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Ésa misma tarde decidí ir con Chris, no quería que siguiera desanimado, el problema es que no sabía donde vivía, asi que le mandé un mensaje a Alexandra:

"Hola soy Adeline, ¿me podrías dar la dirección de Chris?, te lo agradecería mucho"

Veinte minutos después me respondió y me dirigí a mi auto a la casa de Chris. Cuando dí con su hogar toqué la puerta pero nadie respondía, volví a tocar 3 veces hasta que oí su voz.

-¡Ay voy!.

Al abrir la puerta ví de inmediato sus ojos azules que me veían con cierto brillo. Me abrazó y me dijo.

-Adeline, te he extrañado mucho - dijo sonriendo.
-Yo igual, ¿puedo pasar?.
-Claro.

Pasé y su casa estaba hermosa y lo mejor de todo era que estaba calientita.

-Está muy caliente aqui dentro.
-Sí, afuera está muy frío.
-¿Y cómo has estado?.
-Hoy no fui al hospital - dijo serio.
-¿Por qué? - pregunté aunque ya sabia la respuesta.
-Es que....me sentí mal.
-Alexandra me contó el porqué no fuiste - dije.
-Asi que ya sabes - dijo apenado - estas enojada ¿verdad?.
-¿Yo?, no, solo que no comprendo tu actitud, las cosas personales son cosas personales, ¿ya te pusiste a pensar cuantas personas tuvieron que acudir hoy al médico?.
-Ya, ya entendí - dijo cabizbajo.
-Ay Chris, hiba a venir mañana pero decidí mejor que hoy.
-Gracias, necesitaba verte.

Sonreí y le dije

-Igual yo, además vine a pedirte perdón por lo que te dije ayer en la noche.
-Tus palabras me lastimaron, nunca me había puesto así.
-Ya, no me hagas sentir mas culpable, entonces - hize una pausa -¿ lo del hospital era cierto? - pregunté.
-¿Que si te quiero?, sí.
-Ok - dije seria - me tengo que ir, solo quería saber eso.
-¿Tan pronto te irás?
-Sí, quiero descansar, pero te prometo que mañana te llamo.
-Ok, esperaré tu llamda - me dijo sonriente.
-Me alegra que ya hayas recuperado tu estado de animo normal.
-Te lo debo a ti Adeline, pero ya no te quito más el tiempo, descansa y espero tu llamda mañana.
-Adios Chris, igual descansa.

Salí de su casa y me dirgí a mi auto, tarde 20 minutos en llegar a mi departamento, ya era tarde y el frío en la Ciudad de New York estaba aumentando más. Cuando llegué a mi departamento, note que la cerradura la habían forzado, sin duda alguien estaba ahí dentro. Un miedo creció dentro de mí haciendo que mi corazón empezara a latir, yo misma escuchaba sus latidos. Mi respiración se agitó , abrí con cuidado la puerta y estando lista para cualquier cosa, de inmediato encontré un jarrón de barro, lo que podría utilizar como defensa. Prendí el foco y todo estaba en orden, se oía un silencio aterrador, pero entonces ¿por qué estaba forzada la cerradura?, me dirigí a la cocina y fingí prepar un café, encendi la television y lentamente subí las escaleras para dirigirme a mi habitación, abrí lentamente la puerta y encendí el foco, al igual que abajo no habia nadie, entré para cambiarme de ropa y al instante que cerré la puerta ví a Richard sonriendo.

-¡¡Ah!! - grite asustada.
-¿Me extrañaste? - me preguntó acercandose.
-¿Cómo entraste aquí?.
-Forzé la cerradura.
-Vete de aquí Richard, estas loco.
-No estoy loco, podria decir un poco desesperado.

Sin que se diera cuenta, lentamente agarré el celular y lo metí a mi pantalón y segui diciendo para que no sospechara.

-Solo dejame en paz, dejame de molestar.
-Eso va a ser imposible, estoy tan cerca de ejecutar mi plan que he estado preparando desde meses antes.

Richard me agarró por la fuerza, intenté gritar pero me tapó la boca con un trapo, me sacó del cuarto y a fuerzas bajamos la escalera, cerró la puerta principal y me sacó de mi departamento y recorrrimos el pasillo, y antes de llegar a la recepción me susurró

-Te irá mal si gritas por ayuda.

Me quitó el trapo y caminé por la recepcion, el guardia miró mi cara y me preguntó

-¿Se siente bien señorita?.
-Em - dije nerviosa - si.

Con mi mirada le dije que no y no supe si lo habia notado, caminamos por toda la calle hasta que me metió en su auto y me tapó de nuevo la boca, empecé a llorar del miedo. Entró y encendió el auto y empezó a conducir, cuando menos lo esperé estabamos en un calle muy sola donde casi no habitaban personas, al final llegamos a una pequeña cabaña. Me sacó del auto y me metió en esa cabaña, hacía demasiado frío, no sentía mis manos de lo dormidas que se habian puesto.

-¡Ya no llores! - me gritó - te vas a quedar aquí, esto no es broma ni nada parecido, esto es un secuestro ¡¿me oíste?!.

No respondi nada del miedo que tenía.

-¡Pregunté que si me oiste!.

Asentí con la cabeza, después el se fué porque oí como arrancó el auto, me estaba muriendo del frío y tenia miedo de que empezara a nevar, me paré y me quité el trapo de la boca y me dirigí a la puerta pero estaba cerrada y no había ventanas en la cabaña. Saqué mi celular y le marqué a Cassandra.

-Hola Adeline, ¿que pasa?.
-¡Me secuestró! - grité llorando - ¡ayudame!.
-¡¿Qué?!, ¿quien?.
-Es Richard, me tiene en una cabaña, tengo mucho miedo, ¡ayudame! - dije desesperada.
-¿Sabes donde estas?.
-¡No!, no lo sé - dije llorando - estoy asustada, es una cabaña que no tiene ventanas, es una calle donde casi no vive nadie.
-Amiga, ¿ donde fue el ultimo lugar en el que estuviste?.
-En mi casa, el guardia fue el que me vió, checa las cámaras de seguridad, ¡ por favor salvame!.
-Haré todo lo posible ten por seguro que daremos contigo.
-Cassandra, la pila de mi celular se acaba, por favor avísale a los demás, - hize una pausa - confío en tí amiga, por favor.
-Ahorita mismo les digo, tranquila Adeline.
-Tengo miedo - dije llorando - hace mucho frío aquí.

El celular se apagó y me quedé sola en aquella cabaña, no podia creer que Richard me hubiera secuestrado y lo peor de todo es que  me dejó sola. Mis manos estaban heladas, mis pies estaban dormidos. Poco a poco fui cerrando los ojos hasta quedarme profundamente dormida...

un amor imprevistoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora