VIII.- Fugitiva

33 3 0
                                    

¿Sabes Kenneth? Lo que he hecho tiene muchas consecuencias malas para mí, pero valió la pena.

¿Qué hice? Al final de la semana mi relación con el grupo de amigos de Todd se vio completamente más estrecha. En especial con Sam y con Todd. Y para el viernes, que era el día en que ellos iban a tocar y decidí ir con ellos costara lo que me tuviera que costar.

El viernes le pedí a mi amigo que me esperara en la esquina de la calle a las 7 de la noche. Para ese momento papá y mamá iban a salir a uno de sus tantos eventos nocturnos. La casa iba a estar sola.

Pero nuestros padres no se iban y ya eran las 6:40, no podía bajar por el vestíbulo como había planeado, tenía que hallar otra forma. La ventana de mi cuarto me pareció una grandiosa idea, daba hacia el pequeño techo del garage y de ahí podía bajarme por ese árbol viejo que lleva la eternidad aquí. Y así lo hice, abrí la ventana y caí directo al techo(si te asomas no es una altura muy grande), pensé que hice demasiado ruido, pero no se alteraron.

Me iba a acercar al árbol para comenzar a bajar y observé mi reloj, ya eran 6:50. Justo cuando descendía Stuart y Beatrice salieron, yo estaba a plena vista para ellos. Comencé a bajar demasiado rápido del árbol, creo que en ese momento me rasguñó una rama. Pero no importó. 

Papá y mamá subieron al auto y se fueron, yo estaba perdiendo el aliento. Quedaban cinco minutos, no creí que ellos fueran a esperarme mucho tiempo. Corrí a través de la calle, el frío estaba soportable, pero cuando vas corriendo acabas definitivamente con la cara helada, sentía la nariz roja y cada vez sentía menos aire en mis pulmones. Pero no podía faltar al concierto de Sam y Todd, al menos ya no después de haber bajado el árbol. 

Estaba ahí la camioneta de Sam, y me estaban esperando todos.

-Vimos a tus padres pasar, creo que pensaron que somos unos delincuentes o algo por el estilo.- Dijo Todd.- Estás helada, joder.- Sintió mi mano cuando me subió a la camioneta.

-¿Te importaría llevar puesta mi chamarra?- Sam comenzó a quitarse su chamarra y me la dio.

-N...No es necesario, estoy bien, al fin y al cabo estamos todos acostumbrados al frío, ¿no?- Traté de excusarme.

-No rechaces mi ropa, es la más abrigadora que podrás encontrar en el mundo Kat.- Antes de encender el auto ella me estaba poniendo su chamarra.

Era algo pesada, pero olía muy bien y en verdad abrigaba bastante.

El viaje no fue muy largo, de hecho puedo decir que Sam conduce como alma que lleva el demonio. Gary, el pianista le dio a Tod un CD y lo metió al reproductor. Sonaba "Run Like Hell" de Pink Floyd mientras íbamos a toda velocidad. Quizá no es la canción perfecta para ir a máxima velocidad cuando conduces, pero yo creo que fue la indicada.

-¡A este ritmo llegaremos en media hora al café y en 10 segundos al infierno si te estrellas Sam!- Gritó Akane, la baterista.

-¿Qué dices? ¡Con esta música es casi imposible oír tus miedos!- Respondió gritando.

-¡Si te estrellas nos vas a llevar a todos contigo! Eso es lo que dice Akane.- Todd estaba aferrado al asiento del copiloto.

¿Si le dije que se detuviera? No, yo estaba en verdad cómoda con todos ellos, sentir la velocidad de la camioneta mientras Pink Floyd estaba de fondo y esa incertidumbre de no saber si íbamos a chocar o no me tenía extasiada.

Muy pocos minutos después llegamos al café, no era para nada pequeño.

-Bueno, si están mareados pueden aprovechar el tiempo que tenemos de sobra para despejarse. La chica rubia sonrió.

-Jódete. Pero tienes razón.- Le respondió Akane.- Nos servirá para poner todo en orden.-

Todos bajamos dando tumbos.

Bajaron los instrumentos diez minutos después, comenzaron a instalarse. Batería, teclado, bajo y un micrófono.  Creí que eran muy pocos instrumentos para tocar jazz. Y se los dije.

-La muy engreída de Claire no quiso venir y tocar el saxofón, pero descuida, tengo un amigo que la suplirá, no tardará en llegar aquí.- Gary me respondió.

-¿Quién es Claire?- Pregunté-

Todos se pusieron serios. Akane, dudando, fue la primera (y única en contestar).

-Es... una amiga de Sam, aunque ya casi no la vemos.-

Y llegó un chico algo bajito y delgado, parecía un niño. Pero tenía una voz increíblemente grave.

-Hola, mucho gusto, soy Ronnan.- Nos sonrió a todos.- ¿Están todos listos?

Los demás asintieron, faltaba poco para que comenzaran.

-Oye Kat, cuida bien de mi chamarra. Y si quieres pedir algo hazlo, aquí ya me conocen.- Me dijo la vocalista antes de subir al escenario.

Yo estaba sentada, creo que más nerviosa que ellos. Pedí una taza de café irlandés y me dispuse a observar el espectáculo. Sentí que tenía demasiado Whisky el café.

-Estas van a ser unas series de canciones que quiero dedicarle a una persona que está acompañándome. Es alguien que estoy empezando a sentir especial.- Sam vio a Tod y se dispuso a cantar.

Fueron unas versiones de Fly me to the moon, Feeling good y de Can't Take my Eyes Off You tan hermosas venidas de la voz de Sam, qué suerte la de Tod.

Al terminar de tocar, todos aplaudieron, sobre todo yo. No creí que el grupo de Tod fuera a tocar tan bien. 

-Después de tomar y comer algo, me temo que no podremos regresarte a tu casa hoy Kat.- Me dijo Gary.

-No hay problema- En realidad me matarían- pero, ¿dónde nos vamos a quedar?- Pregunté.

-Esa confianza me agrada, nos vamos a quedar en un departamento que le pedí prestado a mi tia.- Contestó Akane.

Esa noche fue una de las mejores. 


Querido KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora