Capítulo 26

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Todos tuvieron una buena dosis de risas. ¿A quién se le hubiese ocurrido que El segador menstruante (perdón, El segador carmesí) haría algo así al respecto?

El hecho de ver varias veces de seguido el mismo momento, casi provocó una ruptura de espacio-tiempo.

—Ekko, deja de hacer eso antes de que sea demasiado tarde. —pidió el Profesor Zilean, quien tuvo que salir de su salón de clases al apenas sentir una alteración cronológica. La sintió porque se dio cuenta que había estado diciendo las mismas frases una y otra vez, frente a sus estudiantes.

—De acuerdo —refunfuñó El joven que fragmentó el tiempo, miró su celular, para repetir la escena que acababa de filmar—. Admite que es genial, profesor —le mostró el video, y ambos controladores del tiempo empezaron a reír también.

Vladimir los contempló, aun tenía sed de venganza. Ellos también se habían reído de él, solamente que Ahri había sido la que pasó la raya al tomarle fotografías. Estaba agotado, como si le hubiesen echado el hechizo de Extenuación encima. Como también sentía cómo la sangre, una vez más, salía de su cuerpo.

"No iré junto a ellos cuando pidan ayuda en la jungla", pensó, pero sabía que podía obtener su venganza de otra forma, y mucho peor.



De alguna manera, Katarina y el Maestro Yi terminaron en el carril inferior: Él era el soporte y ella el ADC. Es que apenas prestaron atención en la sala de selección, tal vez por continuar riéndose de lo que acababa de suceder en los pasillos de la academia, o por lo que habían hecho la noche anterior...

El más distraído de ellos era el Maestro Yi. De súbito, pensaba en que su castidad ya no estaba intacta (o que ya no existía), en el hermoso cuerpo de ella sentado en sus piernas...

—¡Yi, cuidado! —gritó La daga siniestra, cuando Lucian activó su definitiva, y los disparaba a ambos con tanta rapidez, que de un abrir y cerrar de ojos ambos estaban tirados en el suelo.

Izi bot. —le dijo a Sona, que era su soporte. La virtuosa de las cuerdas sonrió, y tocó una melodía con su instrumento.

Mientras ellos destruían la torreta del equipo azul, no se dieron cuenta de que sus rivales ya muertos estaban tomados de la mano.

Con sólo estar juntos en la misma línea o en el mismo equipo, La daga siniestra y La espada Wuju ya eran más que felices.


***

—¡Irelia, ayúdame por favor! —exclamaba Talon, corriendo por la jungla del equipo rojo. Estaba siendo perseguido por Annie, Aatrox y Lee Sin. A él le correspondía el carril del medio, pero había aprovechado que tenía mucha ventaja ahí (había destruido las tres torretas y el inhibidor), y se fue a matar algunos monstruos de la jungla para ganar oro y así comprarse ítems de Poder de habilidad.

Pero no había esperado que, al saltar sobre un muro, se encontraría con sus enemigos.

—¡¡Irelia...!! —La sombra de la navaja no podía volver por donde había venido, porque el muro aún continuaba en enfriamiento.

La voluntad de las hojas se hallaba matando súbditos en el carril superior. Obviamente, había recibido los llamados de auxilio de su dúo, ya que hacían el molestoso ruido y la banderita azul aparecía en el mapa.

—Pero qué noob. —decía ella, y destruyó otra torreta.

HA MUERTO UN ALIADO —exclamó la voz de la Grieta. Entonces, Irelia se dirigió a la jungla, y encontró a los que estaban persiguiendo a Talon, y a él tirado en el suelo...

Se acercó a La hija de la oscuridad con Embate de hojas, golpeó a El monje ciego con Estilo Hiten. Finalmente, atacó a La espada de los oscuros con Hojas trascendentes.

ASESINATO TRIPLE —se oyó por toda la Grieta del Invocador.

—Gracias por fedearlos, idiota. —se quejó Irelia con el cuerpo de Talon, que aún continuaba en el suelo.

—¿Talon? —Irelia se arrodilló al lado de La sombra de la navaja. Había pasado más de un minuto desde su muerte, y aún no revivía. Lo volteó para que estuviera boca para arriba, un hilo de sangre brotaba de su boca, y había moretones en su cara. Su ropa estaba llena de rasgaduras hechas por el oso de Annie, y por la espada de Aatrox.

—¿Qué sucede, Irelia? —Heimerdinger se aproximó, él era el soporte de Kindred. La oveja y el lobo enmascarados estaban detrás de él.

—O-oh, su pulso es demasiado débil. —la oveja se inclinó y tocó el cuello de La sombra de la navaja, para eso tuvo que quitarle la capucha.

—Debemos salir de aquí, antes de que sea demasiado tarde —dijo El venerable inventor, tratando de arrastrar al joven noxiano, junto con Kindred y Xin Zhao (que había sobrevivido a los ataques de Evelynn para poder acercarse a ayudar)—. O ya no tendremos más a Talon con nosotros... ¡y saben bien a qué me refiero!

—Yo puedo llevarlo sólo. —El senescal de Demacia se encargó del cuerpo de su aliado, así que le dio su lanza a Heimerdinger. Para él, cuando estaban dentro de La Grieta, el odio y rivalidad entre naciones o reinos ya no existía.

Y, mientras que su nexo se destruía para poder salir de La Grieta, la que más se sentía miserable en ese momento... era Irelia. 

En los arbustos (Katarina x Maestro Yi) [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora