Capítulo 29

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La sombra de la navaja pudo ver que, tanto como su hermana y su amigo de Jonia, se ruborizaron, sus mejillas se tornaron más rojizas.

—... —Katarina no sabía qué decir, su mente había quedado por completo en blanco. Simplemente, no podía creer que su relación con el Maestro Yi ya no era algo oculto, Talon ya lo sabía. ¿Qué tal si él los había visto "haciéndolo" en los arbustos? Si ya la juzgaban mal por haber estado con un demaciano, ¿qué sería con un jonio?

—No podrán ocultarse por siempre en los arbustos —continuó él, y buscó a tientas las manos de ellos—. No se acongojen, este secreto lo llevaré a la tumba...

—¡¡Conque era ese el motivo de tus rechazos!! —gritó una voz femenina, y la cortina de color verde azulado se abrió de un golpe, tan brusco que los anillos de arriba chirriaron al hacer contacto con el metal.

Era Irelia, con El senescal de Demacia y El venerable inventor detrás. Ella había entrado de colada con ellos, a pesar de que la enfermera Akali pidió que solamente entraran dos a la vez.

—Te dije que no debíamos entrar aún. —le murmuró Heimerdinger a Xin Zhao, aunque tuvo que subirse a un taburete para que lo escuchara.

—¡Maldita zorra! ¡¡Te mataré!! —gritó más fuerte La voluntad de las hojas.

—Ahri no está aquí. —corrigió Vladimir, desde el marco de la puerta. El yordle inventor le hizo un gesto para que se aproximara. Vio a Irelia, con las hojas de su arma más abiertas, en forma de X, apuntando a La daga siniestra.

—Prepárense para lo peor. —dijo Xin, y bajó su lanza por si era necesario agarrar a Irelia o a Katarina si se atrevían a luchar en plena sala de terapia intensiva.

La máquina de signos vitales mostró que el ritmo cardiaco de Talon iba en aumento, lo estaban asustando.

—¿Me has dicho zorra? —Katarina se incorporó, y sacó sus fieles dagas; sopló hacia arriba para volver a acomodar su mechón de cabello rojo— ¡Por tu culpa mi hermano casi muere de verdad! ¡A ver quién se sucumbe aquí primero!

—¡¡Basta!! —exclamó el Maestro Yi, tan fuerte que le dolió la garganta y los demás dieron un paso atrás. Nunca había gritado tan fuerte, debido a que era una persona más que tranquila y amante del silencio.

—Perdón. —Katarina bajó sus dagas, y suspiró.

—Irelia, ¿qué ha sucedido contigo? —comenzó a hablar el Maestro Yi— Tú no eras así...

—¿Qué hay de ti? ¡Estás con una noxiana! —se defendió ella, a punto de llorar de rabia— ¡Tú y yo somos de Jonia, defendimos a nuestra patria de estos idiotas que sólo quieren invadir y matar inocentes! —señaló a Katarina, Talon y Vladimir, ya que los tres provenían de Noxus.

—Yo sólo estuve en el sur de Jonia... —dijo Katarina, pero se calló al ver que el control de Irelia sobre sí misma se estaba volviendo cada vez más inestable.

—Todo eso ya quedó en el pasado, en el pasado que todos deseamos olvidar para un mejor futuro —continuó el Maestro Yi—. En mi futuro, veo a la hermosa asesina de cabello rojo, de quien estuve secretamente enamorado desde los tiempos en que íbamos a la Academia de la Guerra para aprender nuevos métodos de combate —hizo una pausa, y al mismo tiempo agregó—, reprimí por tanto tiempo estos sentimientos, que casi se fueron al completo olvido —miró a Katarina, la agarró de la mano—. A pesar de que lo nuestro fue brusco, y no ha pasado siquiera una semana, el deseo de conocerte y amarte aumenta cada día más, Kat.

—Dejar esa nota para encontrarnos en los arbustos, fue la mejor acción que he hecho en mi vida. —dijo Katarina, no pudo evitar sonreír de alegría pura.

—Lo que hacemos todos los días, cada vez que entramos a La Grieta, es ser un equipo unido para luchar y así evitar la perdición de toda Runaterra —dijo Heimerdinger, con tono serio.

—Irelia, yo te di mi confianza y amistad —concluyó La espada Wuju, mirando a La voluntad de las hojas—..., ahora ya no tienes ninguna de ellas.

Irelia miró el suelo, sin decir palabra alguna, ellos tenían razón en lo que acababan de decir.

—Lo siento, lo siento mucho. —dijo ella finalmente, dio media vuelta, y salió de la sala de terapia intensiva.

Los demás miraron cómo ella se alejaba, en completa ausencia de ruido.

—Lamentamos mucho esta escena, Talon —se disculpó Katarina, acomodándole el cabello que le cubría la frente.

—No se preocupen, mientras que ella reflexione un poco y ustedes sean felices, estaré más que bien. —contestó La sombra de la navaja, y cerró los ojos para dormir un poco. 

En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora