En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]

Capítulo 8

—Qué época... —musitó Ryze, en un suspiro— Oye, Yi, ¿por qué saliste del salón?

—Me sentía incómodo ahí adentro, entonces salí a tomar aire fresco. —explicó el Maestro Yi, a pesar de que no era la verdad completa.

—No deberías estar perdiéndote la diversión. Es momento perfecto para llevarse bien con todos y "relajarse" de las batallas rutinarias.

—Me lo dice el que está leyendo aquí, en los jardines.

—Sinceramente, todas las noches vengo a leer aquí —Ryze se encogió los hombros—. Y tú, Maestro Yi, ¿por qué viniste si tu intención no era estar adentro? ¿Acaso no puedes tomar aire fresco en el jardín de tu hogar?

El Maestro Yi se ruborizó al recordar que su intención original de venir a la fiesta era poder verle a Katarina. Esperaba que el Mago rúnico no se hubiese dado cuenta de su cambio en la compostura.

—Sólo vine a ver a alguien —dijo al fin—. Creo que volveré adentro para buscarlo.

—De acuerdo, si me necesitan, estoy aquí. —agregó Ryze, y volvió a sumergirse en la lectura.

La Espada Wuju se encaminó hacia la puerta de donde había salido, la música se intensificaba con cada paso.

—Maestro Yi... —alguien exclamó en voz baja.

Él miró por todas partes, pero las gafas que tenía puestas no eran como las otras (que le otorgaban mejor visión nocturna, pero ahora se encontraban en el Laboratorio de Heimerdinger).

—¿Talon? —preguntó en voz alta, esperando respuesta.

—El mismo —La sombra de la navaja emergió de la oscuridad de un arbusto grande—. ¿Cómo estás? —se aproximó a paso lento, con una ligera sonrisa dibujada en el rostro. Su antebrazo derecho tenía su fiel cuchilla, que lo había acompañado en cada misión que le era asignada.

—Pues, bien. ¿Y tú? ¿Siempre en las sombras?

—Son mis dominios —Talon hizo una pausa, como si estuviera premeditando lo que deseaba decir—. ¿Has visto a Irelia?

El Maestro Yi negó con la cabeza, y al mismo tiempo preguntó:

—¿Has visto a Katarina?

—Sí, acabo de verla con Garen, en uno de los jardines laterales. —contestó Talon, y apenas notó cómo su amigo se perturbaba por la respuesta— ¿Por qué la buscas? ¿Le harán algo malo?

—Sólo necesito hablar con ella... —la voz de la Espada Wuju sonó un poco quebrada, sus piernas le temblaban— ¿Por qué buscas a Irelia?

Yi notó un cambio repentino en la coloración de las mejillas de Talon: Se tornaron rojizas.

—¿Acaso ella te gusta? —continuó interrogando al joven que se pasaba gran parte del tiempo en las sombras de las calles de Noxus. A los pocos segundos, se sintió mal por haber sido demasiado duro con él: Para Talon, Katarina era como su hermana mayor, desde que fue contratado para obedecer órdenes del General Du Couteau; ¿quién no se preocuparía por una de las pocas personas que conocen a uno en verdad?

—Tengo que irme. —La sombra de la navaja saltó sobre el arbusto, sin dar respuesta alguna.

El Maestro Yi se dirigió a un jardín lateral, como le había indicado Talon. Mientras caminaba, oía el crujir de las hojas del césped y el canto de los grillos.

"¿Qué tal si todo lo que había pasado en los arbustos sólo fue una broma de ellos?", se le ocurrió al Maestro, e imaginó a todos los noxianos y demacianos riéndose de lo que contaba Katarina, como si lo que ellos hicieron fuera un chiste.

Se sacudió la cabeza para desvanecer esas estúpidas fantasías. Oyó pasos: Alguien se avecinaba a paso rápido, entonces empuñó su espada por precaución.

—¡Yi! —exclamó lo que provocaba el ruido de pasos inminentes.

El Maestro Yi dio media vuelta, para encarar al que lo estaba siguiendo:

Era ella. Lo rodeó con sus brazos, sumergiéndolo en un abrazo acogedor. Percibió ese distintivo aroma, el mismo que había percibido en los arbustos de la Grieta. No tardó en abrazarla para tenerla más cerca todavía.

Nuevamente, La daga siniestra y La espada Wuju estaban juntos.