Julie abrió la puerta de su habitación, no tiene fuerzas para nada, no quería saber nada sobre nada ni nadie; solo quería descansar de haber llorado tanto, siempre era lo mismo. Se sentó sobre la misma cama en donde había hecho el amor con Max muchísimas veces, donde la había abrazado y le había dicho "te amo" en medio de un juego de besos, lo recuerda. . . lo recuerda besándole todo el cuerpo, acariciándola o simplemente despertándola por la noche para hacerle el amor, lo recuerda diciendo tonterías sin sentido, o siendo pícaro con ella, tal vez hablándole claro y contándole cuanto le ponía cada vez que la veía, tal vez enojado pero él es así, ese es su carácter, solo podía ser cariñoso con ella, con nadie más podía lograr ese tipo de afecto. Lo recordó mordiéndole el cuello, abrazándola mientras lloraba, riendo con esa preciosa sonrisa contagiosa que se te adhería al cuerpo cuando la mirabas, que te electrizaba, que te hacía derretir frente a él.
Y no puede evitar llorar recordando las últimas palabras de Ryan
- No va a regresar. – le dijo sin poder mirarla directamente a los ojos. – me ha pedido de favor que te lo diga Julie. – tragó saliva. – ha hecho un trato con tu padre, le ha prometido que se alejará de ti un tiempo mientras tú vuelves a Las Vegas con Richard. – la miró llorar, sin saber que decirle. – lo siento mucho.
Lo odiaba por siempre querer hacer lo mejor para ella, por siempre tratar de protegerla y ayudarla cuando las cosas ya no tenían arreglo. ¿Acaso la iba a dejar de nuevo? ¿Otra vez? ¿Una vez más? ¿Por qué? ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué no pensaba en ella, en lo destruida que estaba, en lo mucho que había llorado? ¿Por qué siempre tenía que ser él y sus malditas decisiones?
Se sentó sobre el borde de la cama, las lágrimas caían lentamente sobre sus mejillas, ¿Cuánto tiempo llevaba llorando? Ya hasta había perdido la cuenta. Una vez más había tenido que dejarlo por hacer las cosas bien, un tiempo más, una vez más, pero ella ya no estaba segura si podría soportarlo.
La puerta de su habitación se abrió de repente.
- ¿Dónde están tus maletas? – preguntó él. Él y una sonrisa que adornaba su rostro. – nos mudamos hoy, preciosa.
Julie abrió los ojos. Reaccionó, limpiándose las lágrimas rápidamente.
- MIERDA, te odio, te odio, te odio - corrió y se colgó del cuello de Max, entrelazando sus piernas tras su espalda. Éste la abrazó con fuerza, escuchándola llorar con fuerza escondida entre su cuello.
- Mala broma, ¿cierto? – le preguntó Max, colocando sus manos bajo los muslos de su novia. – quería ver si confiabas en mí.
- Tú y Ryan van a pagarme todo esto, te lo juro. – Julie le golpeó un brazo. – te odio.
- Yo más, mi amor - sonrió. Julie también en una mezcla de lágrimas y risas. – no quiero que desconfíes de mí, te prometí que volvería - sintió las pequeñas manos de su novia abrazarlo con todas las debilitadas fuerzas de su cuerpo.
- Así que. . . - Julie se separó un poco, no dejaba de llorar, su voz se escuchaba graciosa. – ¿nos mudamos hoy? – le sonrió.
- Sí. – le afirmó Max, se inclinó para morderle suavemente el cuello, haciéndola reír. – pero antes. . . le he prometido a alguien que te llevaría a su casa. – se miraron a los ojos. Nada era más importante que estar juntos en ese momento, lo abrazó de nuevo besándole el cuello, la boca, las mejillas. – quiero que te reconcilies con tu padre.
Un beso más, un beso que cubrió todas las expectativas de Max y lo dejó deseoso de más, volvieron a besarse. Un beso como el que ellos dos solían darse, típico de ellos y de lo mucho que se amaban.
- Iré. – le prometió Julie. – pero por favor, no vuelvas a dejarme- Max le acomodó el pelo tras la oreja. Por fin sentía que las cosas habían acabado, que los problemas habían llegado a su fin.
- Nunca más. – un beso. . . el último. – te lo prometo.
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SEDÚCEME
Teen Fiction~3er y último libro de la trilogía "El secuestro de Julie" Está cerca y apunto de seducirte de nuevo.