Capítulo 4

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—Lo veo alterado, Maestro —opinó Heimerdinger, cuando Yi estaba a punto de salir por la puerta principal de su laboratorio—. ¿Te sientes bien?

—Sí, me siento bien. —la Espada Wuju dio media vuelta para encarar al yordle inventor.

Heimer esbozó una sonrisa que solamente podía ser percibida por el movimiento de su bigote blanco.

—La última vez que te vi con esas gafas fue cuando eras mi estudiante en la Academia, junto con los otros jonios —continuó Heimerdinger, con cierto aire melancólico—. ¡Ay! ¡Era una época de tranquilidad y paz!

—Justamente estaba recordando esa época también —comentó Yi, con una ligera sonrisa.

Hubo un breve momento de silencio, pero se podían oír los sonidos que provenían de las máquinas en funcionamiento: Traqueteos, tintineos agudos.

—Tengo que irme, Heimer —dijo el Maestro Yi al fin—. Nos vemos mañana.

—Ven a los tres de la tarde, para esa hora estarán listas.

El Maestro se fue, el yordle volvió a sumergirse en su labor, y sólo llegó a oír la puerta cerrándose.

"Es más que obvio que alguien hace que tu glándula pituitaria segregue oxitocina, Yi", pensó, y volvió a sonreír entre las máquinas.



Wukong estuvo toda la tarde esperando a su maestro, en el templo que alguna vez fue el lugar donde los practicantes del Wuju pasaban horas entrenando y aprendiendo sobre su arte marcial. Ahora, sólo quedaba un maestro y un estudiante... (El Maestro Yi y él).

El mono esperaba el castigo por la broma de las gafas. ¿Acaso había ido demasiado lejos? ¡Es que fue imposible no agarrarlas cuando el Maestro se las había quitado para limpiarlas! Siempre tuvo curiosidad, ¿cómo se verían con esas gafas tan extrañas?

—¿Las gafas? Las uso para leer... —se limitaba a decir el Maestro Yi, cada vez que Wukong preguntaba la función de ellas.

Además, le había prometido a Ahri hacerla reír con sus bromas. Al menos, logró su objetivo.

Pero, mientras ellos corrían por la jungla, con el Maestro detrás de ellos, las gafas cayeron al suelo.

—¡Oh, maldita sea! —exclamó Wukong, temiendo que se hayan roto.

—No les pasó nada, mejor escóndelas para ganar ventaja. —sugirió Ahri, sin dejar de juguetear con su esfera de magia azul.

Y así, lo hicieron: Escondieron las gafas sobre las paredes del lugar en donde se encontraba el Barón (pero no había aún ningún monstruo, sólo la grieta que emanaba niebla púrpura con brillo al fondo).

Wukong se levantó de la alfombra donde estuvo meditando, al oír un ruido en el jardín principal. Ya estaba atardeciendo, los últimos rayos de sol del día iluminaban la vegetación bien cuidada del lugar; el rumor de las hojas y del agua del manantial lo llenaban de paz interior.

Ahí estaba el Maestro Yi, mirando el disco anaranjado sobre el horizonte (el sol). Una barrera verde lo envolvía, estaba agarrando su espada con ambas manos, sosteniéndola frente a su rostro. Siempre flotaba al meditar.

—Maestro, ¿está usted bien? —Wukong se acercó, y palpó con su mano peluda el hombro de la Espada Wuju. Este se sobresaltó, haciendo que sus pies volvieron a tocar el césped lleno de rocío del suelo.

—Ya deberías ir a casa, Wukong —dijo Yi, acomodándose las gafas que Heimer le había dado para reemplazar las que tenía—. Se hace tarde.

Wukong quiso decir más cosas: Al ver que su maestro estaba usando gafas normales gruesas se sintió mal. ¡Sí, había descompuesto las gafas de siete lentes! Hasta iba a mencionar que merecía ser castigado por lo que había hecho.

Pero, parecía que Yi se había olvidado por completo de todo, entonces decidió guardar silencio mientras se alejaba en rumbo a su hogar.



El Maestro Yi trató dos o tres veces más en volver a su estado de meditación profunda, pero le fue imposible. No podía dejar de pensar en Katarina.

"Una mujer me ha tocado, una mujer me ha tocado.", repetía en su mente una y otra vez, lo que hacía más difícil la concentración. Sólo se había tocado la parte superior del cuerpo (hubiesen ido más lejos si no empezaba otra partida).

Se dio cuenta que el sol ya había desaparecido detrás del horizonte de cadenas montañosas de picos nevados.

Su hechizo de teletransportación ya estaba de nuevo disponible: Lo activó, para así volver a casa más rápido.

En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora