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Una semana despues..

Mis heridas estaban curadas, pronto regresaría a mi rutina de trabajo, pero en realidad ya extrañaba los fines de semana con mis amigas etc.

Me sentía rara, diría demasiado rara, hace una semana habian pasado cosas que me tenian muy confundida, aquellos rumores que resultaron falsos me habian causado problemas emocionales, toda esta semana Chris casi no me dirigía la palabra, tal vez se sentía igual de raro que yo.
Llegó él y me dijo

-Pues se cumplió lo que querías.
-Lo sé, estoy feliz de que me iré a mi casa.
-Me alegro por tí, ademas tus heridas sanaron completamente.
-Si y hablando de eso - hize una pausa - quiero darte las gracias por todo lo que has hecho por mi estas semanas que estuve aquí.
-No, ese es mi trabajo.
-Si, pero igual queria darte las gracias, me voy de aquí conociendo a un chico increíble y con una gran personalidad.
-Tu eres una chica increíble - me dijo mirandome directo a los ojos.

Guardamos silencio, pero no uno cualquiera.
Fue  un silencio largo que me dejó darme cuenta de  los verdaderos sentimientos hacia el, y tal vez el hacia mí

-Me tengo que ir - dije seria y acercandome.
-Que te vaya bien...Adeline.

Me dió un abrazo y me fui de aquella habitación, tenia muchas ganas de regresar pero sabia que no estaba bien, me vería muy atrevida y yo no soy así. Para mi sorpresa la cuenta del hospital ya estaba pagada.

-¿Que ya esta qué? - pregunte confundida a la recepcionista.
-Si señorita, la cuenta fue liquidada ayer en la tarde.
-¿Pp..pero quien haría eso?
-La persona que lo hizo, me dejó muy claro que no le comentara nada.
-Tengo derecho, debo de saber quien hizo eso para pagarle.
-Lo siento, hize una promesa.
-Bueno, espero saber algun día quien fue, gracias y adios.

Me retiré con el pensamiento de quién podría haber sido aquella persona, a lo mejor sería una de mis amigas, pero no sé. Pedí un taxi y me dirigí a mi departamento, al llegar todo estaba muy sucio, habia polvo por todos lados, y como no si casi un mes estuve fuera de casa. Me senté en el sillon y me recosté y no pude evitar pensar en Chris, obviamente el no estaría pensando en mí, el tenía cosas que hacer, ademas tenía trabajo, lo mejor sería olvidarme de él. De inmediato me puse al corriente con los pendientes del trabajo, no queria atrasarme en el.

Horas despues tocaron a la puerta, abrí y vi de nuevo  a Richard.
-Hola - me dijo sonriente.
-Hola, pasa.

Se sentó en el sillon y volvio a decir
-¿Como te sientes?
-Pues bien, mis heridas ya han sanado.
-Me alegro que ya estés bien, me daba miedo perderte.
-¿Perderme?
-Claro, sabes que te quiero.
-Richard ya te dejé en claro lo que siento, perdoname pero no quiero que te hagas ilusiones con algo que no puede pasar.
-Sé que algún dia me vas a querer.
-No, ese dia no va a llegar, y mejor vete.

Se paró del sillon para acercarse bruscamente y tomandome del cuello me dijo amenazador

-Me estoy cansando de rogarte Adeline, no quiero actuar por las malas ya que dudo que quieras conocerme por ese lado, asi que coopera ¿ok?
-¡No! Y vete de mi casa - dije empujando lo. Me agarró por la fuerza y me gritó

-¡Ya!, comportate, y pobre de ti si le mencionas algo a tus amiguitas, o si no te las veras conmigo, estas advertida - dijo parandose - muy pronto me volveras a ver y te tienes que comportar bien conmigo, no quiero que seas indiferente, yo siempre consigo lo que quiero, y tu no seras la exepcion.

Se fue de mi departamento, me entró el miedo por lo que ese loco me podría hacer si no hacía lo que él queria, y lo peor de todo es que no podia contarse lo a mis amigas porque de seguro me iría mal. No sabia que hacer, tenia mucho miedo de Richard, nunca se habia comportado así, sin duda era un egoista que solo quería hacer lo que él mandara, tenía que hacer algo al respecto pero no sabía por donde empezar...

un amor imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora