En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]

Capítulo 19

Irelia estuvo de mal humor casi todo el día, no podía dejar de pensar en las cosas que había ocurrido. Lo que más le molestaba era que el joven de Noxus se le había declarado ante todos en la sala de descanso, y el rechazo constante del Maestro Yi.

¡Cuántos hombres estaban locos por ella, pero los rechazaba por estar enamorada de alguien que sólo la consideraba una amiga!

Continuó su marcha, y se detuvo frente a los portones de la Academia de la Guerra, que continuaban abiertos. La luz de la luna creciente iluminaba el sendero de entrada, y los pilares con cristales de brillo azul también.

Irelia suspiró pesadamente, mientras comenzaba a subir las escaleras.

"Y pensar que esto solamente era una academia", reflexionó, recordando las veces que había practicado en los simuladores de la Grieta antes de entrar en la verdadera Grieta del Invocador.

En realidad, los simuladores solamente eran la Herramienta de Práctica, en donde podían poner maniquíes para despedazarlos como si fueran enemigos de verdad.

¿Y si practicaba un poco para quitarse el enojo de encima?

Cuando llegó a la puerta principal, encontró a Talon, charlando con Shieda Kayn. Este último, tenía puesto el uniforme nuevo que se estaba implementando en la Academia (por el motivo de que se deseaba un poco más de "protocolo" en el lugar).

—Sólo te falta un año para terminar, trata de no meterte en problemas. —comentó Talon, mientras Kayn se aflojaba la corbata y se desabotonaba el cuello de la camisa.

—No me quedaría castigado a cada rato si esta maldita guadaña se callara más. —El segador sombrío señaló su arma, que estaba recostada contra la pared. Rhaast, su arma viviente, tenía una corbata atada (como si fuese considerado un estudiante más); sólo Kayn podía oír que esta reía.

—¡No sabes las horas que pasé escuchando al Profesor Ryze hablando sobre las runas de su pergamino! —continuó el joven, y se llevó las manos a la cabeza.

—¿Me permiten pasar, por favor? —interrumpió La voluntad de las hojas, cuando tuvo la oportunidad.

Los dos jóvenes la miraron, y sin decir palabra alguna, se apartaron de la puerta para dejarla pasar. A ella le pareció más que extraño que La sombra de la navaja no la saludara o la mirara fijamente.

Cuando ya estaba un poco lejos, oyó:

—Lamento el rechazo que sufres, Talon. —dijo la guadaña viviente en voz audible para todos, sonó carrasposo e insoportable.

—¡Rhaast! —exclamaba El segador sombrío, agarrándola con furia.

No escuchó la voz de Talon responder lo que le habían dicho.

Irelia continuó caminando; sin prestar atención alguna a su camino, lo cual provocó que chocara con Xin Zhao. Él llevaba en manos una pila de hojas de papel en carpetas, tan alta que llegaba a la altura de sus ojos. Las carpetas cayeron al suelo, y las hojas de papel se esparcieron por toda la alfombra.

El senescal de Demacia contempló por un par de segundos el desastre, y luego miró a Irelia, con angustia y enojo en los ojos.

—Cuánto lo siento, Xin... —empezó a disculparse Irelia, a la vez que él se arrodillaba para recoger los papeles que había organizado pulcramente para llevar a la oficina de la directora Fiora. Él no era maestro o estudiante, simplemente le gustaba ayudar en la Academia cuando era necesario (para recordar con cierta melancolía la época en que estudiaba ahí).

—¿Qué haces aquí? —le interrogó Xin Zhao, sin mirarla. Ella se había arrodillado también, para intentar ayudar en lo que podía.

—Vine a usar la Herramienta de Práctica. —contestó Irelia, al meter unas hojas de papel en una carpeta azul.

—Ah, pues, Katarina y el Maestro Yi la están usando en este momento...

—¡¿Cómo dices?! —Irelia dejó caer todo lo que había ordenado, impactado por lo que acababa de oír.

—Lo que has escuchado, Irelia —Xin Zhao se levantó, con todas las carpetas que pudo ordenar; antes de alejarse a paso rápido, volvió a mirarla—. Puedes usarla igual, después de todo hay mucho espacio.

Y eso era exactamente lo que La voluntad de las hojas haría...