XXVII: Las cicatrices.

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Sam cerró los ojos e inhaló profundamente.

-Conocí a Claire en La Madriguera, yo era una chica bastante insegura aunque no lo creas. Todd la conoció en la barra y me la presentó, "también le gustan las chicas y parece una buena persona", me susurró. Yo me sentía emocionada, había tenido que cambiar de escuela por culpa del acoso que recibí al declararme a una chica, así que puedes saber que estaba muy emocionada de conocer a alguien como yo.

Ella me dijo que formáramos una banda, que me había visto tocar tras el escenario y creía que tenía talento.- Golpeó su frente.- Caí muy rápido en sus palabras, le dije que estaba de acuerdo si Todd podía estar con nosotras, ella me dijo al principio que no, pero cuando vio que no iba a participar sin mi mejor amigo decidió incluirlo.

Tocamos y les encantó, escuchar los gritos, poder gritar todo lo que sentía y sentirme parte de La Madriguera fue una experiencia que nunca olvidaré, me temblaban las piernas, no podía seguir gritando y sentía como si algo ardiera en mi corazón. Yo veía que Todd también lo disfrutaba.

Comenzamos a tocar más seguido, comenzaba a conocer más a Claire y ella me mostró todo esto, me enseñó más sobre el punk, sobre mujeres que cantaban para hacerse un espacio en este mundo underground. Quedé maravillada y cambié de estilo, dejé de preocuparme por lo que dirían de mi vestimenta y comencé a usar lo que más quería. Mi madre estaba completamente feliz de verme con un mejor estado de ánimo, Todd igual estaba feliz, comenzó a hacer ejercicio y empezó también a ser más social. La Madriguera nos había cambiado. Jeff también estaba ahí, incluso competimos contra él en el escenario, nos destrozó.- Rió fuertemente.- Debieron verlo, quedamos completamente opacados, quería llorar pero sabía que estaba compitiendo contra "mi papá" entonces era algo grandioso, no todos tenían la oportunidad de hacerlo. Él sigue siendo la estrella a pesar de todos estos años.

Pasados unos cuantos meses, conseguimos que La Madriguera estuviera más llena de mujeres, mujeres que querían gritar, que querían expresarse y eso me llenaba de gusto. Podías ver incluso a algunas señoras ancianas agitar su cabeza lo más violento que su cuerpo las dejaba y lo respetaban. Yo no podía creerlo, se había vuelto un entorno "familiar".

Claire nos ofreció LSD después de un concierto, estábamos nerviosos.- Miró a Akane.- No le vayas a decir a Todd que te conté de esto.- Y vaya, fue una experiencia que me gustó. No hace falta imaginar que en un tiempo me mantenía casi drogada. Al mismo tiempo comencé a admirar a Claire, demasiado. Hasta que ella me mencionó que yo le gustaba. Eso fue una alegría  en mi vida. ¡Yo le gustaba a mi ídolo! Estaba volando en las nubes, tanto por las drogas como por mi amor a Claire.

No recuerdo cuánto tiempo fue el que pasé con ella, casi no estaba en casa y mi madre no sabía qué hacer. Supongo que me dio mucha libertad para que no pensara que era una mala madre, nunca he pensado eso de ella, ha sido la mejor que podría pedir. Lamento mucho no haber llegado a tantas cenas en ese año, todo por estar con Claire en su sótano.

Mi primer beso fue con Todd.- Se rió.- Le pedí que me besara cuando éramos niños para ver si no me gustaban los chicos. Pero mi beso con Claire me hizo sentir mil mariposas en el estómago, y todo cambió desde ese beso y declararme su novia.

Comenzó a intentar alejar a Todd, lo trataba como si fuera alguien que me quisiera hacer daño. Me hizo sentir como si no necesitara a nadie más que a ella y comencé a creerlo, sin embargo Todd nunca me abandonó. Cuando Todd se fue a casa por un compromiso y me quedé con ella tras el escenario le reclamé por tratar a mi mejor amigo como si fuera una basura, que él siempre había estado para mí.

"Ahora me tienes a mí, ¿no lo ves? ¿O no soy suficiente para ti?".  Apretones de mano y tirones de cabello poco a poco se convirtieron en golpes que debía intentar cubrir con maquillaje para que Todd no se diera cuenta de lo que sucedía, o mi madre. Entré más en las drogas porque no quería seguir sintiendo el dolor que ella me provocaba.

Querido KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora