II.- La vida sin ti.

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Hola Kenneth, debo ser honesta, desconozco por qué decidiste irte sin avisar a nadie, suponía que lo decías en broma,  pero recuerdo que muchas veces importa poco lo que sienta últimamente, o lo que piense. Ojalá estés teniendo un gran viaje  en Europa. Nos llegó tu postal de Irlanda. Te ves tan contento y emocionado, te ves incluso desintoxicado.

Ojalá me hubiera podido ir contigo, o siquiera que me lo hubieras propuesto, pero debo empezar a adaptarme a esta gran casa a la que nos mudamos, tú estuviste aquí por tres días, comimos pizza, luego fue la discusión y mientras todos dormían te fuiste, no te importó que yo te viera salir, ni siquiera contestaste a mi pregunta.

  Yo me quedé aquí para aceptar que debo volver a hacer amigos en mi nueva preparatoria. Ya estoy por acabarla, ¿sabes? Es mi último año y lo tendré que pasar lejos de los demás.

Siento que es extraño que le escriba a mi diario como si te estuviera escribiendo a ti. Pero es la mejor manera que tengo para desahogarme, ya que siempre has sido quien me escuchaba y aconsejaba cuando tenía problemas. Todas las veces habías entendido mis problemas de chica. ¿Será porque siempre fuiste un casanova? 

Las vacaciones ya van a acabar y estoy asustada. ¿Qué debería hacer? No quiero estar sin ti.

Querido KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora