo sé, depende de ti - le dijo ella. Se sentó sobre las caderas de Max haciendo que la calentura de su feminidad, aún con la ropa interior puesta, tocara la punta del pene de Max . 

- Agarralo, coño. – le pidió. Ella se movió sobre él sintiendo como la erección de Max crecía cada vez más.

Contrólate, pensó.

Pero había sido demasiado tarde. La tomó de los muslos e hizo que se colocara bajo su cuerpo.

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