XXIII: C&K

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Mientras veía las estrellas y miraba las luces de la calle, sentía otra vez los brazos de Courtney rodear mi abdomen, ella estaba completamente cálida.

-¿Era cierto todo eso que me estabas diciendo hace unos minutos?- Escuché su voz somnolienta mientras sentía su cabeza esconderse en mi espalda.

-Parece ser que no estabas tan dormida después de todo...- Me sentí apenado pero a la vez emocionado de que me haya escuchado. Finalmente me volteé y la besé.- Vamos adentro, te puede dar un resfriado o algo peor. Está cayendo aguanieve.- La cubro y entramos juntos.

-Wow... No pensaba que tú  sintieras algo hacia mí.- Courtney estaba en el sofá de nuevo, sorprendida, congelada.

-¿Por qué no habría de sentir algo por ti? Tengo desde los 8 años conociéndote, siempre has sido mi mejor amiga, la que me ayudaba a reparar mi bicicleta, la que venía a jugar videojuegos de vez en cuando a mi casa, incluso eras la niñera de Kat cuando debía salir... No sé, simplemente hemos estado ahí el uno para el otro desde siempre...- Me senté a su lado y la tomo de la mano.

-¿Recuerdas cómo nos conocimos?- Preguntó.

-Sí...-

Asistía a la secundaria, recuerdo que ya estaba por salir y ella era un grado menor que yo, se encontraba sola, siempre ha usado el cabello corto desde que la conozco pero en ese momento no se veía tan bien como lo hace ahora, estaba leyendo Matar un Ruiseñor de Harper Lee, me acerqué y le pregunté si quería un poco de compañía, al principio ella se veía molesta, creo que pensaba que yo quería ligarla,  pero luego aceptó. No recuerdo muy bien el tema que tratábamos pero ella rió mucho, tanto que todos la vieron y ella se apenó. Se quería ir pero yo le dije que no tenía ningún problema en reír fuerte "Libera el alma, o eso es lo que dice mi abuelo Connor" le dije mientras sonreía. Ella se tranquilizó. Me comentó que nunca ha estado acostumbrada a socializar, que a pesar de que me ha visto cerca de donde vive nunca me ha hablado porque pensaba que la iba a ver como una chica rara que se dedicaba a espiarme.

Pero no era así, de hecho me hizo recordar que la había visto jugar de vez en cuando enfrente de la casa de Connor, a veces le llevaba galletas o le preguntaba si estaba bien, pero en cuanto veía nuestro auto llegar ella se iba. Nunca me habría dado cuenta que era ella si no me lo hubiera dicho. Comenzó a hablar de que Connor era un anciano bastante agradable y lleno de cosas qué contar, me preguntó si nosotros escuchábamos al abuelo, yo le respondí que sí.

"Nunca pude conocer a mis abuelos y me duele que los demás que sí los tienen no los puedan apreciar, sé que hay algunos que son unos verdaderos cascarrabias pero incluso ellos quieren ser escuchados, ¿sabes?"

Después de esa plática y cada que veía que entraba a la escuela o el auto de mis padres llegaba a la casa, ella salía a saludarme, recuerdo a mis padres decirme que siempre les pareció que yo le gustaba a aquella niña. "Claro que le gusto, a todo mundo le gusta tener amigos" Respondía.

Courtney rió conmigo al escuchar eso último. En ese momento, al ver su sonrisa, supe que mi hogar era con ella.

Querido KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora