X.- La princesa que no besaba príncipes.

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Mi hermana por fin estaba liberándose de su disfraz, según leí. Eso me recordó sobre la nota que decía "donde me salvaste la vida". Y a decir verdad en varias ocasiones le salvé la vida a Katerine, DEMASIADAS.  Por lo tanto no sabía por dónde iniciar.

Caminé un rato por el patio de atrás, dando círculos debajo del viejo cedro al que le llamamos Elvis, Kat una vez me dijo "Elvis Presley querría que este árbol llevara su nombre." Me pareció algo sin sentido viniendo de mi hermana de 4 años. Pero le seguí el juego y con el paso del tiempo ya no era "el viejo cedro de casa del abuelo", sino "Elvis el Rey Cedro ".

Me dolió la cabeza de tanto pensar, era un fastidio. La salvé de ahogarse cuando rompió el hielo del lago que está cerca de la biblioteca, cuando hizo enfadar al perro del vecino, cuando casi la arrollan, cuando un ganso la atacó... Cuando se trepó al Rey.

Me encontraba justo debajo de Elvis.

Busqué en el cedro alguna nota, la terminé encontrando en una especie de tótem que el abuelo nos pidió que le ayudáramos a hacer. La nota decía lo siguiente:

"De todas las veces que me salvaste la vida, recuerdo que un ganso te mordió muchas veces, esta es la que más te agradezco. Aunque hayas salido con un brazo roto, me hiciste entender junto con el abuelo que lo que me pasó ese día  no era para nada malo. 

Supongo entonces ya encontraste la nota de la cocina."

Miré mi brazo y recordé muy bien ese día.

Estaba leyendo los Tres Mosqueteros en mi cuarto. Kat se había ido con una amiga suya que decidió hacer su fiesta de cumpleaños antes de tener que mudarse a China por cuestiones de trabajo de su padre. El cumpleaños tenía como condición ir todos vestidos de princesas y príncipes. Mi hermana se había ido con un vestido de princesa color morado, se veía linda en él.

Pasaron las horas y escuché a mi hermana llegar llorando, "se encargarán mis padres" pensé, después de alrededor de media hora empezó a gritar demasiado fuerte. Ya no podía enfocarme en mi lectura. Bajé a la sala y grité a mis padres por qué no le ayudaban a Kat. No hubo respuesta, sólo una nota pegada a la puerta de la entrada que técnicamente me dijo "Nos fuimos a una fiesta, cuida de tu hermana y jódete. Hay dinero para que compren pizza, no se olviden de compartir con el abuelo."

-¿Qué sucede Kenny?- Dijo mi abuelo con su voz grave y débil.

-¿No estás escuchando que mi hermana está gritando por ayuda?- Le dije a Connor, mi abuelo.

-Yo estaba dormido, discúlpame, pensaba que mi hijo se iba a encargar de ver qué le pasaba.- El abuelo se veía triste, como si él fuera el culpable de los gritos de Kat.

-Resulta ser que Stuart y Beatrice se fueron.- Respondí molesto.- Será mejor que no perdamos el tiempo y salgamos al patio trasero, ¿no?.- Connor sólo asintió y caminó.

Katerine estaba hasta la cima del cedro con su vestido morado rasgado y el maquillaje corrido por las lágrimas mientras gritaba pidiendo ayuda. 

-¡Ayúdame Kenneth! ¡Por favor!- Los ojos de Katerine se veían como dos platos color verde.

-¿Cómo llegaste allá arriba Katy?- Gritó el abuelo.

-Pasó algo en la fiesta y quise esconderme en Elvis. El problema es que no sé cómo bajar.- Gritó. 

Me impresionaba que los vecinos no hayan llamado a los bomberos después de tanto tiempo. Quizá a todos se les dio por salir a una fiesta exactamente en esa tarde.

-Baja, si te caes yo te atrapo hermanita.- Le grité.

-No creo que seas tan rápido para atraparme.- Contestó.

-Podríamos entonces llamar a papá y mamá para que te hagan bajar y le cuentes lo que sucedió.- El abuelo sabía negociar.

-¡A ellos no les gustará!-

-Entonces baja.-

-No me vayas a dejar romperme la crisma, Kenneth.- Kat se disponía a bajar.

Y estuvo todo bien hasta que llegó a la mitad del Rey, donde una de sus ramas se rompió y mi hermana cayó de forma rápida. Si mi hermana se lastimaba iba a ser culpa mía y del abuelo, y si le pasaba algo peor, no sabía lo que nos pasaría. Así que corrí rápidamente y la atrapé, caímos los dos ella de espaldas sobre mí y mi brazo derecho entre una roca y la espalda de mi hermana. Se escuchó que algo tronó, yo sentí un dolor infernal en mi brazo, luego vi negro. 

Cuando volví a estar consciente, estaba con un yeso y  aún con el dolor en el brazo, pero se sentía menos. Los ojos de Kat estaban rojos e hinchados de tanto llorar, su cabello castaño estaba hecho una maraña y su maquillaje, completamente arruinado al igual que el vestido.

-¡Perdóname Kenneth! Por mis estupideces te fracturaste el brazo. ¡Todo es mi culpa! Papá y mamá me van a castigar. Y tú seguramente me odias.-

El abuelo estaba sentado, viéndonos. 

-Da gracias a que fui paramédico en mis años buenos.- Susurró Connor.

-¿Pedimos pizza?- Respondí.

Mi hermana estaba bastante confusa, yo tenía un brazo roto y en lo único que pensaba era en comer pizza con ellos. Pero, ¿cómo evitarlo? Quería comer con mis dos personas favoritas, al menos Katerine no estaba herida y eso era lo que más me importaba. Tenía que evitar que siguiera llorando, además el abuelo se veía con hambre.

Pedimos varias cajas de pizza y mientras comíamos el abuelo le preguntó a mi hermana qué fue lo que sucedió.

-Abuelo Connor, Kenneth, esto da algo de vergüenza, pero se los voy a contar- Se dispuso a tomar aire, siempre hace eso cuando va a contar algo largo.- Fui a casa de Jane, que estaba vestida de princesa, como Bella para ser más exacta. Y estuvimos juntas todo el tiempo, jugamos con sus primos y sus amigos, también con los míos, pero a Jane justo cuando acabábamos de comer el pastel dijo algo muy atrevido abuelo.-

-¿Qué dijo?- 

-"Voy a estar dando besos a todos los atrevidos que vayan a verme al pequeño estanque de mi casa".-

-Vaya, las jovencitas de hoy en día no tienen nada de pudor.- 

-Y yo quise ir, Jane se veía exactamente igual que Bella, de verdad abuelo. Además, ¿no era demasiado atrevido que una niña fuera a formarse por un beso? Yo claramente me lo merecía.-

El abuelo se sobresaltó, pero pareció recordar algo y se calmó.

-Y fui, me formé y todos los niños formados me vieron como un bicho  y me empezaron a hacer burla, "No te va a besar" "Ella sólo besará príncipes" "Eres fea".- Los ojos de Kat se volvían a llenar de lágrimas.- Así que la tomé del hombro con mi brazo izquierdo.- Yo sólo me mantuve firme y no les hice caso. Llegó mi turno, Jane me vio sorprendida y me dijo "Katerine, esto es sólo para príncipes, tú si quieres puedes sentarte a besar a los que se formen por ti". Le dije que yo me formé porque ella dijo que a los que se atrevieran a formarse los iba a besar, que yo no quería besar a ningún príncipe, sólo a ella...- Kat volvió a llorar.- En ese momento Jane me vio con asco y todos los demás me apuntaron con sus dedos y se rieron de mí, ¿tan malo era querer besar a una chica? Me sentí tan humillada que salí huyendo de la fiesta y me quise esconder donde no pudieran encontrarme, así que subí al cedro. Y después pasó todo esto.- Guardó silencio y comió una rebanada mientras las lágrimas caían por su rostro y en la pizza.

El abuelo sólo se limitó a abrazarla, y a decirle que lo que ella tenía no estaba mal, que muchas más personas tienen sus mismos pensamientos y sentimientos. Pero que los demás, incluidos nuestros padres no los comprendían o no los aceptaban.

Kat prometió que intentaría ser "normal". 

Querido KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora