un amor imprevisto

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En la mañana me llegó un mensaje de Cassandra

"Que bueno que ya estes mejor amiga, Richard me habló y me dijo que nos pusieramos de acuerdo para ir a cenar"

Ese Richard ya se había aprovechado de la situación, ahora estaba amenazada con que debía de ir, no podía decir que no a la cita.

"Esta bien Cassandra, solo dime el lugar y la hora"

Me pare de la cama y me hize un café con el fin de despertarme  aun más, despues me di un baño y me arreglé para el trabajo, ya era casi un  mes que no hiba y ya me sentia rara al no hacerlo.

"Ok amiga, despues te digo donde, invitaré a las chicas"

Al transcurrir varias horas, llegue al trabajo y al entrar a la oficina estaba Richard sentado en la silla junto a mi escritorio.

-¿Que haces aquí? - pregunté.
-Hola, buenos días.
-Hola - dije seria - Dime, ¿que haces aquí?
-¿Ya te informó Cassandra de la cena que quiero hacer?
-Me llegó el mensaje hoy en la mañana.
-Y ¿piensas ir?
-Le dije que sí.

Sonrió y se paró a un lado mío y susurró

-Ya vas entendiendo Adeline, y eso me gusta.
-No creas que lo hago por ti, solo quiero estar con mis amigas, tu ya sabes perfectamente lo que siento por ti, y eso no va a cambiar.
-Te dije que me estaba cansando de que fueras indiferente conmigo, si te portas mal, las consecuencias seran terribles, recuerda lo.
-Lo sé, y no tengo miedo Richard, y no caeré en tus juegos absurdos
-Ok, que conste que te lo advertí, espero que no te arrepientas con lo que pueda pasar.
-Ya tengo suficiente con conocerte, ese sin duda fue el peor día de mi vida, porque conocí a la persona mas egoista del mundo.
-Ja, no te muerdas la lengua muñeca, tu mas que nadie sabe de esto.
-No me confundas contigo, nunca seré como tu y ni lo deseo.
-Ya veremos - me dijo con una sonrisa tentadora - solo te vuelvo a recordar que, no te arrepientas por lo que pueda pasar si no haces lo que yo quiera.
-Vete de aquí Richard, no soporto tu presencia.

Se fué y me quede en la oficina volviendo a mis obligaciones, la verdad ya no me interesaba lo que Richard me dijera, solo eran palabras, nunca se atrevería a hacerme daño, o eso creía.
Mis pensamientos ahora estaban con Chris, en realidad me preguntaba ¿que estaría haciendo en este  momento?, no podía controlar la necesidad de saber de él, me quedé con muchas ganas de volver a verlo, era de las pocas personas que conocía y que tenia  una gran personalidad y eso lo hacía mas atractivo. En la tarde Cassandra me envió un mensaje:

"Mañana en la cafetería de siempre a las siete de la noche, no faltes..."

"Ok, ahí estaré" respondí.

Tenía ganas de volver a platicar con todas mis amigas de nuevo, por casi un mes había perdido mi rutina de trabajo y ya me urgía volver a ella. Ahora en lo que pensaba era en cómo me iría mañana con Richard, y si volvería a  ver a Chris...